ALEXANDER.
No dejaba de pensar en esa chica que se había atrevido a amenazarme, tenia que saber quien era, como se llamaba o si no no dormiría tranquilo.
Ya era tarde pasaban de la media noche, estaba frustrado que acaso ella no sabia quien era yo o que solamente tenia que tenerme respeto, pero veo que no sabía y tenía que hacérselo saber. Estuve llamando como por media hora, lo único que su "amiga" me pudo decir fue su nombre, también algunos de sus compañeros pudieron darme su dirección segun la sabían porque había hecho una fiesta anteriormente algo que ni me interesa pero bueno. Emprendí mi viaje hacia la dirección que me había dado aquel idiota que ni me acuerdo de su nombre. Al llegar a su casa había pensado tocar la puerta pero ya era muy tarde así que toqué su ventana, malditasea eh tocado varias veces y no sale toque una última ves pero ahora mas fuertes, y al fin se asomó aquella chica con el ceño fruncido, tenía los ojos hinchados al parecer la había despertado pero me importa una mierda a lo que venia,me cruce de brazos esperando a que se dignara a abrirme, hasta que al fin lo hizo después de un rato analizando las cosas si que era lenta esta chica.
-¿Alexander? Que diablos haces aquí? Y como supiste donde vivo?-pregunto Daniela.
- Muy bien, primero entrare- respondí seco adentrándome a su habitación.
Ya dentro del lugar ella empezó a retroceder, sabía que tenía miedo y que esta no era una visita amistosa, ella no sabia con quien se había metido y hoy se lo haría entender, hasta un puto favor le hago.
-¿Que es lo que quieres?- pregunto cuando dejó de retroceder.
- Mira Daniela, vine a dejarte claro quien manda aquí y que niñas tontas malcriadas como tu me deben respetar, si no habrá consecuencias y no te van a gustar- respondí sonriendo de manera triunfadora.
-Yo...yo...no...te ten...go miedo oíste- dijo daniela tartamudeando.
Yo solo reí ante su comentario y salí de su habitación, espero que halla entendido como son mis reglas solo tenía que respetarme y mantenerse alejada de mi
