The Promise [Camren]

Capítulo 40

"¡¡Usted no entiende que podrían hacerle daño!!" Gritó Camila mientras un hombre intentaba sacarla.

"¡¿Por qué tantos grit... ¿Mike Jauregui?" Preguntó un hombre que detallaba el rostro de Mike.

"Richard..." Mike se logró soltar y fue directo abrazar a un viejo amigo.

"Por qué estás aquí, puedo ayudarte en algo?"

"Necesito que me ayudes con mi hija Lauren" Richard asintió y le pidió a Mike que lo siguiera, pero antes de que este lo hicera se devolvió para ir directo por Camila que aún la tenían retenida.

Camila no dejaba de mirar la hora ya que le preocupaba que todo esto estuviera tomando tanto tiempo, y como habían dicho antes el tiempo era oro.

"Ahora si dime en que te puedo ayudar" dijo el hombre tomando asiento.

"Mi hija esta metida en un gran lío porque Simon Cowell ha estado amenazandola he incluso golpeandola, pero ahora él la tiene secuestrada y si ustedes no hacen algo rápido podría perderla..." Mike desvió la mirada por lo que Camila decidió tomar la palabra.

"Aquí hay un vídeo en donde se ven todas las personas que salieron perjudicadas por él, y también esta el vídeo en el que se presenta la agresión" Richard tomó la cámara, pero antes se quedó viendo detenidamente a la morena.

"Eres de fifth harmony?" Camila asintió y el hombre le dio una sonrisa.

"Mi hija es su fan número uno, pero bueno, primero lo importante" Camila sonrió mientras el hombre empezaba a revisar la evidencia.

Luego de un rato Richard apagó la cámara, y anotó algo en un papel.

"Tienen alguna idea de dónde podría estar Simon?" Mike le entregó un papel y el hombre se levantó. "No te preocupes que tu hija va a estar bien, ahora por favor acompañenme" Camila y Mike supiraron aliviados debido a que ya iban a poder darle fin a esa pesadilla.

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Jessica aparcó el auto cerca a un almacén que había comprado Simon.

"Vamos Jessica respira..." susurró para si misma una vez bajó del auto. Realmente esperaba que Lauren estuviera ahí ya que si no lo estaba las cosas iban a ir de mal en peor.

Cuando iba llegando a la gran puerta vio como dos hombres venían, por lo que tuvo que correr a un costado del almacén. Espero unos segundos y se asomó cuidadosamente para ver que los hombres estaban armados.

"Piensa, piensa, piensa..." era lo que repetía continuamente en su mente ya que estaba intentando recordar los planos exactos del almacén. Sus ideas pudieron aclararse, y recordó que más atrás había una puerta que daba directamente al sótano.

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"¡¡¡¡Será que ya puedes llamar a las estúpidas de tus amigas!!!!" Gritó Simon dándole otro golpe en el área  abdominal. "Te prometo que no voy a ser tan duro con ustedes" la tomó del cabello para que pudiera verlo. Su rostro realmente estaba mal, tenía un morado en su ojo izquierdo, tenía roto el labio y la ceja, pero además sus muñecas le dolían mucho debido a que Simon apretó más la cuerda, y para completar ya eran varios los golpes que había recibido en su abdomen.

"P-pierdes tu tiempo..." susurró mientras intentaba recuperar el aire.

"Esta bien..." la llevó hacía adelanté y hundió su cabeza en un barril llenó de agua. "La verdad me merezco un premio porque he aguantado mucho" la sacó del barril y vio satisfactoriamente como la ojiverde estaba tosiendo.

"S-sólo m-matame..." susurró como pudo. Ya no aguantaba más, era mucho dolor el que estaba sintiendo y no quería que traer a las chicas de nuevo, así que lo único que quería es que él apretara el gatillo.

"¿De verdad es lo que quieres?" Soltó su cabello, y se dirigió a la mesa para tomar el arma. "No es ni tan mala idea ya que podría decirle a la los medios que nos secuestraron y que intenté salvarte, pero fue demasiado tarde" colocó el arma en su frente y Lauren cerró sus ojos con gran fuerza.

"Hazlo..." su mandíbula temblaba y su respiración estaba acelerada. Escuchó como Simon cargó el arma por lo que apretó con fuerza sus dientes. "¡¡Sólo hazlo de una vez!!" Gritó a grito herido, pero en cuestión de segundos sintió como retiró la pistola.

"O sólo podrías decirles que vengan y problema resuelto" Lauren abrió sus ojos y unas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.

"Vete al demonio" Simon sonrió y luego con fuerza estrelló el mango en su rostro. "J-jam..." volvió a hundirla en el barril, pero esta vez espero a que ella dejara de luchar.

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Jessica ya se encontraba caminando en el sótano, pero se detuvo ya que vio que en el suelo había una varilla de metal, así que la recogió ya que no sabía si se iba a volver a encontrar con más hombres.

"¿Dónde podría estar ella?" Dijo para si misma mientras veía los dos caminos. "Yo puedo hacerlo, yo puedo hacerlo..." tomó una gran bocanada de aire, y eligió el camino derecho.

Una gota de sudor empezó a recorrer su rostro. Su cuerpo estaba lleno tanto como de adrenalina como de miedo ya que ella era una simple asistente, no una agente especial que podría romperle la cara a varios hombres que intentaran mandarle una bala en todo el cráneo.

"Recuerda que tienes que volver con tu hija, así que deja el maldito miedo de una vez y mueve el trasero..." sus ojos se cristalizaron al pensar de que quizás no iba a volver a la niña de sus ojos.

"Necesito tomar aire" escuchó la voz de Simon y corrió a esconderse a un hueco que había cerca.

Cerró sus ojos con fuerza, he intentó contener la respiración lo más que pudiera ya que no quería por nada del mundo que llegara a verla. Los pasos se oían cada vez más cerca generando que otra gota de sudor empezara a deslizarse... Los pasos se detuvieron y Jessica abrió los ojos encontrándose con Simon de frente, pero para su suerte él estaba sacando de su saco una cajetilla de cigarrillos.

"Cuando llegues a casa lo primero que vas hacer es irte de vacaciones con Emily, luego vas a ir con ella a comprarle el perrito que tanto quiere, y por último vas a ir a llevarla a esa heladería de la que tanto te habla..." pensó mientras esperaba que los pason no se escucharan más. 

Segundos después un silencio inundó el lugar y Jessica salió del hueco intentando recuperar el aire que perdió. Cuando se recuperó vio al frente y noto que había una puerta entre abierta, por lo que cruzó los dedos para que Lauren estuviera ahí dentro.