dead roses

dos.

Aiden estaba tan extrañado porque su querido amigo no le había contado aquello que le pareció importante, más sabiendo que era sobre su hermano, a final de cuentas no le agrado lo engreído que sonaba aquél tipo y mucho menos que le haya hecho recojer sus desastres a Wyatt. Al final decidieron dormir porque el rubio tenía un trabajo al día siguiente muy importante para la revista "Evermont" donde pensaba claramente plasmar el arte de la música en fotografías, amaba esa revista y se encontraba más que emocionado por ello.

-Clem, buenos días. - dijo amablemente entrando a la oficina.

Clementine salía del lugar justamente haciendo dar media vuelta al recién llegado, era de su estatura, cabello ondulado y castaño, lo normal para cualquier persona, pero ella tenía una actitud muy tierna y sensible, amaba su trabajo y siempre se esforzaba por dar lo mejor de ella.

- El auto está listo, ¿Tienes tus cámaras? Bueno, no importa, ahí te darán más. Y ¿En serio te presentarás con eso? Es igual - murmuró rodando los ojos mientras volvía a ver la pequeña libreta que se encontraba en sus manos. - ¿Sabes lo que harás? - rodó los ojos en seguida- iré contigo, no quiero que arruines la oportunidad.

- ¿Qué no confías en mí, queridísima socia?

Clem rió mientras abría la puerta del edificio saliendo ambos del lugar.

- Lo siento, rubio, pero estoy nerviosa, siempre quise participar en esta revista y no quiero que nada se arruine.

- No te preocupes, estoy igual que tú, pero te aseguro que todo saldrá fantástico.- creando un ademán con sus manos.-

Ambos rieron por la forma emocionada que lo había dicho y la leve exageración.

Después de una charla normal de "¿cómo estás el día de hoy?" Y algunas risas habían llegado a su destino en el momento, un emocionado Wyatt se encontraba sin creer todo lo que tenía frente a él, caminó suavemente con temor a despertar de lo que creía un sueño y abrió la puerta del lugar seguido por Clem y algunas personas con las cosas necesarias para lo que harían.

Sinceramente, su trabajo era lo más parecido a disfrutar de la belleza, del arte y la sensualidad en cada centímetro de cualquier cosa y es lo que más amaba en el mundo, porque así lo era, todo lo que había ahí, la música, los instrumentos y la delicadeza de las personas al tocarlos era magnífica, suave y elegante. Sin embargo, ese momento era necesario ser terminado después de algunas horas en el lugar; mientras guardaban sus cosas mantenía una sonrisa en sus suaves y rosados labios.

- Wyatt, lamento informarte que tendrás que ir solo a casa.

- ¿Cómo? - preguntó extrañado, comúnmente sólo lo llevarían de regreso al edificio y de ahí iría a su casa dependientemente de si tenía otra sesión de fotos o no, esto variaba, no siempre salía del lugar para alguna sesión.

- Uhm, el caso es que tenemos que entregar las fotos y hacer un par de cosas, esto se tiene que entregar lo más rápido posible.

- Oh, está bien.

- Podemos darte para el taxi.

- No, está bien, es más, necesito caminar - dijo con una amable sonrisa nuevamente.

La morena sonrió de vuelta mientras continuaba acomodando sus cosas. Pensando que todo estaba listo, Wyatt decidió que era momento de retirarse y así lo hizo, diciendo un amable "adiós" a su compañera de trabajo mientras caminaban de vuelta a su hogar.
Su concentración estaba dedicada a sus pies, pensaba que debería comprar otro par de zapatillas ya que las que tenía estaban muy gastadas, acomodó su mochila en sus hombros para poder fijarse si venía el autobús, por haber rechazado el dinero de el taxi y no haberse dado cuenta antes lo lejos que le quedaba su casa había tenido que tomar el autobús y aunque eso no era lo que deseaba, tampoco deseaba encontrarse con alguien.

El pequeño descuido que tuvo al seguir caminando mientras miraba atrás hizo que chocase con alguien. Como en las películas, pensó.

-Ugh, lo siento. - respondió mientras continuaba avanzando sin notar a quien había pisado.

- Deberías tener más cuidado, imbécil.

- Que sólo fue un pisotón. ¿Quién te crees para llamarme así? - dijo volviendo a verle notando con quién hablaba.

- ¿Otra vez tú? - fue lo único que ambos pudieron decir al darse cuenta de con quién se encontraban discutiendo.

- Hey, que si querías volver a verme sólo tenías que pedir mi número - murmuró el pelinegro mientras soltaba una risa sarcástica.

- Ya lo había dicho antes y lo vuelvo a decir, eres un tonto - dijo intentando que su día no fuera tan mal por encontrarse a Scott.

- ¿Esperas el autobús, mamón? - dijo divertido mientras continuaba viendo la dirección de dónde venían los autos.

- Deja de ser tan grosero y llamarme así, sabes mi nombre. - murmuró mientras evitan hacer alguna mueca.

- No, ¿me lo puedes repetir? No olvido fácil, sólo olvido lo que no me importa.

A pesar de eso, Scott sabía perfectamente de quién se trataba, sólo que era bastante divertido ver cómo se enojaba aquel chico con tan sólo un par de frases.

- No, olvídalo, igual no voy a volver a verte - dijo mientras esperaba que el autobús se detuviera en frente de la estación para comenzar a ignorar al contrario.

- Eh, que me la paso excelente contigo, ¿Sabías? No deberías estar enojado, rubio - dijo mientras se sentaba a un lado de él pasando un brazo al rededor de sus hombros.

- Dime Wyatt, no me agradan tus apodos - miraba a la ventana intentando no responder, aunque se le hacía complicado.

- Como quieras - dijo mientras veía a otro lado sin separarse. - Había, uh, había estado pensando en él, en Luka. El nunca me presentó a su familia, decía que siempre estaban ocupados y que no podíamos interrumpirles.

- Ellos sí, siempre estaban trabajando, pero, mh, también era un problema que vivieran en Noruega - soltó una pequeña risa al escuchar el bufido que había soltado su compañero de asiento.

- Ya había comenzado a sospechar que tenía otro novio o algo o qué fuera tan feo como para no presentarme a su familia.

Ambos soltaron una suave risa con algo de nostalgia recordando a aquella persona tan querida por ambos.

- Bueno, me voy, no tengo nada que hacer aquí.

El más pequeño confundido ladeo levemente su cabeza sin pensarlo, era un acto reflejo.

- Tampoco es que hayamos avanzado demasiado, ¿Tomas autobús para ir a cualquier lado a pesar de que te quede a unas cuantas cuadras?

- No, sólo si quiero molestar a alguien, de hecho, yo no esperaba subir aquí. Ni si quiera tomo autobús.

Sus labios se separaron en reacción a sorpresa mientras veía como de bajaba del transporte haciendo una seña con sus manos mientras comía uno de sus dulces que había sacado de su chaqueta. Realmente no quería tener problemas y había sido un agradable gesto el que había hecho así que soltó una pequeña risa mientras negaba y se volvía a acomodar en su lugar, rezando porque no se sentara alguien feo y mal oliente a un lado suyo.