▪️Capítulo 4▪️

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Para el primer día de clases había elegido un vestido amarillo corto que sólo había usado una vez en navidad y lo acompañé con un blazer gris, quería dar una buena primera impresión con mis maestros; también quería llegar temprano, tomar un lugar hasta el frente del salón y aprobar todas las materias con notas sobresalientes, era sólo un gran sueño pero tenía que lograrlo.

En parte quería demostrarme a mi misma que haber elegido Columbia en vez de a Carson no había sido un error, y quería sofocarme tanto con la escuela que no me quedara un rato libre para sentarme a llorar como lo hice toda la noche anterior, que tuve que aplastar mi cara contra una almohada para que mi compañera de habitación no lo notara. 

Henry pasó por mi y caminamos juntos hasta la entrada de mi facultad, la suya quedaba justo en frente así que entré al edificio hasta que él entró al suyo y por primera vez caminé por estos pasillos como estudiante de periodismo. Sabía donde quedaba el salón de mi primer clase por lo que no me perdí y pude tomar un lugar en la segunda fila ya que todos los de la primer fila ya estaban ocupados y eso que aún faltaban 20 minutos para que comenzara la clase.

  El tiempo se pasó tan lento que mis ojos comenzaron a cerrarse por lo cansada que estaba, pero cuando por fin se llenó el aula la profesora entró y comenzó a escribir en la pizarra.

Lic. Evelyn Montreo
Historia de la Cultura y la Civilización

  Las cosas ya no eran como en la preparatoria, el grupo era tan grande que si nos hubiéramos presentado de uno en uno no habríamos terminado, en vez de eso la profesora pasó lista y cada quien levantó la mano al escuchar su nombre y dio inicio a la clase. Lo mismo pasó en las siguientes clases y después de 8 horas pudimos salir, lo primero que hice fue buscar a Henry y luego de eso fuimos a la cafetería de su facultad por algo de comer antes de ir a su habitación a ver una película en su computadora.

Más tarde le llamé a mi mamá para contarle como fue el primer día y decirle que todo estaba bien. Se preocupaba mucho por mi y más ahora que estaba tan lejos de casa, pero se encargaba de recordarme seguido lo orgullosa que estaba de mi y que siempre me apoyaría en cualquier decisión; claro que hasta el momento había evitado mencionar a Carson en nuestras llamadas diarias, porque es cierto que ella me apoyaría en cualquier cosa, pero ¿haber terminado con Carson? Es raro pero estoy segura de que me mataría y se encargaría de armar un drama al respecto porque en primer lugar lo ama, en segundo ella estaba convencida que nos terminaríamos casando y según ella eso me aseguraría un futuro estable. Lo cierto es que ella quedó traumada después de su divorcio y estaba convencida de que sólo alguien como Carson me convenía para formar una familia y poder tener un futuro exitoso, pero un hombre no iba a ser la razón de mi éxito.

Regresé a mi dormitorio para tener la discusión diaria con mi compañera, esta vez porque yo dejé abiertas todas sus pinturas en la mañana antes de irme y se secaron así que ahora ya no podía pintar hasta comprar otras, lástima pero se lo ganó por haber ocupado mi maquillaje. Si tenía suerte me libraría de ella para mañana en la tarde, pero aún tenía que esperar la respuesta del coordinador de la casa.

El segundo día no fue mejor que el primero, pero seguía con el estómago echo un nudo por los nervios y así iba a seguir hasta terminar la semana, cuando las clases universitarias se vuelvan una rutina y ya no me causen emoción ni miedo.

Al final del día el coordinador de la casa me citó en la entrada del edificio para hablar y al parecer no tenía buenas noticias.

-Verás, no pude encontrar a nadie que quisiera cambiar de habitación.- Terminó la oración con una mueca de lástima.

-¡Eso no es posible! Debe haber alguien que odie tanto a su compañero como yo.

-Si hay alguien... tu compañera.

-Vamos, por favor dime que hay algo que se pueda hacer.

-Bueno...-Se rascó la nuca- Hay una habitación en el edificio R, pero...

-¿Pero?

-Solía ser la bodega del edificio así que es mucho más pequeño que el resto de las habitaciones y la ventana que tiene tampoco es grande. Entra la cama pero no tiene armario, sólo un closet que mandaron a hacer con varios peldaños y un par de tubos; con el closet y la cama apenas queda espacio para moverse.

-¿Pero está desocupado?- Asintió- ¡Entonces lo quiero! No me importa si tengo que dormir en un cuarto de 2x2, estoy lista para mudarme ahora mismo.

-Que bueno que pude ayudarte, espero que no te arrepientas. Mañana ve a llenar de nuevo el formulario a las oficinas para que se haga el registro, y cuando saques todas tus cosas de la habitación pasa a dejarme tu llave; tu nueva habitación es la R101, la llave está en el buzón del correo.

Corrí emocionada para recoger mis cosas y en menos de media hora le entregué la llave al coordinador para dirigirme a mi nueva habitación. Entré al edificio R y tomé la llave del buzón, busqué la puerta numerada con el "101" y me enfrenté cara a cara con todo lo que me había imaginado un poco más bonito.

Entre la cama y el closet había poco menos de un metro de distancia, la ventana era pequeña pero al menos había un ventilador para intentar solucionar la poca ventilación. No importaba lo malo que fuera, este era mi espacio y nadie iba a meterse con mis cosas ni conmigo de nuevo.

-¡Vaya que es pequeño!- Henry llegó de sorpresa y se quedó parado en el marco de la puerta- Cuando me llamaste para contarme que esta iba a ser tu habitación tenía que venir para saber si los rumores eran ciertos.

-¿Que rumores?

-Pues de que esto es lo peor de lo peor.

Recorrió el lugar con la mirada inspeccionando cada pequeño detalle y yo hice lo mismo por quinta vez desde que llegué.

-Pero le veo potencial, cielo. Podemos poner una cortina para no notar que la ventana es pequeña, cojines de colores para darle vida al cuarto y algunos adornos en las paredes.

Me acerqué a él y lo abracé por intentar hacerme sentir mejor respecto a mi nueva habitación. Y sabía que él me ayudaría a hacer que el lugar quedara bonito así que quedamos de acuerdo para ir a comprar las cosas después de clases.

Encontramos un lugar donde todas las cosas estaban en oferta; conseguimos una lampara de piso roja, una repisa para mis libros y un espejo largo. Luego fuimos a una tienda departamental donde compré un cobertor estilo boho y dos cojines blancos, claro que me gasté todo el dinero de este mes pero estaba segura de que la habitación donde iba a vivir todo el año o quizá toda mi carrera universitaria ahora iba a gustarme mucho.

Henry me ayudó a acomodar todo y terminamos justo a tiempo para poder ver un capítulo de una serie que comenzamos a ver juntos, de noche la habitación se veía mucho mejor, sobretodo con la lámpara encendida.

-Lo único que mejoraría aún más esta habitación sería poder quitar el techo y ver las estrellas, el cielo nocturno de Nueva York es hermoso...

-Cuando no hay edificios que te estorben- agregó riendo y luego se levantó.- Mañana tengo que llegar más temprano a clase porque tengo algo que hacer, el desfile de este año no se va a planear solo. Mejor ya me voy a dormir, por cierto, tu cuarto es fabulosooo.

La nostalgia me golpeo de la nada en cuanto me quedé sola, de pronto la habitación se sentía enorme y lo único que me haría sentir mejor sería estar entre los brazos de Carson mientras su voz repite que todo va a estar bien.

Revisé mi celular pero él aún no llamaba, aún no mandaba mensaje, aún no parecía arrepentirse de la decisión que tomó.

Supongo que para él las cosas estaban resultando mucho más fáciles ahora...

Loca por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora