Baker boy |namjin|

Chapitre 6

Pasaron 3 semanas en donde Jin tenía que aguantarse del acoso diario de Namjoon.

“Quisiera ser tu escusado, porque refleja lo que más he deseado”.

“¿Tienes señal en tu trasero? Porque siento que ese culito me llama”.

“Ojalá fueras panqueque para echarte toda mi leche descremada”.

— Jin, necesitan tu ayuda inmediata en la cocina — dice la señora Kim — yo te cubro la caja.

— ¿No puede ir alguien más?

— La chica de la limpieza esta ocupada atendiendo un problemilla en el baño.

— ¿Y usted?

— Jin, sólo ve — dice seriamente.

Jin desganado entra a la cocina, él sabía muy bien que Namjoon lo recibiría con una de sus palabras u actos obscenos.

— Ojalá fueras cereal para llenarte de leche — dice Namjoon sin dejar de verle el trasero a su compañero.

Jin esta harto, harto de este acoso — Namjoon — dice con un tono de enojo haciendo sentir algo incómodo a Namjoon.

— ¿Qué pasa?, que sea rápido. Tenemos que preparar panes.

— Estoy harto, de harto de tus malos piropos, harto de tus toqueteos, harto de sentirme con miedo, con incomodidad estando cerca de ti. ¿Sabes algo? Desde hace tiempo deje de consumir tus donas. Desde hace tiempo dejaste de ser mi ídolo. Desde hace tiempo compro donas en donut donas. Sigo aceptando las donas que me ofrece tu abuela en camino a la escuela, ¿sabes que hago con ellas? Las guardo y voy después de clases a alimentar a los patos o a las aves. El sabor que antes amaba, ya ni lo extraño.

Namjoon se queda unos segundos en silencio, analizando todo el discurso que le acaba de decir su compañero.

— ¡Idiota!, ¡no te quedes callado! — grita con enojo.

— Jin, en serio, perdón. He actuado muy mal.

— ¿Crees que con una disculpas a secas se solucione todo?

Se arrodilla — por favor, Jin — junta sus manos en forma de plegaria — estoy arrepentido, demasiado. Quiero volver a ser tu ídolo, que las donas que te regale mi abuela te las comas tú y no los animales del parque — Namjoon se esta humillando para que ese chico refinado lo perdone, ¿por qué?

— No es suficiente para mi.

— Te enseñaré a preparar mis famosas donas.

— Trato hecho.

— Ya no te volveré a decir piropos, ¿amigos? — le ofrece su mano.

— Amigos — estrechan manos.

— Bien, por tu lloriqueo dejamos el trabajo de lado. Si la abuela se entera, me tortura.

— ¡Que va!, se ve muy amable.

— Lo es, pero cuando se enoja tiene un carácter de...

— Entiendo, volvamos a trabajar, pero que no se te olvide que me enseñarás a preparar aquellos postres.

[...]
Mientras escribía este capítulo estaba escuchando spring day, todos los feels, bro.