El peor error de (la) Vida

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-...no me dejaste elección.

-¿Qué...

Muerte sorprendido, no pudo reaccionar a tiempo cuando unas especies de lianas con espinas lo mantuvieron sujeto mientras se formaba una especie de cúpula por estas mismas. Al instante el dios encerrado subió su guardia, cortando los lazos que lo tenían agarrado, e invocando su guadaña trató de escapar de la construcción de ramas.

-¡Vida! ¡¿Qué rayos estás haciendo?!- grito cuando sus intentos fueron inútiles y terminó envuelto en un capullo herbal que sólo dejaba ver su rostro sin saber que expresar: enojo, extrañes, dolor, miedo... frente a él, parte de la pared se abrió dejando pasar al causante de lo que estaba ocurriendo, mostraba una mirada gelida a su contraparte, sin sentimientos ni emociones. Fue lo último que vio Muerte antes de que las ramificaciones taparán su visión y todo terminase en negro.

-"Ahora vivirás lo que yo siento"- Escuchó en su mente y comprendió lo que se avecinaba.

Tenía que salir de ahí o las cosas terminarían muy mal. Por otro lado el benefactor tenía una lucha interna entre si detener con lo que pronto iba a ocurrir o seguir. Si se detenía lo que máximo que podría llegarle a hacer Muerte es matarlo... broma, pero le daría la paliza de su vida y otro dolor de cabeza sería sumado a la lista de problemas pendientes por resolver en su relación. Pero si continuaba, es posible que su relación encontrase su fin irreparable, siendo que Muerte jamás le volvería a perdonar y que además ambos ya no podrían dañarse más de lo que ya estaban.

-"Para estas alturas ya me importa un comino si me hacen daño o me rompo mas, desde siempre eh estado así... pero no puedo permitir que te dañes más por mi causa, no espero que me perdones nunca, siempre te amaré, pero ya es suficiente dolor... para ambos..."- reflexiono Vida, y el infierno de la muerte surgió.

《¿Por qué dios? ¿Por qué te lo llevaste... ¿Mamá? ¿Donde esta mi mamá?... ¿Por qué la vida es tan dura?... ¡Maldita sea! Si tan solo tuviera una oportunidad... ¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Alguien! ¡Aaaaahhhhhh... ¡Basta! ¡Ya no más, paren de golpearme!... ¡Papá salvame!... Por favor, un poco de agua para mi familia, se lo suplico... Comando, responda, Indiquen su ubicación, ¿Comando?... ¡Oye Cuidado!... O Dios mío... Pobre chico, era tan joven... ¡No puedo creer que ya no estás aquí! ¿Por qué te lo llevaste señor?... Te extraño tanto... 》

Peleas, hambruna, guerra, codicia, pena, sufrimiento y sentimientos oscuros que el benefactor ocultaba ahora eran transmitidos a la subconciencia de Muerte, quien captaba todo lo que alguna vez ocurrió, viviendo en su propia piel el dolor que Vida se guardaba, tanto, que es difícil de explicarlo en este caso.

-¡No! ¡PARA POR FAVOR! ... Para...- Eso fue suficiente para ambos dioses y Vida finalmente terminó su cometido.

Cuando Muerte fue liberado, se encontraba agachado sin querer dejar de sostenerse en la tierra y con la necesidad de respirar, como si le faltase aire. El causante de su estado temió el principio en ir a ayudarle, podría ocurrir cualquier cosa y nada terminaría bien, pero al captar que de verdad se le había pasado la mano, un temor se incrustó en su ser, eso no era nada bueno, quería alejarlo no dejarle con trauma. Así que se acercó con precaución donde se encontraba el juez. Por cada paso tuvo que parar, pues a medida que se acercaba el dios se cohibia más de lo que ya estaba, esperando cualquier movimiento donde tenga que reaccionar y porque ahora un nuevo sentimiento se creo en el corazón del juez, estos problemas nunca habían llegado tan lejos como para que Muerte tuviera terror a la presencia de Vida.

Inclinándose a su altura trató de tocar al ojos ámbar, pero su mano fue apartada por el contrario antes de cualquier roce. Ya no había caso, ni siquiera lo miraba, todo había terminado. Pero verlo en esa posición tan lamentable, volvió a surgir en su mente por enésima vez la duda y la culpa. Sabiendo el tipo de dolor que aún no procesaba Muerte, trató de ayudarlo de la mejor forma que podía, así que antes de que Muerte rechazara su tacto de nuevo, enlazó una liga alrededor de su cuello, donde formó una especie de collar y de un costado florecieron magnolias blancas. Su magia funcionó al instante. En el momento en que crecieron las flores, el alma del juez se fue calmando y dejó de sufrir las dolencias de la vida. Pero a cambio fue remplazado por un sentimiento no solo dañino, destrucción o el Nim mismo quedaba corto ante lo que pasaba por la mente de Muerte.

Manos Frías V [AMOLAD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora