4: Premio Mayor.

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¡¿Le parezco guapa?!
Patricia Parrish adoraba a Michael Joseph Watson. No cabía otra cosa en su mente más que él. Él era, innecesariamente, difícil de adorarlo. Con ese apasionado cabello rojo, esos exquisitos labios que podrían mandarte a lo más alto hasta llegar a la estratosfera...con esos maravillosos ojos verdes que podrían traer la primavera en cualquier día de invierno, con esa mirada tan suave como el pétalo de una rosa...de pies a cabeza, ese muchacho era lo más cercano a la absoluta perfección como cualquiera de penúltimo año podría serlo.
Pero él tenía un problema.
Uno muy pequeño.
Este chico no tenía noción del tiempo. Para nada. Y no sólo era eso, las chicas también eran una gran problema para él.
Él simplemente no podía recordar en que día vive...a veces.
El día que conocía a alguien, días festivos, semana de exámenes, esos iban y venían.  Su mente estaba llena de la simple alegría de vivir cada día al máximo y sin esos molestos límites. Él creía que el tiempo es para mortales.
Así era el joven Watson, viviendo como él quería y eso era un problema para Patricia, ya que ella recién comenzaba su vida social en un punto donde lo disfrutaba.
Johanna estaba emocionada y asombrada por lo que acaba de pasar, el hermano de Dylan no sabía si quitar a Patricia de la puerta o pedirle a los dos jóvenes de afuera que pasarán. Dylan sonreía al ver la expresión de asombro de Patricia. Johanna jaló a Patricia para que los muchachos pasarán a la casa.
Para matar tiempo, los cinco adolescentes fueron al comedor a charlar pero Patricia estaba en blanco, quería decir algo pero nada se venía a la mente. Entonces Dylan comenzó a improvisar.
—Es una suerte que hayan llegado antes,  chicas. No creo que hayamos podido entrar si no hubiera llegado antes.
—¿Yo estoy pintado?—Espetó el hermano de Dylan.
—Creí que te habías ido con mamá.
—Tengo cosas más importantes que hacer que salir con mi mamá.
—Es suerte, ¿ven?—Insistía Dylan.
—No entiendo que tiene de suerte que esté yo aquí y tus amigas lleguen casi una hora antes de la fiesta. Me largo de aquí, fenómenos.
El hermano de Dylan subió por las escaleras y azotó la puerta de su habitación, mientras, el resto de los adolescentes intentaban mantener un tema de conversación.
Patricia se había acercado a Michael pero no sabía que decirle, Michael le echó una mirada y después le sonrió, y Patricia le sonrió de vuelta.
—Feliz cumpleaños—dijo Patricia que lo miraba a los ojos.
—Gracias, Patty—le contestó él tocándole la mejilla, acto que casi hace desmayar a Patricia.
La chica quería seguir con la conversación pero no sabía que más decir, estaba totalmente hipnotizada por el encanto del muchacho. Dylan había llamado a ambos para que lo ayudarán a poner unos platos, Michael se acercó a ayudarle pero Patricia solamente siguió con la mirada al muchacho.
—Hey—le dió un codazo Johanna al costado de Patricia—. Despierta. Johanna llamando a Patricia.
Patricia le echó una mirada a Johanna, mientras que Johanna tomaba asiento en el comedor. Todos se habían sentado ya, excepto Patricia.
Mientras todos se ponían cómodos, Patricia trataba de sacar tema de conversación al joven Watson, pero considerando que se conocían desde hace casi siete años, gracias a que Michael y su hermano se mudaron al vecindario con sus tíos un tiempo gracias a la separación violenta de sus padres. Patricia y Michael se conocieron justo en el momento indicado, ambos se apoyaban ya que pasaban por situaciones similares pero ahora, eso no era tema de conversación para ellos...
Johanna le hablaba a Patricia para entregarle un plato con una rebanada de pastel, pero ella no hacía caso. Dylan le había echado una mirada a Michael, éste actuó rápidamente.
—¡Patty, eres de lo más divertida!
Patricia tomó el plato con el pastel y los adolescentes comenzaron a comer antes de que todos comenzaran a llegar.
—Nunca creí que alguien con el corte de cabello que usas, vistiera ese tipo de blusas—dijo Michael sonriéndole a Patricia—¡Tienes buenos gustos! ¡Eres genial, guapa!
"Que encanto es, y yo que nunca me le acerque para avivar nuestra comunicación", pensó Patricia.
—Bueno, gente, hay que poner música para empezar a avivar este lugar, ¿qué es mi funeral o algo? ¡Levántense y a bailar!
Todos se levantaron, Michael se dirigió al estéreo y lo encendió.
—¡Creo que se llevan bastante bien!—Dijo Dylan en tono confidencial a Johanna.
—¡Es justo lo que Patricia necesita! ¡Mike está tan lleno de energía!
En la radio sonaba una canción de Bon Jovi, Michael le tenía gusto por esa canción. Patricia se acercó y finalmente pudo decir algo coherente.
—Cuéntame más de ti, Michael Jackson, ¿Por qué nos distanciamos tanto?—Preguntó Patricia quisquillosa—¿Qué haces cuando no estás conquistando chicas?
—Te has vuelto directa, ¿eh? ¡Y yo creía que te habías hecho más tímida!—Michael se volvió a ella y dijo—Me dedico al fútbol, a las matemáticas y a la actuación.
¡Qué hombre! ¿Qué no sabe hacer?
—¿Eres un genio?
—¡Error! Soy una persona muy culta—Michael tomó a Patricia de ambas manos—¡Vamos, Patty, muévete un poco! ¡Es mi fiesta de cumpleaños!
Ambos muchachos comenzaron a bailar, agitando la cabeza y las manos. Patricia realmente se la estaba pasando bien y a Michael parecía agradarle el momento antes de la fiesta. Johanna y Dylan también se unieron al baile.
Cuando terminó la canción, Michael se dejó caer al suelo y dijo:
—No me había sentido tan alegre en uno de mis cumpleaños. Es una suerte que Patricia esté aquí antes de la fiesta.
Patricia, un poco sonrojada, esbozo una sonrisa, enseguida, Michael se levantó del suelo y le sonrió de vuelta a Patricia.
Los demás habían empezado a llegar a la fiesta y como ya era de esperarse, Michael era el centro de atención para chicas y...chicos.
Patricia estaba un poco celosa de que todos querían estar alrededor de Michael, justamente hace un rato se acababan de dirigir la palabra e inclusive habían bailado. No iba a dejar tan facilmente que le quitaran a su hombre por esa noche.
Patricia había notado que Johanna y Dylan habían estado pasado el rato juntos, así que decidió armarse de valor y llegar por Michael pero el destino no tenía las mismas intenciones. Justamente cuando iba a arrasar con la multitud de chicas, alguien la tomó del brazo y le llamó.
—Patricia, por favor, tenemos que hablar.
—Allan, no es buen momento.
—¿Por qué no?—Preguntó el muchacho—¿Por qué vas de encimosa con Watson?
Patricia no dijo nada. Allan la vio fijamente y dijo finalmente.
—Así que es él—hubo una pausa—. No te buscaré más.
Allan se alejó y se fue perdiendo poco a poco entre las personas de la fiesta.
Patricia sintió que eso fue motivo para dejar a Michael por esa noche y tratar de balancear las cosas con su ex-novio.
—¡Allan! ¡Por favor!—Dijo la muchacha mientras iba detrás del atleta.
—¿Ahora qué? ¿Qué no tuve suficiente con saber que me terminaste para ver si podías acostarte con El adorable Mike?
—Okay—dijo Patricia—. Me gustabas al principio, de verdad, nunca... lo planeé. Simplemente surgió.
—No mientas, Patricia—se apresuró a decir Allan—. Sé que conoces a Michael desde hace mucho tiempo. Hablé con él de ti.
Hubo silencio, Patricia sabía que estaba en problemas.
—Oh sí, hablábamos de ti. Él me apoyaba para dar lo mejor de mí, para que ambos fuéramos felices y tal vez seguir juntos para la universidad pero tú, Patricia Parrish, estás tan enamorada de él que sí te digo que mi corazón explotara suena a una estúpida metáfora y a ti te importaría una mierda a excepción de Michael.
Allan se fue molesto y los ánimos de Patricia cayeron por los suelos, rápidamente Johanna se acercó a ella.
—¿Y esa cara larga?
—Es Allan. Ya sabe de Michael.
—¡Qué! ¿Pero cómo?—Preguntó sorprendida Johanna.
—Trató de hablar conmigo cuando justamente iba con Michael, entonces Allan llegó y me tomó del brazo para decirme que quería hablar conmigo pero le dije que en otro momento y él especuló que iba a buscar a Michael y se fue. Traté de detenerlo pero me dijo que básicamente lo sospechaba.
—Qué mal—dijo Johanna—. El tiempo es dinero, Parrish, ahora mueve tu trasero antes de que alguien se lleve a Mike a la cama.
—Gracias por el apoyo.
Johanna tomó de la mano a Patricia y le empujó con el puñado de chicas que estaban alrededor de Watson. Patricia dudó un momento sobre que hacer, pero fue justamente en ese momento de duda cuando una chica de cabello rubio rizado, llegó y cruzó su brazo derecho con el brazo izquierdo de Michael y puso su otra mano en el pecho de éste. Patricia se quedó atónita, no sabía que hacer, así que solamente se limitó a ver como aquella chica se llevaba al chico con el que tenía oportunidad.
Resignada, Patricia fue a servirse un trago para no sentirse tan mal. Justamente, un joven de ojos grises-azulados, se le acercó.
—Debes estar muy enojada como para tomar consuelo en el alcohol, ¿no es así, morena?
—Más bien, rota, diría yo.
—Oh, vamos, ¿quién te ha roto el corazón?
—Nadie en particular, sólo que no me está yendo muy bien en la fiesta, ¿sabes?
—Yo había venido en particular a emborracharme pero creo que ya encontré a alguien con quien hablar.
—Supongo que sí—dijo más animada Patricia.
—Soy Benjamín. Benjamin Richards.
—Soy Patricia Parrish. Gusto en conocerte.
Ambos esbozaron una sonrisa.
Michael parecía pasarla bien con su nuevo interés pero ella parecía estar tediosa de tanta plática.
—¿Podrías recordarme tu nombre?
—Soy Lisa, Michael. Es la segunda vez que lo repito.
—Es cierto, lo siento. Ya sabes, me abruma la fiesta.
—Cuéntame, ¿qué más te abruma?
—Perder.
—¿Qué pasaría si me pierdes?—Preguntó Lisa mientras se acercaba peligrosamente a los labios del chico pelirrojo.
—Te encuentro.
Los labios de ambos de chicos se conocían por primera vez y parecía que les gustaba.
Cuando dio media noche, todos los chicos de la fiesta-a excepción de unos cuantos-comenzaron a cantar la canción de feliz cumplaños y comenzaron a rodear a Michael y a Lisa.
Al terminar de cantar, Dylan abrió una botella de whisky y comenzó a vaciarla sobre Michael, quien trataba de beber pero solamente se estaba empapando de alcohol la ropa, enseguida, Lisa se le unió a Joseph y ambos terminaron en un beso bajo whisky.
Patricia y Ben se habían acercado a ver el espectáculo pero Patricia se marchó al ver que Michael y Lisa terminaron empapados en alcohol.
Ben siguió a Patricia que con suerte, logró alcanzarla.
—¿Ya te vas?
—Ya.
Patricia tomó su chaqueta y salió de la casa.
—Déjame acompañarte.
—Si tú quieres.
Ambos comenzaron a caminar.
—¿Ya vas tarde?
—No, de hecho voy muy temprano.
—¿Entonces porque no te quedas?—Preguntó Ben.
—Simplemente ya no quiero estar ahí. Michael solamente me habló un par de minutos. Mi novio y yo terminamos y mi mejor amiga no deja de ligar con el mejor amigo de Michael, ¿qué demonios sigo haciendo yo aquí?
—¿Hablar conmigo?—Preguntó inseguro Ben.
—Me gustó hablar contigo, Ben, pero no me siento tan feliz hoy para poder seguir hablando por hoy.
—Supongo que podríamos hablar el lunes en la escuela.
Ben dejó hasta su casa a Patricia; ésta le dio un beso en la mejilla y Ben Richards quedó impactado.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2019 ⏰

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