La copa de las casas. [Drarry ]

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Harry despertó en la enfermería.

Abrió los ojos pesadamente y se movió un poco.

Tanteó en la mesa a un lado de su cama y encontró sus lentes.

Se los puso y pudo ver un poco más.

Era de noche.

Fue cuando vio una silueta, era alguien, estaba sentado en una silla del lado derecho de su cama, durmiendo.

La luz de la luna que se adentraba por la ventana, le permitió observar unos cabellos platinados.

Se removió un poco más.

Es Draco Malfoy.

¿Qué hacía ahí?

Iba a decir algo cuando vio como el rubio se movía, al final su postura era un poco rara.

Está viendo hacia el, solo que con los ojos cerrados, los labios entre abiertos y los cabellos despeinados, ¿alguna vez habían visto a Draco Malfoy con los cabellos despeinados?

Se miraba muy lindo.

Harry se arrepintió por el comentario por un momento, pero siguió observando al rubio más de la cuenta.

Cuando el sol comenzaba a salir, vio como Draco comenzaba a abrir los ojos.

Dio un gran suspiro y luego bostezo.

— Buenos días — dijo Harry muy bajito.

Draco se tenso — Po-Potter, ¿que haces despierto? — dijo recobrando la postura.

Se supone que eso no debía pasar.

— Ya amaneció, he dormido mucho, creo — dijo Harry.

Como si conversar con el chico de los ojos grises fuera los más normal del mundo.

— Si, bueno, me voy — dijo Draco recobrando ese semblante serio.

— No, Malfoy, no te vayas — dijo Harry.

No quería volver a quedarse solo.

Draco suspiro, sin embargo no emitió ningún movimiento.

— ¿Por qué ? — preguntó Harry.

— ¿Por qué? — preguntó Draco sin entender.

— ¿Por qué estás aquí, Malfoy? — susurró Harry tranquilamente.

El de Slytherin no se esperaba la pregunta, se sorprendió de sobre manera.

Incluso formó una pequeña "O" con sus labios y sus mejillas se tiñeron rosadas.

— Potter — susurró Draco.

— Malfoy — susurró Harry.

— Solo quería asegurarme de que nadie te matará, quiero conservar ese privilegio — dijo Draco con esa sonrisa que tanto le caracterizaba.

Harry se pregunto ¿si desde pequeño hablaba de esa manera tan propia? Porque lo hacía bastante bien.

El moreno pudo sentir esas cosquillas de en su estómago que alguna vez sintió cuando lo vio por primera vez, casi un año atrás en el callejón Diagon.

— ¿Tenias miedo, Draco? — preguntó Harry.

Mordió su labio cuando se dio cuenta de que lo llamo por su nombre de pila.

Sin embargo el mencionado no dijo nada al respecto.

— Miedo, yo — ironizó Draco.