It Can't Be Stopped

Prologo

"¿Mamá?" "¿Papá?" sollozaba desconsoladamente una pequeña Camila de 6 años mientras intentaba encontrar a sus padres entre la multitud de personas. Estaba comenzando a anochecer y las máscaras que antes le parecían divertidas ahora se volvían aterradoras

Era la fiesta costumbrista de máscaras anual de Miami, uno de los acontecimientos más esperados por los nativos, se despedía el triste el otoño para dar paso a la primavera la estación del amor, los rumores decían si 2 personas desconocidas perdían sus máscaras y veían sus rostros sellaban su destino para siempre.

"Quiero irme a casa", "Quiero augh-" , un hombre de mascara oscura caminando apresuradamente la desequilibro y la hizo caer al suelo, toda la multitud aún se hacia más abrumante, la máscara que usaba la sofocaba cada vez más, cerrando los ojos rápidamente intentaba contener sus lágrimas, sintiendo una mano en su hombro gira rápidamente para encontrarse con una espeluznante mascara de...¿Ardilla?

"Hey ¿te encuentras bien?" Pregunto la aún desconocida Ardilla. Camila intentando no romper nuevamente en llanto niega rápidamente con su cabeza

"No tengas miedo, mira soy una niña igual que tú" dice la niña quitándose rápidamente la máscara, "Soy Ariana, y tengo 7 años" anuncia orgullosamente la chica, "¿y tú quién eres Bunny? y ¿por qué te encuentras tan triste?" vuelve a preguntar Ariana

"¿Bunny? pregunta desconcertada Camila,

"Si por la máscara de conejo que traes" dice entre risillas la pequeña

"Soy Camila y no soy un Bunny, y no puedo encontrar a mis padres " ignorando momentáneamente su tristeza responde un poquito molesta Camila, sacándose también su mascara

"Bueno, bueno Camila, tu puedes llamarme Ari, que te parece si nos vamos ya" dijo ofreciendo su mano Ariana

"¿y a donde vamos a ir?" respondió un tanto dudosa la pequeña

"Al puesto de seguridad, Mi Mamá siempre me dice que si alguna vez me pierdo en esta fiesta tengo que buscar a la policía, y yo sé dónde está el puesto de seguridad" dijo orgullosamente la niña

"Está bien", dijo tomando lentamente la mano de la pequeña, "Ari, tú también si quieres puedes llamarme Camz". Camila nunca se había sentido segura con nadie más que sus padres, y al entrelazar sus dedos con los de Ari sintió una fuerte sensación de protección y calidez en su corazón

"Por aquí Bunny, ups! perdón digo Camz" bromeaba traviesamente Ariana, mientras dirigía felizmente a Camila hacia puesto de seguridad

"Que no soy un Bunny" trato de decir con firmeza Camila, pero fallando terriblemente con la gran sonrisa que se le dibujaba en su rostro

Poco sabían esas pequeñas que a partir de esa noche al revelarse sus rostros, sus destinos quedaron unidos para siempre.