Capitulo 15 - "Luna de miel"

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Dustin POV.

A las nueve en punto de la noche bajamos del coche para subir al Jate.

Esta parte del lago Massey se convirtió en un estacionamiento perfectamente iluminado, y el camino que lleva hasta el Jate está adornado con luces blancas y rosas brillantes.

Es hermoso incluso desde afuera.

Hay una persona en tierra firme, en smoking, recibiendo a los invitados, aunque parece que Paris y yo seremos los últimos.

Y Tea está en la entrada del Jate, esperándonos, mirándonos sonriente desde arriba.

-Tengo nervios –admite Paris sonriendo y tomando mi mano mientras caminamos.

Yo simplemente asiento.

Todo el camino desde que salimos de casa su ánimo viene muy alto, está feliz, y disfrutando cada partícula de cada segundo que pasamos.

Yo por el contrario, tengo un montón de cosas en mi cabeza, y aunque intento seguir sus consejos y peticiones, no lo logro.

"Olvida todo lo que pasó" me dijo en cuanto subimos a la limusina al salir de casa "Tendremos tiempo para hablar de eso, pero este momento es nuestro"

Y no sé si esta fingiendo, o de verdad lo está disfrutando, pero parece feliz.

Espero contagiarme de esa felicidad rápidamente.

Supongo que la razón de mis nervios es que no se absolutamente nada de lo que pasó o hablaron; en cuanto Paris aceptó la ayuda de Brant, yo decidí salir del lugar.

"No, quédate" me había pedido Paris "Tienes todo el derecho de estar aquí"

Pero me negué.

Sé que era una situación muy delicada, y lo menos que Paris necesitaba era la presión de mi presencia en ese lugar.

Al estar solo podría liberar esa parte de él que lo ayudaría, así que por eso decidí alejarme.

Aunque no lo hice solo, uno de los hombres que venían con Brant me acompaño hacia el porche delantero, y ahí me esperé hasta que Paris y Brant terminaron de hablar.

Cinco cigarrillos después de haberme salido la puerta se abrió.

Los hombres de Brant se fueron, y Paris me condujo hasta la limusina.

En donde me aseguró que todo estaba bien, y que lo habían solucionado ya.

Así que ahora estábamos aquí, caminando por un puente blanco con enredaderas, a punto de llegar a la recepción de mi boda.

-Llegan justo a tiempo –nos dice Tea en cuanto llegamos a ella-. ¿No se cambiaron?

Paris y yo intercambiamos una rápida mirada a nuestros atuendos.

Con todo lo que había pasado olvidamos que teníamos otro conjunto diferente para la recepción.

-Bueno, no importa –continua Tea-. De todas formas en los hombres no se nota.

Es entonces cuando me doy cuenta que el vestido celeste que Tea traía en la boda fue sustituido por un azul obscuro ceñido a su cuerpo, haciéndola ver hermosa y mucho mayor de lo que realmente es.

-Gracias, Tea –le dice Paris-. Por todo.

-Aun no me lo agradezcas –dice esta-. Pero si al final de la noche estas realmente agradecido puedes ayudarme a convencer a mi mamá de que la Universidad en Nueva York es mucho mejor que en Reno.

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