Capitulo 2

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(Sarah)

A la mañana siguiente partí a la dirección escrita en aquel pedazo de papel. No se encontraba muy lejos según lograba recordar. Tomé el autobús que dejaba a dos cuadras de la calle "rodwar".

Una vez que llegué a la parada, me bajé y caminé. Sentía que me observaban pero no lo tomé mucho en cuenta porque quizás era mi imaginación o que ya me había vuelto loca. No me demoré mucho en llegar a mi destino, que era una casa algo vieja pero se notaba que quien viviese ahí le gustaba mucho las plantas porque la casa estaba llena de ellas.

Toque la puerta y esperé. Una señora algo vieja se asomo y me miró confundida.

—hola hija, ¿qué necesita?—hablo con voz calmada y tierna.

—vengo por una niña llamada Julia—respondí seria, sin mostrar ninguna expresión.

—oh...y, ¿qué es lo que quiere con mi nieta?—Pregunto la señora curiosa.

—Encontré a su madre en una bolsa, muerta y torturada, y junto a ella encontré una carta que decía que necesitaba que su hija estuviese protegida —dije sin tacto alguno—. Si no me cree, no me interesa pero es más que obvio que su nieta se encuentra en peligro.

Ella se puso pálida, me miraba como si yo fuese un monstruo, lo más probable que lo dije demasiado brusco pero esa señora no me importa, solo debe agradecer que le voy a proteger a la nieta.

—Mi hija fue asesinada hace tres años, ¿Cómo es posible que la hallas encontrado...si ni la policía pudo?—Sé que no confía en mí pero tampoco pretendo que lo haga.

—Miré señora, yo no tengo idea quien es la mujer que encontré en un callejón, se notaba, por el olor, que estaba así hace algún tiempo—le dije intentando convencerla —. En su bolsillo había un papel lleno de sangre seca, lo que supongo que se les pasó a sus asesinos, ese papel decía que la ayudase a proteger a su hija, llamada Julia, había números y esta dirección. Ahora si usted esto no la convence me voy.

Me giré para irme al ver la cara de incredulidad de la señora pero su mano, sosteniendo la mía, me detuvo.

—Espera, te creo, pasa para que conversemos más tranquila —me hablo haciéndose aún lado invitándome a entrar. Asentí y entré .

Su casa era hermosa, tenía un estilo muy rustico. Me encontraba en el living, en el cual, había un sillón largo café, al medio una mesa de centro con unas flores como decoración, habían dos sillones más, ambos iguales ubicados en extremos contrarios, varios cuadros decoraban el muro que era de piedra y un enorme ventanal dejaba a vista al jardín.

Me senté en uno de los sillones individuales al frente de la señora, ella me miraba dándome a entender que hablara.

—Como ya le dije, vengo a proteger a su nieta que por alguna razón la quieren muerta, —Se puso aún más pálida si es que era posible—. haré lo posible para que eso no suceda pero para ello primero debo conocerla.

Ella asintió, se levantó y desapareció atreves de una puerta. Minutos después volvió con una adolecente que no debía de tener más de 14 años. Su cabello era rojo, su cara blanca y sus ojos azules, muy rara combinación pero de igual forma era muy hermosa la chica.

—Ella es mi nieta Julia Mctlyen y mi niña ella es... —quedo a la espera de mi nombre.

— Sarah Kemwerd —respondí parándome para darle la mano.

La niña me miró con desconfianza, sin alejarse de su abuela, mientras me estudiaba de pies a cabeza.

—mi niña no seas maleducada. Saluda —le regañó la señora e inmediatamente me dio la mano.

El gran ventanal se quebró y la vieja mujer cayó al suelo, sangrando por la cabeza. Abrí mis ojos a más no poder, rápidamente me acerqué a la niña que había quedo en schok mirando como su abuela moría en el suelo. La jalé hasta la puerta mientras los disparos continuaban.

Cuando salí a las afueras vi un auto y a un hombre que abría la puerta invitándome a subir.

—Súbete —ordeno aquel hombre al ver que yo había parado mi andar.

No tenía muchas opciones, o moría por un tiro o moría asesinada por él.

Tiré a la niña con más fuerza, protegiéndola con mi cuerpo por si llegaba algún tiro, lamentablemente me rozo uno en el hombro, superficialmete, pero que de igual forma provocó que mi hombro sangrara, aún así, seguí avanzando, aguantándome el leve dolor que se hacia presente en mi hombro izquierdo. Empujé a la niña en la parte de atrás del auto y  subí adelante de copiloto, al instante el hombre subió en la parte del chofer y arrancó a quien sabe donde...

Corazones Congelados #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora