Capítulo 23

4.9K 265 8
                                    

Como siempre gracias por leer ROJO NATURAL. Es un placer leer comentarios y mensajes de vosotros los mejores críticos y consejeros de la escritura. Muaks Declectic <3

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Había echado a David de mi habitación y mi móvil sonó recordándome la cita con Karim Assad. El verdadero motivo de "nuestra visita a Nueva York". Era un nuevo inversor que por lo visto llamado por la fama de la nueva directora general estaba interesado en invertir un buen pellizco de su capital en nuestra empresa. El señor Assad era un verdadero misterio para muchos empresarios, muchos ni siquiera llegaban a conocerlo en persona, por lo visto era una persona realmente peculiar y elegía personalmente sus inversiones. Cosa extraña en el mundillo de las inversiones actual porque normalmente los verdaderos apoderados como el se dedicaban a poner el bolsillo pero no su tiempo.

-Bueno pues a ponerse en marcha.- Dije repentinamente animada. No todos los días conocías a un magnate de los negocios desconocido y poderoso como él. Era un verdadero privilegio.

Me ducho y me visto con mi nuevo traje blanco Dior. Mi ultimo capricho, si trabajar como una burra no servia para darse gustos como aquel ...no tenía demasiado sentido, nadie trabaja por amor al arte,no? Bolso en mano, recojo mi llave, monedero y un par de documentos por si la reunión acababa bien. Ya estaba lista.

Me dirijo a un edificio un poco sobrio para ser de esta espectacular ciudad, pero entiendo su sobriedad al entrar dentro. Sin poder evitarlo abro la boca como una niña pequeña delante de un parque de atracciones. Es impresionante, suelos de mármol, repisas doradas, techos que parecían ni acabar....impresionante es poco, cuanta ostentación. Me dirijo a la impresionante recepcionista, acorde con el lugar. Si no era una modelo lo parecía, era una chica de unos treinta morena de ojos verde esmeralda y una figura de infarto. Al acercarme al mostrador consigo captar su atención y con ella una sonrisa digna de Hollywood.

-Buenos días, me llamo Dafne Soria. Tengo una cita con el señor Assad.- Digo con una voz serena y profesional, cuando por dentro estoy temblando como una hoja al antojo del viento del otoño.

-Un segundo.....-Teclea en el ordenador que tiene enfrente como si sus dedos volaran por encima de las teclas.-Señorita Soria el señor Assad ya ha sido informada de su presencia en el edificio, vaya a la planta 36, diríjase al primer pasillo a la derecha allí encontrara a una compañera que le permitirá entrar para que pueda tener audiencia con el señor Assad. Tenga un buen día.- Y con esto la morena despampanante dejó de prestarme atención volviendo la vista a sus quehaceres.

Me dirijo al ascensor, enorme, como no y subo las 36 plantas mucho más rápido de lo que esperaba. Parecía el mismísimo ascensor del Empire States. Salgo siguiendo las indicaciones de la morena y me encuentro con una puerta y justo antes de picar me abre la puerta un hombre vestido completamente de negro a excepción de una corbata que parecía una explosión de un taller de algún artista loco. El hombre  habla con una voz varonil diciendo:

- Señorita Soria, la están esperando.-

Madre mía si el interior del edificio me pareció fastuoso ese despacho era tan grande como tres estadios de fútbol y más lujoso que cualquier palacio de la época Tudor. Pero lo que me estañaba era que el Karim Assad quedaba en ese entorno como algo obvio en medio de todo ese despliegue. Hasta hace apenas una fracción de segundo estaba concentrado en una hoja de papel, pero ahora me dedicaba una intensa mirada amielada enmarcada por una cara angulosa y sin rastro alguno del paso del tiempo. Parecía un hombre mucho mas joven de lo que realmente era, según Rebecca tenía unos cuarenta y pocos pero tenía aspecto de apenas cumplidos los treinta.

-Buenos días señorita Soria, puede hacerme el favor de acercarse y sentarse en la silla a su derecha?- Hice lo que me dijo como hipnotizada-Bien, Eduardo puedes retirarte.-Se dirijió al hombre que me había abierto la puerta con anterioridad.

Una vez nos quedamos solos Assad vuelve a hablarme esta vez con un tono mucho más distendido.

-Bueno, bueno, bueno Dafne, me permites que te tutee, verdad?- dice con una voz suave, quien se niega a algo así?

-Claro Assad- Respondo.

-Karim. Tenemos mucho que hablar como para andar con caretas absurdas, no te parece? Bien empecemos.-

Y en ese tono directo claro y conciso pasaron las siguientes dos horas. Estaba claro que Assad se movía en el mundo de los negocios como pez en el agua  y la verdad es que había conseguido sorprenderme pese a que yo ya sabía que era un verdadero tiburón. Fue intenso y fructífero, pese a no firmar concretamente ningún contrato había conseguido convencerle de lo interesante que sería para el diversificarse en este mercado en el que nosotros estábamos en alza y con esto conseguir otra cita pero esta vez en Barcelona. Por lo visto en un par de meses tenia previsto ir para allí y con ese viaje esperaba conseguir cerrar el trato con nosotros. Era fantástico una verdadera buena noticia.

Con el animo que me provocaba esa futura adquisición para la empresa me dirigí hacia el hotel en medio de la maraña de coches amarillos, estaba empezando a pillarles cariño, eran más baratos que en Barcelona e igual de rápidos que el metro.

Estaba entrando por el vestíbulo del hotel y ahora me parecía soso y con poca chispa incluso mediocre después de ver el fastuoso edificio de Assad. Tenía buenas noticias y esperaba poder hacer una videoconferencia con Barcelona antes de acabar el día, espero que la junta pueda reunirse o por lo menos por medio de Paterson conseguir informarlos. No pienso dejar escapar a Assad y su inagotable bolsillo. Y con ese pensamiento me dirigí a la habitación de Paterson pero me paré en seco al ver a William salir de allí. La impresión de verlo salir de su habitación me hizo esconderme en la primera columna que tuve cerca y volví sobre mis pasos asomándome a ver que sucedía. Pero simplemente allí ya no había nadie, solo un pasillo vacío y sin moros a la costa me dirigí a mi habitación.

Flipando y maldiciendo me quité mis caros zapatos quedando descalza y confundida. Tendría razón David? Y si William no era quien decía ser? Dios.... podían dame dos minutos sin trastocarme?

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, aquí esta el capítulo 23 de ROJO NATURAL!! Ya m diréis que opináis de este descubrimiento. En el próximo capitulo se descubrirán ciertos problemillas que están llevando a la protagonista de cabeza.

Muaks Declectic

ROJO NATURALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora