Por la mañana, encontró una nota de Sloan en su mesa: «Ven a verme inmediatamente». Si su jefa quería hablar con ella, pensó ___, quizá el universo la estaba ayudando a resolver el dilema sobre si debía o no notificar «el incidente», que era como ahora lo consideraba.
Durante todo el trayecto en metro hasta el trabajo, había estado pensando si debería o no decirle a Sloan lo que había visto en la cuarta planta el día anterior. Cuando el metro se detuvo en la parada de la calle Cuarenta y dos, había decidido que su responsabilidad era pensar en la biblioteca, por lo que tendría que notificárselo. Su única duda era cuándo y cómo abordar el tema. Pero el hecho de que la llamara a su despacho, sin duda facilitaría las cosas.
—¿Querías verme? —preguntó ___ desde la puerta.
Sloan estaba sentada a su escritorio, hojeando un ejemplar de Modern Bride. En su pantalla del ordenador, se veía un desfile de trajes de novia de Vera Wang.
—Sí —respondió—. Necesito que me acompañes a una reunión de los Young Lions. Conoces a los Young Lions, ¿verdad?
Cuando ___ negó con la cabeza, Sloan suspiró.
—Forman parte de la sección de recaudación de fondos de la biblioteca. Es un grupo para asociados de entre veinte y cuarenta años. Te daré algo de información para que la leas. Pero lo más urgente que debes saber ahora es que patrocinan una gala de entrega de premios de ficción anual y que este año vamos retrasadísimos. El jurado está formado en parte por la junta de la biblioteca y en parte por el comité de lectura, que escoge a los nominados y al ganador.
—Creo que he oído hablar de eso —respondió ___, mientras se preguntaba cómo iba a cambiar de tema para hablarle de lo que había presenciado.
—Suponía que era así. En cualquier caso, necesito que tomes notas en la reunión. Tenía un estudiante en prácticas que lo hacía, pero se ha marchado, así que de momento tendrás que sustituirlo tú. Nos reunimos en la Sala de Juntas, en el segundo piso, a las diez.
_____ lo sabía todo sobre esa sala, una de las más opulentas de la biblioteca, pero no la había visto nunca y estaba emocionada por esa oportunidad que se le presentaba. Aun así, algo seguía empañando su ánimo.
—De acuerdo. Pero antes de la reunión, hay algo que quisiera comentarte...
—Ahora no, ___. Vamos.
Sloan cerró la página web de novias y se colgó su bolso de Chanel del hombro.
_____ la siguió diligentemente por el pasillo. Su jefa no parecía tener ganas de hablar, por lo que ella la imitó y guardó silencio.
La Sala de Juntas no la decepcionó; con el suelo de madera de teca y la elaborada chimenea de mármol blanco, era la mismísima imagen de la elegancia. Una inscripción sobre la chimenea decía: LA CIUDAD DE NUEVA YORK HA ERIGIDO ESTE EDIFICIO PARA EL LIBRE USO DE TODOS MCMX.
Por encima de su cabeza, el techo en bajorrelieve tenía una forma ovalada, rodeada por molduras de color crema. Una enorme lámpara de araña de latón colgaba en el centro de la estancia e, incluso desde donde se encontraba, ___ podía distinguir unos leones y unas máscaras de sátiros talladas.
Tomó asiento a la oscura mesa de roble, debajo de la araña. Todas las butacas estaban ocupadas excepto una. Delante de cada uno de los asistentes había un cuaderno de notas, un lápiz al que le acababan de sacar punta y una botella de agua.
—Empezaremos en cuanto llegue Niall —comentó una menuda mujer morena que se dirigió al grupo con una voz aguda similar a un gorjeo.
Mientras esperaban, Sloan se inclinó hacia ___ y le dijo:
—Te presentaré cuando estemos todos. Estamos esperando al director de la junta —añadió Sloan—. Ah, ahí está. Niall Horan.
_____ siguió la dirección de su mirada hasta la puerta y casi se desmayó. Era el hombre del cuarto piso.
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La Bibliotecaria (Niall Horan y tu )
Fanfic_______ Finch se ha ganado a pulso su puesto en la sede central de la Biblioteca Pública de Nueva York. Pero un encuentro fortuito con Niall Horan, millonario, exitoso fotógrafo y principal mecenas del centro, transformará su austera y aburrida exis...