Por la mañana, el primer pensamiento de ____________ fue para el colgante. Sus manos se elevaron hasta su cuello, buscándolo, mientras se preguntaba si había sido todo un loco sueño erótico. Pero no, el colgante estaba allí, notó su peso sobre la clavícula y eso la reconfortó, le recordó la realidad de su esclavitud sexual de Niall: un símbolo de su propio deseo y de sí misma como objeto de deseo.
Era como si el resto del mundo pudiera verlo. Por primera vez, los hombres la miraban descaradamente cuando caminaba por la calle. No creía que tuviera un aspecto diferente, físicamente hablando; era más como si pudieran percibir la pasión que bullía en su interior, como si pudieran oler la lujuria que la acompañaba a todas partes.
Se levantó de la cama, con la persistente euforia de la satisfacción sexual. Y entonces recordó que era su cumpleaños y que su madre iría a verla.
Era casi mediodía y llevaba horas ordenando alfabéticamente las devoluciones cuando se vio interrumpida por la visita de Margaret.
—He ido a buscarte al mostrador de préstamos y me han dicho que te habían trasladado aquí —comentó la mujer. Ese día llevaba unas gafas tan gruesas que sus ojos parecían hipnotizados—. ¿Qué has hecho para que te exilien así?
______ sonrió.
—No sé por qué, pero logré sacar el lado malo de Sloan.
Margaret suspiró.
—Esa mujer es una tirana. ¿Has traído almuerzo? He pensado que podríamos sentarnos en la escalera. Hoy no hace demasiado calor.
Era cierto, su cumpleaños había llevado de vuelta la primavera. El cielo estaba despejado y no había humedad.
—Me encantaría —dijo con una sonrisa.
Metió la mano debajo de la mesa y cogió el sándwich de gelatina y mantequilla que llevaba en la bolsa marrón de papel. Cuando se agachó, el candado le golpeó el cuello. Lo llevaba oculto bajo la blusa y casi se había olvidado de él.
Encontraron un lugar en lo alto de la escalinata. ______ levantó la cara hacia el sol. Pensó en el primer día que se había sentado en ese lugar, el primer día que vio a Niall. Si no fuera porque tenía que cenar con su madre esa noche, casi sería feliz. Se preguntó si ya habrían escogido platos para cuando la mujer empezara a hacerle sentirse culpable.
—¿Cuánto tiempo más tendrás que pasar en el mostrador de devoluciones? —preguntó Margaret.
—No lo sé —respondió _______ mientras desenvolvía el sándwich.
Se había pasado con la gelatina esa mañana y goteaba por fuera del pan. La anciana meneó la cabeza.
—Es una lástima que llegues aquí en una época tan mala. Puedo ver que sientes pasión por esto.
—Oh, es sólo Sloan dándoselas de jefecilla. No me preocupa. Puedo esperar a que se le pase.
Margaret negó con la cabeza mientras pinchaba una uva de la macedonia de frutas que llevaba en una fiambrera de plástico.
—No es sólo Sloan Caldwell, aunque, en mi época, una mujer como ésa nunca habría llevado la batuta. Pero hoy en día lo único que importa es el dinero. Todo el sistema se está viniendo abajo. Todas las bibliotecas están perdiendo financiación y el apoyo de los políticos, que no comprenden lo que hacemos. Luisiana perdió los fondos estatales. Las bibliotecas están cerrando, recortando personal, recortando horas. Nunca pensé que vería esto.
—¿Qué quieres decir con que Sloan no estaría llevando la batuta?
—Ella no se ganó el puesto. Sus padres estaban en la junta. Aún hoy siguen haciendo grandes donaciones. Le compraron el trabajo.
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La Bibliotecaria (Niall Horan y tu )
Fanfiction_______ Finch se ha ganado a pulso su puesto en la sede central de la Biblioteca Pública de Nueva York. Pero un encuentro fortuito con Niall Horan, millonario, exitoso fotógrafo y principal mecenas del centro, transformará su austera y aburrida exis...