La herida.

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Ya con el lápiz afilado procedió a enterrarme el mismo en mi brazo haciendo que este me sangrara, jamás olvidaré su cara y las cosas que me decía mientras lo enterraba cada vez más. 

  — ¿Te duele?, ¿llorarás? , ¿se lo dirás a la maestra? — 

Lo repetía una y otra vez sin parar.  Yo obviamente no se lo contaría a la maestra, ese fue mi error no expresar lo que me sucedía, tampoco lloraría no iba a demostrar que me dolía y que me estaba haciendo daño. 

Poco a poco la sangre recorría mi brazo y sentía cada vez más dolor sin embargo ellos continuaron, uno de los chicos busco papel y me limpio para luego advertirme que no contará nada porque sino me iría peor. Los niños a veces son las personas más crueles que existen y lo hacen consiente e inconscientemente no le importan las consecuencias, sólo quieren herir. 

Cada vez que subía de nivel me humillaban más, cada día se burlaban por mi apariencia y todos los días en el recreo varios niños me empujaban y me repetían una y otra vez "Abuelita". Yo estaba harta, no aguantaba más pero eso no era todo. 

Un día me preparaba para ir al baño y cuando entre vi a las "populares del salón", yo solo seguí mi camino realmente no quería problemas. Entré al último baño ya que era el que siempre estaba más limpio ero de pronto escuche unas risas que provenían de esas niñas para luego escuchar que la puerta se trancaba fuertemente. 

Mi corazón se acelero, tenía mucho miedo ya que en esas fechas circulaban las típicas historias de que una niña murió en el baño o que la escuela era un cementerio. 

Corrí y toque muy fuerte la puerta pero nadie me escuchaba, ese pasillo era muy solitario ya que no podías andar por allí sin un permiso para ir al baño. Yo me encontraba allí, sola y sin nadie que me ayudase, sin nadie que abriese la puerta y aguantando las ganas de llorar.

Duré aproximadamente 15 minutos encerrada hasta que el personal de limpieza vino. Cuando la puerta se abrió corrí como loca al 2do piso y me senté afuera de la puerta del salón a esperar que el recreo se acabará para entrar de una vez al salón. 

No me emocionaba mucho el recreo, todos me evitaban y no tenía amigos, solo era el centro de diversión de todos.

Bullying.Where stories live. Discover now