Extra 2

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Extra 2: Katsuki Bakugou como padre.

Había un niño en la escuela jodidamente molesto. Eri y Kouta veían como muchas veces trataba de intimidar a los demás. Sin embargo, ambos no lo toleraron cuando quiso quitarle algo preciado a otro compañero. Un juguete que su madre le había comprado con mucho esfuerzo.

— ¡Hey! ¡Eso no te pertenece! —le señaló Kouta autoritario.

—Tampoco a ti, así que no te metas. —le empujó con violencia, botándolo, a él y a su hermana que se mantenía detrás. —No eres nadie para decirme que hacer.

El mocoso en sí era molesto, sucio y sobretodo no tenía ni un atisbo de bondad hacia los demás. Siempre los humillaba, pero no como una persona que es arrogante por lo genial que es, sino más bien, de una forma más cobarde. A todos los golpeaba, y si alguien intentaba ponerle una mano encima él llamaba a su hermano de secundaria, grandote y fortachón que con su pandilla golpeaba a todo el mundo, tal como se esperaba de unos gamberros. Por eso todos le tenían miedo, y no hacían nada. Así que ver a alguien enfrentándolo significaba peligro absoluto...

— ¡Tú...!—se levantó Kouta e intentó darle un puñetazo, pero sólo logró recibir uno en su contra, directo en el estómago. Eri más atrás, con lágrimas en los ojos se levantó e intentó defender a su hermano, pero fue inútil, de un manotazo su rostro se vio golpeado, y ella inconsciente tras golpearse con un grifo de agua que estaba a la vuelta del colegio.

— ¡Tú y tu hermana son unos inútiles! —se burló.

— ¡Maldito! —intentó usar su quirk de agua para ganar ventaja, mas sólo consiguió las risas del contrario y una patada directa en el estómago.

Incluso el juguete nuevo resultó roto.

*~*~*~*~*~*~*~*~*爆豪勝己x緑谷出久*~*~*~*~*~*~*~*~*  

Ese día Bakugou tenía el turno de ir a buscar a sus niños. Izuku no pudo debido a una situación de emergencia de la cual podía encargarse perfectamente solo. Dobló la esquina, y antes de llegar al colegio se encontró con sus dos hijos sentados al lado de un arbusto, en la acerca.

—Kouta, Eri vám...—calló. Sus ojos rojizos se plagaron de venas en la esclerótica. Kouta sangraba por su labio partido, tenía múltiples heridas y la ropa desordenada. Eri tenía la mejilla hinchada y la cabeza adolorida, y aunque eso último no podía apreciarse, Kacchan lo notó cuando ella intentó apoyarse y al rozar su nuca, se hizo hacia delante de nuevo.

¿Mini explosiones? ¡Qué va! El suelo estalló, con el cemento y todo. Retumbando toda la sección de casas, ahuyentando a las personas, creyendo que era un terremoto.

— ¡¿QUIÉN...?! ¡¿QUIÉN SE ATREVIÓ A TOCARLOS?!

Eri miró asustada a su papi, e iba a responder cuando fue detenida por un niño, que limpiándose la sangre con la manga de su uniforme maltratado, respondió:

—No importa.

— ¡¿Ah?!

— ¡No importa! ¡No te metas! Yo... ¡Yo seré quién se encargue! ¡No hagas nada! —las lágrimas hacían su aparición y Kacchan hizo desaparecer las explosiones de sus manos.

El camino a casa fue en silencio.

Una vez dentro, Izuku los esperaba. Quedó atónito por lo sucedido, lo cual Eri se encargó de informarle, iba a ir a reclamar, pero Katsuki lo detuvo.

—No hagas nada.

— ¡¿Por qué?!

—Porque no es nuestro trabajo.

Desde hoy seremos... ¡¿Padres?!Where stories live. Discover now