22 de Diciembre

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Eran las 4 pm de un sábado, el sol estaba bajo, era cálido, la brisa estaba loca, los árboles se movían estruendosamente de un lado al otro, aunque Carly no sentía aquello, su apartamento quedaba en el piso 10 del edificio. La morena se encontraba en la terraza del balcón sentada bañando por el esplendor naranja; tenía con un libro en sus manos "Hush Hush" era el nombre, Carly se enamoró de la historia apenas empezó a leer, amaba a Patch, era el hombre de su vida, así había dicho muchas veces, aunque sentía cierta fascinación por Nora, su curiosidad, su audacia, valentía, he inteligencia y su inocencia le encantaban, más que eso le recordaba a Taylor, todas esas características pertenecían a ella

"Siento que el amor que siento por ti, me está consumiendo, me está arrancando el alma, me está haciendo mierda; me revuelves la mente y te metes en mis pensamiento cada vez más. Me asusta que no tenga control, me asusta que he hecho todo lo posible para tratar de evitar pensarte de esa manera, lo juro, pero es inútil, como olvidarte si me enseñaste a sentir, como olvidarte si antes que llagaras jamás supe que era sentirse viva, como olvidarte si fuiste lo primero que me hizo vibrar y alegarme de poder estar viva" escribió en una libreta donde apuntaba sus pensamientos

La morena tenía algunos sentimientos revueltos, se había percatado la atracción que sentía por su mejor amiga, claro en algún momento supo luego de mucho pensar de que no era 100% heterosexual

"Me gustan las chicas" pensó "Claro que sí, para que ocultar, es verdad"

Había estado toda su vida tan asorda de los temas del amor que nunca se percató de aquello hasta sus 14, ahora comprendía, "Mi falta de atracción a los hombres no era por el estudio, o por la lectura, es porque es mas allá de mí, es así, así nací. Me gustan los hombres, me gustan las mujeres y es una realidad que no puedo cambiar"

En las noches se preguntaba si era así o estaba confundida, pero siempre llegaba a la conclusión de que odiaría el rechazo. Pero después de todo tendría el apoyo de sus padres y su mejor amiga

El timbre sonó y la morena se levantó y camino hasta allá, Taylor había salido luego del almuerzo sin decir a donde, cuando quedo frente a la puerta abrió y se encontró con una mejor amiga destrozada, ojos rojos, lágrimas en ellos, y llanto audible, apenas la vio se tiró en brazos de ella, llorando desconsolada

-Taylor ¿Qué ha pasado?-pregunto mientas caminaba con ella en sus brazos hasta la salta, sabía que la única forma de que la castaña clara se quebrara de esa manera eran: sus padres. Era bastante obvio

-Carly me odian. No me quieren. Dicen que soy un asco de persona - sollozo- Me prohibieron ver a mis hermanos-

-¿Qué?-exclamo-

- Ellos no pueden hacer eso-siguió llorando-

Odiaba verla de aquella manera, lo detestaba con su ser, era como si se lo hicieran a ella, unas lágrimas bajaron por sus mejillas su corazón se encogió cuando la vio a los ojos vacíos; sin brillo, inundados de dolor

-¿Porque tengo que ser así? No sé quién soy... Doy asco-

-Hey- la hizo mirarla- Pinky...amor....bonita. No importa lo que digan, no importa lo que te hagan creer, no te define tu sexualidad, es solo un gusto muy personal, eres un ser maravilloso, que da alegría donde llegue. No hables así, no te lo permito; no das asco. Asco dan los violadores, secuestradores, ladrones, estafadores, asesinos, ellos sí, tu eres juzgada por un gusto, no vale ok, entiende esto, vale una mierda quien cree eso, vales muchisimo y juro que se arrepentirán por todo aquello que te digan. Eres el ser más bello que conozco en este puto mundo de mierda. Taylor... no puedes creer lo que ellos digan. Sabes quién eres y es suficiente. Yo sé quién eres - las lágrimas de Taylor habían detenido, mientras las de Carly a un brotaban mientras hablaba, la de los ojos como la miel se acurruco en los brazos de la morena, allí encontraba paz, tranquilidad y refugio

-Me siento sola- comentó mientras Carly le daba dulces beso en la cabeza

-Me tienes a mí- dijo mientras la acurrucaba más ella, Taylor metía su cabeza en el cuello de su amiga

-Y es suficiente-

-¿Estas mejor?- pregunto

-Si...anoche recibí un mensaje de mis padres que decían que querían hablar conmigo-hico una pausa para mirar a su amiga, suspiro – Todo salió mal, ellos dicen que me llevaran a un psicólogo si regreso a casa-

-Tú no regresaras allá-

-Luego de eso, no lo haré-.

El reloj marcaba las 10 pm, ambas chicas estaban en la cama gigantesca, la colcha estaba en el piso, había muchas bolsas de dulces y mecatos en el piso también había un bote de helado abaja de la cama, solo estaba encendida una de las lámparas y la ventana estaba cerrada. Carly estaba recostada en el espaldar de la cama, mientras Taylor tenía su cabeza en las piernas de la morena ubicada de un lado vertical, no podía ver con claridad las facciones de Carly, pero lo que veía era suficiente

-Nunca te enamoraste-afirmo su amiga –

-Nunca, por ahora- dijo con cierta melancolía, Carly acariciaba el cabello de su amiga al igual que su rostro de la manera más delicada, la sensación era más placentera de lo que parecía

-Bueno esperemos que por ahora siga así- y se quedaron en silencio.

A Taylor le atraía Carly, solo que no trataba de pensar en aquello, le aterraba eso. Era su mejor amiga y lo que menos quería era dañar la amistad estable que habían formado, basada en la confianza. Últimamente entre las dos se establecían un silencio y ambas se miraban sin decir nada, solo se limitaban a respirar.

Taylor le alzo las cejas y coloco los ojos pequeños tratando de descubrir algo y por instinto lo único que hizo la morena fue sonreír, mientras su corazón palpitaba a mil y su corazón explotaba, amaba mirarla; era de las cosas que más le gustaba hacer, era hermosa y no le importaba admirarla.

Había pasado ya varios minutos sin decir nada solo mirándose fijamente, la tensión había incrementado, la morena mordió levemente su labio, aun acariciaba el cabello y el rostro de la castaña

-Bésame- ordeno Taylor, entonces simplemente paso, Carly le beso, bajo su cabeza hasta la altura de sus piernas, toco con delicadeza sus labios y al tocarlos sintió que eran como algodón con sabor a miel. Ella movía sus labios al igual que la chica de ojos claros quien había cerrado sus ojos, al instante la morena hizo lo mismo

Carla nunca había besado a nadie, ni por accidente mientras Taylor había besado a tantas personas que no recorva. Para ambas fue el primer beso

"Si pudiera morir ahora. Lo haría, he tocado ya el paraíso" suspiro Taylor, mientas seguían con el beso, igual de tierno, igual de lento,

"¿Y ahora como viviré? ¿Por qué me has hecho adicta?" Pensó Carly

Y por falta de aire se separaron y se miraron a los ojos, nerviosas, ansiosas, con miedo

-¿Q-qué hacemos?-pregunto una-

-Dejarnos llevar-propuso Taylor- Por primera vez-.

-Me encantan tus labios-

-....- Carly sonrió porque ni siquiera podía hablar y se volvieron a besar.

Esa noche durmieron abrazadas con el calor de la otra, sintiendo que algo se quebró


Taylor & CarlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora