Seis

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8:00 p.m.

Yoongi se quedó petrificado en donde se encontraba. ¿porqué ese cambio de humor tan repetino entre todos? Si les había devuelto a su pequeño niño mimado sano y salvo ¿era tan mala persona?.
Yoongi pasó de largo por la sala y entró a tomar un vaso de agua a la cocina, e inmediatamente todos volvieron a hablar como si nada hubiera pasado.
No se sentía de ánimos como para ver la actitud del resto así que entró a su cuarto y se cambió la apestosa ropa que portaba. Tomó un suéter negro hecho a mano de cuello alto y de él cayó una cajetilla de cigarros, a pesar de tener meses sin probar uno, mandó al carajo la abstinencia y la llevó consigo, cerró su habitación y caminó directo al patio trasero, no sin antes pasar a la cocina por un encendedor; cerró la puerta de vidrio que dividía la sala del patio y comenzó a fumar.
Pensaba en todo su día, y como éste no dejaría de ser malo hasta que terminase, acercó sus manos a la cajetilla que estaba en sus pantalones, pero estos ya no estaban. Ahora hasta sus cosas comenzarían a esfumarse pensó abrumado.
Al darse la vuelta vio unas manos morenas que conocía perfectamente bien tomando la cajetilla, la alzó hacia su rostro, obligando a Yoongi ver directamente a esos ojos café que lo hacían perderse en la inmensidad del espacio.

-Creí que dejarías de fumar-. Hoseok lanzó la cajita al suelo.

-Lo hago en situaciones desesperadas.

-¿Qué tan desesperante fue tu día?-. Hoseok se acercó a su hyung, sentándose frente a el, Yoongi bajó la mirada y copió la acción del menor.

-Bastante.

-Ya veo, pero no deberías hacerlo hyung, existen miles de maneras para relajarse.

-Dime alguna.

Hoseok se acercó a Yoongi y lo abrazó fuertemente, acariciaba con una mano su espalda, y con la otra lo sostenía fuertemente de sus caderas. Yoongi pudo inhalar profundamente sobre el cuello del menor, una esencia de frutas emanaba de su ropa, mientras que su cuello olía a la colonia que Yoongi le regaló en su aniversario. Qué bien le sentaba ese aroma a Hoseok pensaba Yoongi completamente relajado.
Minutos después Hoseok lo soltó, dedicándole una sonrisa y en acto seguido se levantó para entrar a la cocina, dejándolo en las nubes con todo lo que había sentido.

Por un momento todo fue alegría y regocijo dentro de Yoongi, estaba feliz de que Hoseok estuviera de vuelta en casa. Se levantó rápidamente y entró a la casa para hablar con él, quería saber sobre su viaje, la visita a la casa de sus padres, todo. El escucharía todo lo que proviniera de esos labios delgados que lo tenían como loco.
Hoseok se encontraba desempacando algunos panecillos de chocolate, Yoongi se acercó para ofrecerle ayuda, por lo que arregló la mesa para que los siete pudieran sentarse.
Más tarde Hoseok les habló a todos y éstos llegaron rápidamente a buscar un lugar; quedando Yoongi a un lado de Tae, éste con la mirada clavada en su taza con leche.
Hoseok acercó los panecillos que había hecho en casa de sus padres y se sentó frente a Yoongi. Todos comenzaron a comer, maravillados por el sabor dulce que tenían.

-Jin-hyung, ¿está bien con uno solo?-. Hoseok miró con curiosidad al mayor, ver que Jin no comía no era nada normal. Como si estuviera hechizado, o no fuera el verdadero Seokjin.

-Guardaré los míos, enfermé del estómago por comer algo en mal estado.

Automáticamente todos voltearon a ver hacia Yoongi. Hoseok lo notó, pero sólo se quedó en silencio.

-¿Sucedió algo hyung?-. Hoseok se notaba de lo más nervioso ante las miradas que le dedicaban al chico.

-¿Así que ahora le ocultas tus errores al mismo Hoseok? ¿tan grande es ese orgullo que te cargas?-. Jin soltó el comentario, dejando a Yoongi sin nada con que defenderse.

Bad Day (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora