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Limpie mi cara nuevamente mientras echaba a correr en dirección contraria a "Louis". Mis pulmones ardían luego de correr 10 cuadras seguidas.

Entre corriendo al hospital, la adrenalina corría por mis venas y estaba tan ansioso que no podía esperar el elevador, me desvié hacia las escaleras y subí de dos en dos hasta el noveno piso. Respire profundamente, seque mis manos húmedas sobre la tela de los jeans y me acerque a la recepción

–Vamos Harry, solo pregunta. Pase lo que pase, nada puede estar peor– me dije a mi mismo mientras trataba de calmarme –Buenas noches–

–Buenas noches– respondió la mujer rubia tras la computadora –¿En que puedo ayudarle?–

–Vera– dije sobando mi nuca, sopesando lo que iba a decir no podía llegar en plan "Bueno, hice un trato con la muerte y me prometio que salvaría a mi madre por lo que quiero asegurarme si es verdad" –Mi madre esta en la Unidad de Cuidados Intensivos y me gustaría saber como sigue– toquetee nervioso la barra delante de mi

–Claro, ¿cual es el nombre de su madre?– pregunto

–Anne Cox– dije con la voz quebrada

–Ok– asintió paseando la mirada por la pantalla del ordenador –¿Esta seguro que su madre esta en Terapia Intensiva?– dijo con el ceño fruncido

Suspire de alivio y mi cuerpo se relajo un poco

–¿No esta allí?– sonreí, era la más genuina sonrisa que había aparecido en mi cara por meses –Tanto tiempo aquí que seguramente me confundí– eleve los hombros sintiéndome mas feliz que nunca

–Seguramente– respondió la chica –Su madre esta en el quinto piso, habitación 245. Y según el reporte médico esta más que bien, tiene el alta para mañana temprano– sonrió mostrando su blanca dentadura y yo asentí

–Gracias– le sonreí una ultima vez y me encamine hacia el elevador, pulse el botón que iba hacia a abajo y espere paciente.

Mi madre estaba bien, todo estaba mejor que nunca. No iba a perderla.

–Gracias– susurre cuando las puertas del elevador se abrieron

–No hay de que–

Fruncí el ceño mientras miraba hacia mi derecha y allí estaba de pie el mismo hombre que había dicho ser la muerte

–¿Estas siguiéndome?– pregunte ceñudo mientras entraba al elevador

–Primero, dulcificame el tono de voz que fui yo quien salvo a tu madre– dijo entrando detrás de mi –Y segundo; ¿sabes donde estas amigo? En un hospital, es mi lugar de trabajo favorito– junto sus palmas y las fricciono

La puerta del elevador se cerro. El ambiente se congelo y la piel se me erizo

–Humanos– susurro para si mismo mientras me miraba frotarme los brazos para mantener el calor

–¿Qué haces aquí?– pregunte notando de inmediato el vaho que hacia mi respiración

–Ya te lo dije, trabajo. Además tengo que vigilarte, recuerda que aún no se como vas a pagarme el no llevarme a tu madre– se bajo la capucha y me miro directo a los ojos –¿Qué tienes para mi, Harry?–

Sentía como el frío comenzaba a calarme los huesos y el miedo se apoderaba de mi cuerpo

–¿Tienes frío?– se burlo –De acuerdo– puso los ojos en blanco y el elevador comenzó a moverse, ni si quiera me había percatando de que no avanzábamos. –Soy algo dramático, ¿ok?– elevo los hombros sin dejar de mirarme– Ahora saca tu trasero de aquí antes de que decida llevarte a ti en lugar de a tu madre. Y ni se te ocurra hacer bromas como "burlaste a la muerte, que valiente" o te mato– me empujo fuera, volvió a poner la capucha en su lugar y el elevador se cerro

–¡Dios! Que miedo– la luz de la planta titiló por un momento y el frío volvió – De acuerdo, no te agrada Dios, entendido– y todo volvió a la normalidad

Camine por el largo pasillo buscando el número 245, mi corazón se acelero en cuanto lo encontré . Puse la mano sobre la manija de la puerta, suspire por enecima vez en el día y la gire

Lo primero que apareció en mi campo de visión fue mi madre recostada sobre la camilla con una enorme sonrisa, aunque... no me sonreía a mi. Quite la vista un momento de mi madre para poder mirar a su acompañante: era un doctor, rubio (mal teñido, si puedo decir), era mas bajito que yo y anotaba mientras asentía hacía mi madre

–¡Harry!– grito emocionada –Ven aquí mi bebé, dame un abrazo–

Mis mejillas se tiñeron de rojo y baje la mirada al suelo. No podía decirle a mi madre que me avergonzaba porque acababa de mejorar mágicamente, iba a dejarla tranquila por ahora.

Cerré la puerta detrás de mi y avance titubeante hacia la camilla, me incline sobre mi madre y la abrace cuidando no desconectar ni romper nada

El médico se aclaro la garganta por lo que mi madre me soltó mientras yo luchaba por no llorar

–Lo siento– dije pestañeando lo más rápido posible para mantener las lágrimas a raya

–No hay problema– mostró su blanca dentadura –Me llamo Niall Horan, soy el doctor de su madre y tengo que admirar la rápida recuperación que tuvo– asintió con cara de sorpresa

–Mucho gusto doctor Horan, soy Harry Styles– le ofrecí mi mano, él titubeo un poco pero al final estrecho mi mano

Sonreí al sentí la calidez de su piel contra la mía, sus ojos azules me miraban detenidamente y podía sentir el latido de mi corazón sobre mis oídos. ¡DIOS QUE GUAPO!

–De acuerdo, su madre tiene el alta para mañana temprano– dijo soltando mi mano –Aunque va a tener que cuidarla un tiempo hasta que mejore por completo–

–Pierda cuidado, yo me encargare– me incline de nuevo y bese la frente de mi madre con cariño

–Muy bien, señora Cox la dejo descansar. Y me voy tranquilo porque se que queda en buenas manos– dijo mientras le daba un apretón a la mano de mi madre –Nos vemos después, descansen– nos dio la espalda y salió a paso firme de la habitación

Seguí su espalda hasta que la perdí al final del pasillo, sacudí la cabeza para despabilarme y mire a mi madre que me miraba con las cejas levantadas

–¿Qué?– pregunte desconcertado

–Te gusto mi doctor– acuso ella

–Mamá, por amor de Dios– grite escandalizado mientras la luz titilaba de nuevo –¿Quieres parar de hacer eso? Me pones de los nervios– dije mirando al techo

Una risita se desvaneció en el aire mientras yo pensaba que este tipo me iba a cobrar con creces

"Pacto con la muerte" ||N.S||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora