Capítulo 4

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>>Siempre ha sido muy extraño, pero últimamente ha sobrepasado el límite. Apenas abrí el libro, las criaturas sólo merodeaban a mi alrededor, luego de que cayera el sol. Nunca se habían aparecido a la luz del día, hasta hoy, cuando ambos se bajaron del auto y quedé sola. Siempre me atormentaban en las noches que estaba sola en mi cuarto, cuando se confundían con las sombras.

Todo esto empezó una semana después de abrir el libro. Lo que si comenzó la misma noche fueron las pesadillas. Antes no me causaban ningún terror, pero ahora, luego de dos años, despierto completamente asustada y bañada en sudor.

A pesar de que a veces no logro conciliar el sueño y que en las noches mi paranoia aumenta, no le he tomado mucha importancia. Esto se debe a que nunca me han hecho daño físico. Por eso aun no estoy completamente segura de si ellos atacaron a Thomas, porque nunca los han atacado a ustedes.

Otra conclusión a la que llegué, es que se han descontrolado porque alguien más sabe de ellos. Así que si empiezan a ver sombras y respiraciones lentas detrás de ustedes, son ellos. >>

Ambos me miraban con temor en sus ojos. Lo entendía, no es algo que diera mucho agrado al escucharlo. Isaac continuamente me enviaba miradas de decepción que me rompían el corazón. Por otro lado, Elena que siempre ha sido como mamá, atenta, me tomaba la mano cada vez que no podía pronunciar palabra.

-Gracias por hablarnos de ello Grissel-me dijo Isaac-pero necesito que me digas con detalle lo que has leído en el libro.

-En el libro sólo hay imágenes de los Cisnes Negros cada vez que lo abro. Son completamente negros, pero en donde deberían estar sus ojos, sólo hay espacios blancos que te dan una sensación de que te vigilan en todo momento-mis hermanos se mostraron más frustrados aun con esa respuesta.

-Bueno, hay uno que otro párrafos del escritor. Cabe mencionar que no sé quién, mamá nunca me lo quiso decir.-les dije para tranquilizarlos-En ellos se explica que él sabía mucho sobre los Cisnes Negros, porque toda su vida había vivido con ellos a su alrededor. Fue hace muchísimos años, pero dice que hay, muchos de ellos rondando por el mundo. No dice nada sobre su misión aquí, pero sí que esas criaturas antes fueron humanos y se quedaron entre ir al más allá o seguir viviendo, sin poder salir de ese tramo, llevándolos a convertirse en sombras que deambulan alrededor de quien abra el libro o simplemente sepa de ellos.

Elena cerró los ojos como si estuviera reteniendo las lágrimas, e Isaac se limitó a abrazarla mientras me miraba.

-Lo siento tanto, pero saben que la única manera de salir de esto es que me ayuden. Ya ven que estos dos últimos años no he logrado nada sola.

-Lo haremos, porque tenemos que hacerlo. Además, eres nuestra hermana, a veces hay que arreglar lo que ocasionan los hermanos-con una sonrisa triste, recordé lo que pasó con él hace tiempo-Pero principalmente, se me acaba de ocurrir algo. Cabe la posibilidad de que los que entraron a la casa de Thomas si fueron los Cisnes Negros, pero sólo para buscar algo que al parecer no encontraron. Así que si nosotros encontramos ese "algo", podemos tener una pista de qué quieren.

-¿Te refieres a entrar a su casa a escondidas?-pregunté nerviosa.

-Sí, no creo que esté muy bien visto por sus padres que los tres queramos entrar a su habitación. Además, si sale mañana del hospital, que es lo más seguro, tendremos que hacerlo temprano y rápido.

-Bien...lo haremos mañana después de clases inmediatamente-me levanté y caminé hacia la cocina-pero antes de todo tengo que comer, sino lo hago moriré y ustedes serán los culpables por obligarme a hablar.

El libro de los cisnes negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora