Mañana será el gran día, siento un revoltijo de emociones, tristeza, alegría, dolor, decepción... lo que más me duele es dejar a Anastasia, ha sido tan buena conmigo, a pesar de mi pasado, nunca me juzgó, por fin tenía una amiga de verdad y la tenía que dejar para siempre, mis sentimientos hacia Ian son los mismos, no siento rencor ni odio, porque a pesar de las cosas malas, fue el que me sacó de esa basura de vida que tenía, puso a mi disposición cosas que nunca más tendré, me sentía segura a su lado, pero el hecho de que me haya mentido empeora las cosas, ahora se va a casar y no puedo estar ahí en medio de los dos, Amanda es una mujer hermosa, a pesar de que es creída, cínica, arrogante, fastidiosa... debe tener su lado bueno.
No pienso dejarle nada a Ian, no tendría sentido que me escapara y en una carta le explicara el porqué, pero Ana merece que le diga porque me voy
Querida Anastasia:Quisiera que me acompañaras en este nuevo viaje, has estado desde "el principio" junto a mí, gracias por sacarme las mejores sonrisas, he de confesarte que eres una de las razones por las que sigo cuestionando si esta sería la mejor idea, quiero que sepas que estoy muy agradecida con lo que has hecho por mí, eres una gran persona, una gran amiga, quizá esta sea la última vez que sepas algo de mí, te estarás preguntando porque me fui, pero es más difícil de lo que parece, no soporto ver a tu hermano, el amor de mi vida, mi salvador, en manos de otra persona, el miedo que siento al pensar que Edward podría venir por mí se esconde en un rincón de mi cabeza, si puedo cambiaré mi nombre y me iré a un lugar donde nadie me conozca, a un lugar donde pueda volver a empezar, a un lugar donde mi pasado no me atormente, a un lugar donde pueda hacer realidad mis sueños, a un lugar donde pueda encontrar mi felicidad... solo espero que no me olvides aunque el destino nos haya separado
Te quiere tu mejor amiga, Maggie
PD: por favor no le digas a nadie sobre esta carta, quiero que Ian piense que me la arreglé sola para huir, no permitas que vaya tras de mí, el también merece ser feliz con su prometida
Meto la carta en un sobre y la guardo en mi maleta, el momento está más cerca, toda la tarde me la pasó revoloteando por toda la mansión, molesto por última vez a Amanda, me río por última vez con las cocineras, observo a Ian por última vez mientras está en su oficina con las puertas abiertas, recuerdo mi primer día aquí, cuando esos profundos y hermosos ojos azules recorrieron todo mi cuerpo, recuerdo el sabor de sus labios, la sensación de su mano al recorrer mi rostro, recuerdo esa noche que por primera vez estuvimos juntos, esa noche en la que fuimos uno sólo...
No logré dormir en toda la noche, no puedo despegar mis ojos del reloj esperando que sea la hora de irme, hora tras hora, cada minuto se vuelve más eterno hasta que el reloj marca las horas de la madrugada, llegó mi momento, me coloco una chaqueta, agarro mi pesada maleta y bajo las escaleras sin hacer ningún ruido que pueda despertarlos, paso por la sala de estar y siento que alguien me observa fijamente
-¿Maggie?- mi corazón da un vuelco al escuchar su voz
-¿Amanda?- hablamos extremadamente bajo
-¿qué estás haciendo?- pregunta un poco más fuerte
-baja la voz, no quiero despertar a Ian
-ah sí, lo había olvidado
-¿qué haces ahí a esta hora?- pensé que estaría profundamente dormida
-no podía dormir, así que empecé a beber un poco, pero me aburrí entonces me quedé pensando en la vida, no me respondiste
-me voy, pero a escondidas
-¿porque a escondidas?
-no quiero que Ian se dé cuenta que me fui, por favor no le digas- le ruego, todo depende de lo que ella conteste
-tranquila, no le voy a decir...- nos quedamos en silencio -¿podrías dejar as Calíope? Es una de las pocas cosas buenas que hay en este lugar
-claro- de todos modos no la podía llevar conmigo, aquí he dejado todo lo que él me regalo -gracias Amanda
-no es nada Maggie, espero que te vaya bien- sonreímos
-sabes, eres más agradable en altas horas de la mañana
-lo sé, ahora vete, Ian se despierta temprano para hacer ejercicio
-sí, sí, ya me voy- antes de abrir la puerta me aseguro de que las alarmas estén apagadas, escucho el sonido de un auto, que se supone que es el de Fred, se baja del coche y me ayuda con mi maleta, me siento adelante y prendo la calefacción
-¿cómo te sientes?- pregunta con una gran sonrisa en el rostro
-más emocionada que nunca- el trayecto al aeropuerto no es tan largo, en 20 minutos ya estábamos llegando, veo a Elsa esperando impaciente
-me iba a dar un paro cardíaco- exclama al vernos- aquí está el dinero- me entrega un sobre un poco abultado, lo que me hace pensar que sus ahorros eran más de los que yo pensaba
-Elsa dijiste que no eran la gran cosa, aquí hay más dinero
-son exactamente 20.000 dólares
-gracias Elsa, recuerda que te voy a pagar cada dólar que hay aquí
-tranquila chiquilla, ve a comprar tu tiquete a la libertad- sonrío y voy a uno de los lugares donde venden tiquetes, compro el que menos tiempo se demore en salir, en 30 minutos ya debo estar en sala de espera, pero las cosas se complicaron un poco ya que debo cambiar el dinero
-Fred, necesito cambiar el dinero a la moneda que manejan allá
-a unas cuadras de aquí hay un lugar de esos ¿te llevo?
-si por favor- no nos demoramos más de 15 minutos, al volver ya no tenía tiempo de nada
-¿no nos vas a decir a dónde vas?
-después se darán cuenta, por cierto, Elsa necesito que me escribas aquí el número de tu cuenta bancaria para poder consignarte el dinero- le paso una hoja de papel, lo hace y me la devuelve, la guardo en mi chaqueta, ya que la maleta ya estaba con el resto de equipaje -Te acuerdas que te dije que necesitaba que le dieras algo a Ana
-si Meg
-aquí está- saco el sobre con la carta y se lo entrego, lo guarda en su bolso para ya después despedirnos, le doy las gracias a los dos y me voy, dejando atrás todo lo malo y esperando por un mejor futuro...
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Comprada Por Ti
De TodoMaggie Lambert, una joven de 20 años, maltratada y atrapada en una vida de solo dolor. Ian Walkobich, un joven empresario, adinerado hasta la médula, con un gran futuro por delante... El destino hace sus vidas se crucen, serán la salvación y destr...