dead roses

cuatro.

Las gotas de lluvia caían con fuerza y pesadez contra su suave piel, entre sus dedos corría el agua hasta llegar al suelo estampándose en el de una vez por todas.

Soltó un suave suspiro mientras movía su pie con impaciencia, fuera de su casa, en la acera, había pasto sobresaliente ya que no era el lugar más limpio del mundo, pero sí el de el lugar en el que se encontraba sentado en esos momentos. Se veía como idiota fuera de su edificio en plena lluvia donde todos corrían evitando mojarse, pero así era, él tenía la mala suerte de haber olvidado sus llaves en casa de su amigo y a pesar de que se dió cuenta a tiempo la pereza era mayor que las ganas de entrar temprano a su casa.

Asumió que su mejor amigo ya estaría ahí, pero no fue así, causando lo que ahora se encontraba presenciando. Su rostro de iluminó al ver cómo se acercaba a él aquella cara conocida levantándose de inmediato sacudiendo su cazadora color militar, la cual ya estaba bastante mojada y no tendría sentido.

- Me alegro que ya hayas llegado, empezaría a maldecir si no fuera porque me estoy congelado. -

Su compañero soltó una risa mientras abría aquella reja de la cual solo los dueños de los departamentos tenían llave.

- Uh, deberías hacerlo - el saber que su amigo no decía groserías hacia mucho más divertida la situación causando una mueca de molestia en Wyatt.

Repitió sus palabras con un leve tono agudo con ganas de burlarse de él mientras rodaba los ojos y sus brazos se cruzaban.

- ¿Qué te crees?

Fue lo último que dijo el rubio antes de empezar a subir las escaleras hasta su departamento compartido, al llegar se decidió a meterse a la ducha, sabía perfectamente que si no lo hacía corría el riesgo de enfermarse y este era su turno de pagar la renta, por ende, no debía faltar ni un solo día al trabajo.

El agua caliente sobre su piel era completamente diferente a la que había fuera, se sentía relajante a comparación. El jabón que pasaba por su cuerpo soltaba un suave aroma que tanto le gustaba mientras que el shampoo ayudaba a estar completamente limpio.

∆∆

En sus manos se encontraba su celular decidiendo qué hacer mientras el olor a carne asada yacía en el lugar, Aiden se estaba luciendo estos días y eso no lo iba a desaprovechar, la decisión de llamar o no estaba ahí, entre sus manos.

- Si lo vas a hacer hazlo ya. - dijo en un tono de fastidio que Wyatt percibió como bromista, aunque no fuera completamente así.

- Bueno, mh, creo que.. lo haré - lo último era más una pregunta que una afirmación.

Sus dedos teclearon rápidamente el número para después volver a dudar si marcaba o no, realmente pudiera ser rápido si no fuera porque era alguien muy cercano a su hermano o que simplemente no había tanta amistad como para invitar a Scott a pasar la tarde con él y Aiden junto con una rica cena.

Justo cuando se escuchó un pequeño "hola" el rubio ha esperado unos segundos antes de responder al saludo.

- Uh, hola, Scott.

- Hey. ¿Wyatt? -

- Sí, soy yo - dijo mientras comenzaba a jugar con el inicio de su camiseta. - quisiera saber si te gustaría venir a comer al depa.

Parecía una quinceañera emocionada y nerviosa por invitar a salir a su crush. Hasta había dicho una palabra que hacía bastante que estaba fuera de su vocabulario.

- ¿Ah? ¿Comida gratis? Claro en una hora estoy ahí.

- Si tardas se habrá acabado - bromea por un momento.

- Media hora.

Antes de soltar una pequeña risa asiente y la llamada termina.

Casi tres minutos después escucha como alguien se queja en la cocina, camina hasta allá dejando el celular en alguna pequeña mesa de centro. Cuando entra a la cocina se da cuenta de que el dedo de Aiden se encuentra en su boca y que tiene una herida, niega y camina hasta él intentando ver su mano. Al notar que es una herida no tan grave decide que es mejor poner un curita en ella, camina hasta el baño y saca aquella cosa para evitar que la cortada se infecte demasiado, camina nuevamente hasta su compañero de piso, mira de nuevo la herida y coloca el curita sobre ella.

- ¡Oh! ¿Qué podría hacer sin tu? - dice riendo Aiden mientras siente el pequeño beso de parte del más bajo en su mejilla.

- Nada, no podrías hacer nada. - responde en broma.

°°°

Realmente la cena pasa de forma agradable entre los tres, con latas de soda y una ensalada de frutas para el postre (el cual casi nunca hay y tampoco se acaba tan rápido como esperaba)

Los chistes de Scott son malísimos al igual que los de el rubio de su amigo pero no tan malos como los de Aiden, así que entre todos se ríen aunque conozcan cada uno de los acertijos "graciosos" que tienen.

Jaj, mi imaginación no da para más. Chau.