KyungSoo sabía que la vida como adulto no sería fácil pero jamás imaginó que la odiaría tanto como aquél lunes por la mañana. Apenas iniciaban las vacaciones pero para él, apenas un pasante de la licenciatura de derecho que llevaba tan sólo 2 meses en el bufete jurídico más prestigioso de Seúl, por supuesto que no tendría vacaciones.
El reloj marcaba las 8:20 cuando, con esfuerzos, logró abrirse paso entre las personas del vagón del metro segundos antes de que las puestas de éste se cerrasen; salió de la estación a toda prisa y corrió las 4 calles que le faltaban para llegar al imponente edificio donde laboraba. La tarjeta con la que checaba la hora de entrada pasó por el aparato exactamente a las 8:30 y pudo sentir cómo su alma descansaba en ese preciso momento, un retraso más y tendría que resignarse a perder el 10% de su paga, que de por sí no era mucha.
El pasante caminó por el edificio hacia el elevador frunciendo sus labios al percatarse de lo desiertas que se encontraban las oficinas, además de las personas de seguridad, podría jurar que era la única alma en desgracia en el edificio. El elevador no tardó en llegar y al ingresar, KyunSoo se dedicó a ver el número en la pequeña pantalla hasta que se detuvo en el número 9, su piso.
Al entrar a la oficina gruñó por lo bajo al percatarse de la cantidad de documentos que yacían sobre su lugar, al cual caminó sin ánimos tras quitarse que el abrigo que dejó descansara sobre el respaldo de la silla para, acto seguido, acomodarse y hundirse en los casos a tratar. Tomó el primer bonche de hojas para estudiar el primer caso, realizando las anotaciones correspondientes.
"A contrario sensu, acreedor, ad litem, adulterio, delito, intra vires haereditatis..." las hojas pasaban una tras otra, siendo únicamente sostenidas por más de 15 minutos cuando el pasante se olvidaba o confundía con el significado de alguna locución latina, la cual tenía que consultar con su fiel libro, aquél que había conseguido desde que inició el primer año de la licenciatura junto a su fiel constitución. Al cabo de dos horas y con un tremendo dolor en las piernas y espalda, el joven Do se levantó de la silla para sacar fotocopias a unos documentos que lo necesitaban y casi arrastrando sus pies, se dirigió hacia el cuarto de fotocopiado.
Al llegar se percató de que no había hojas blancas y que nadie había dejado repuesto, luego recordó que probablemente era la única alma en el piso 9 haciéndole compañía a los de seguridad y se molestó aún más por lo que regresó a la oficina acelerando el paso, tomó un paquete nuevo de hojas blancas con su brazo libre y se dirigió de nuevo al cuarto, acomodó las hojas en la máquina y justo cuando apretó el botón de fotocopiar, la pantalla le indicó que no había tinta. KyungSoo apretó los labios con fuerza para impedir que escapase de estos la maldición que estuvo a punto de pronunciar, posteriormente se dirigió de nuevo hacia la oficina para tomar el toner nuevo y dirigirse casi corriendo al cuarto de fotocopiado; fastidiado colocó el reemplazo y se dispuso a sacar las estúpidas fotocopias.
Cuando iba de regreso con las fotocopias hechas abrazadas contra su pecho tropezó y las hojas se esparcieron por el pasillo haciendo bufar al estresado chico, se agachó para recoger el desastre que había hecho hasta que un suave carraspeo le tomó por sorpresa, levantando ligeramente el rostro para encontrarse con un chico rubio, quien no tardó en agacharse para ayudarle.
—Mal día, ¿cierto?
El joven pasante asintió un tanto confundido pues aquella cara le parecía familiar sin embargo no lograba recordar de quién se trataba. La tarea de recoger todas las hojas del suelo no llevó mucho y cuando ambos se levantaron el chico le dedicó una amplia sonrisa.
—Ya mejorará, KyungSoo. Uh, tal vez deberías revisar tu escritorio.
Agregó el joven de sonrisa gatuna antes de levantar su mano, en un gesto de despedida, dejando aún más confundido al chico porque, ¿cómo es que él sabía su nombre? Caminó sosteniendo con mayor fuerza las hojas contra su pecho y, al llegar a su escritorio se percató del vaso grande que se encontraba en él junto a un muffin de mora. El chico parpadeó, creyendo que probablemente el hambre le estaba jugando una mala broma y, dejando los papeles a un lado, tomó el post it que se encontraba en el vaso desechable.
"KyungSoo-yah...
Yo sé que serás el mejor abogado de Seúl así que por más difícil que parezca no te rindas, cada esfuerzo tendrá su recompensa cuando pongas tu propio bufete.
O tal vez, cuando tu recompensa será el dinero que tendrás para comprar nuestra casa en el campo, mi granjero sexy.
Ten un bonito día, Soo 🖤
Atte: Tu admirador secreto."
Una sonrisa se dibujó en los labios del pelinegro quien no dudó en tomar el vaso, percatándose de que el emblema que se encontraba en éste era del lugar donde trabajaba su novio, bebió un sorbo cuidando de no quemarse para después tomar su celular.
📱To Chanyeol. 📱
¡Gigante bobo! ¿Si sabes que dejas de ser "admirador secreto" cuando mandas a tu amigo JongDae con el café y cuando lo envías del lugar donde trabajas? Eres un idiota jajajaja.
Muchas gracias por el detalle, moría de hambre. Debido a ti, hoy es un gran día.
Nos vemos a las 4:00 para comer, paso por ti.
📱Send. 📱
KyungSoo sonrió una vez más a la pantalla de su móvil llevando una vez más el vaso hacia sus labios para beber un poco más de café, sintiendo cómo poco a poco conseguía relajarse un poco. Probablemente Chanyeol tenía razón, no era hora de rendirse por más que el trabajo fuese pesado, porque al final del día todo esfuerzo valía la pena si terminaba compartiendo una comida con su novio mientras le contaba sobre sus sueños más locos.
Pensó que la vida se le terminaba una vez que había finalizado con la Universidad sin embargo, al ver el brillo en los ojos de Chanyeol cada vez que le hablaba de un futuro juntos, le daba la fuerza necesaria para seguir porque sin importar las dificultades, no estaba solo.
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Hooola
No los conozco ni ustedes a mí pero si llegaron hasta el final de esto y no vomitaron, los felicito(?)
Sólo necesitaba sacar mi odio al mundo y mi miedo por la vida adulta :)
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Coffee
Short StoryLa vida como adulto lleno de responsabilidades y sin vacaciones, apesta.