whining ✧ yugbam. [EN PAUSA]

05.

Mis ojos pesaban demasiado, sin embargo mi cuerpo se encontraba calmado y mi respiración era tan débil...

Mire a mi al rededor y todo era extrañamente blanco, había una pequeña televisión en la esquina de esta y un aparato que hacia sonar un pitido de vez en cuando. Mis parpados se cerraban involuntariamente pero pude notar como una figura esbelta entro por las cortinas que me impedían ver algo más.

— Oh, veo que ya despertaste. — ella me sonrió mientras se acercaba para checar la máquina a mi lado y tomar apuntes.

Me sentía pesado, tan cansado como nunca antes pero antes de que pudiera regresar a mi labor de dormir tres años mi estómago rugió con fuerza y mi boca estaba tan reseca que me fue imposible ignorarlo.

— A...gua... — susurré levemente y la enfermera me atendió con sutileza.

Mis recuerdos eran borrosos y mi mente estaba nublada, no podía recordar nada de lo que había pasado, no era consciente de el estado de mi cuerpo ni cuanto tiempo había pasado pero decidí que era hora de darme el lujo de conocer esos detalles así que con la poca fuerza que tenía me senté en la blanda y blanca cama.

— Me alegra que ya tengas fuerzas para moverte. — ella volvió a sonreír y parecía tan alegre contrario a el ambiente que nos rodeaba, mi cabeza dolía con fuerza y las luces se sentían tan brillantes que no fui capaz de alzar la cabeza. — Pero debes tomar más reposo. — ella tomó mi mano con gentileza y yo me quedé viendo esta, sus dedos eran delgados y largos al igual que sus uñas, al subir mi mirada pude notar como sus mejillas estaban rojas al igual que sus orejas.

— ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Qué me pasó? — mi voz sonaba grave y mis palabras arrastradas.

— Hoy cumples dos días, no te preocupes por no tener recuerdos recientes, te diste un fuerte golpe en la cabeza y es probable que tengas amnesia, pero con el paso del tiempo estos regresarán a ti. — me removí incómodo al notar que ella no había quitado su mano de la mía, la agarraba con tanta confianza que parecía acostumbrada a hacerlo, pronto ella notó mi incomodidad y la retiró. — Lo lamento... Es que cuando llegaste a aquí y yo ajustaba tus tubos apretaste mucho mi mano, supongo que has pasado por mucho, pero todo mejorará, ya lo verás. — revolvió mis cabellos con suavidad y se fue.

¿Y ahora qué?

( . . . )

Me había pasado parte de la semana en el hospital, me preocupaba no poder tener contacto con el exterior y aún más era mi impotencia por no poder recordar nada de lo que había pasado. No voy a quejarme, el trato era muy bueno - aunque muchas veces la enfermera era muy cariñosa - y la comida estaba pasable pero la rutina era concisa y ya estaba empezando a cansarme.

— Buenos días, Yugyeom.

Lo primero que veía en mis día a día era su rostro, era linda pero no la conocía de nada y eso hacia que todo fuera incómodo para mí, le devolví la sonrisa y seguí viendo la televisión mientras movía mi pie en forma de aburrimiento.

— Te tengo dos buenas noticias. — mi mirada se dirigió hacia la de ella haciendo que ella siguiera hablando. — Hoy sales, prepararé tus documentos pero necesito que llenes unas cosas y la segunda noticia es que tienes visitas. — mi ánimo subió de golpe, ¿Quién podría ser? ¿Mi madre o Youngjae? — Es un chico de cabello oscuro, tiene muchas ganas de verte. — Supuse que era Youngjae así que asentí con una sonrisa sin mostrar los dientes, a pesar de que me alegraba por su visita me seguía preocupando el no saber nada de mi madre desde hace una semana.

— Disculpe... De casualidad, ¿No a venido a verme mi madre o ella no a hablado o algo por el estilo?

Por primera vez la enferma evitó mi mirada y se fue, lo cual hizo que me preocupara mucho más de lo que ya estaba y de no ser por la máquina al lado mío que me avisaba que mi pulso estaba acelerado no habría intentado calmarme. Al poco tiempo volvió a entrar pero estaba acompañada por mi doctor.