Capítulo 4: Aceptación

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Es un idiota, un completo y absoluto idiota, no puede creer que lo haya soltado así sin más, sin pensarlo, pero es que lo ha pensado por tanto, tanto tiempo.

Las conversaciones a su alrededor lo marean, entre chismes de colegialas, risas, pláticas alegres que sólo ayudan a acrecentar su terrible y patética desdicha, sin exagerar claro.

No sabe cuanto lleva en la misma posición, sentado en medio de esa congestionada cafetería con la cabeza echada hacia atrás y el cuello torcido mirando lo que le parece un horrendo techo pintado de negro con tubos fijos por todas partes, nunca ha entendido esa extraña tendencia de diseño que deja toda la instalación en vista, Tatsuya alguna vez le explica de lo moderno y la iluminación, del detalle y el toque industrial pero nunca suele prestarle mucha atención cuando divaga en temas de su profesión, ser Arquitecto le suena complicado pero su hermano parece felíz con lo que hace y justo ahora, en el fondo de su hoyo depresivo personal nada es mejor que quejarse de lo feas que le parecen algunas decisiones de diseño, como que los hidrantes podrían ser azules y no rojos.

-Son rojos porque así son más llamativos y faciles de identificar, aunque hoy en día hay de varios colores dependiendo del uso.

-¿Lo dije en voz alta?

-Llevas media hora murmurando tonterías al aire Kagami-kun, tu café debió haberse enfriado.

-Podrías presterme más atención y no tendría que estar rompiéndome la cabeza con tonteras.

Kuroko suspira retirando con lentitud los gruesos anteojos de pasta negra que desde hace un par de años porta mientras leé, deja la pluma que sostiene entre sus dedos con una lentitud exasperante sobre la mesa y cierra la libreta de notas dejándola a su lado.

-Lo siento mucho Kagami-kun pero debo tener las correcciones a más tardar mañana para la junta con el autor, me has sacado de la oficina a medio día y no por un tema muy importante que digamos

Taiga no puede hacer otra cosa que enderezarse en su lugar con rapidez, tan indignado que incluso lleva una mano a un pecho en un dramático ademán.

-¿Disculpa? Primero que nada no es una oficina, es una estúpida habitación en tu departamento que usas de estudio, segundo te estoy alimentando deberías agradecerme y tercero ¿como puedes decir que no es importante?, Joder es Aomine de quien te estoy hablando.

-Si trabajo ahí es una oficina

El pelirrojo se lleva las manos a la cara con desespero, no es posible que de todo lo que dice eso es lo que moleste al menor, entonces lo ve sonreir con disimulo y entiende que el muy cabrón esta jugando, ese trabajo suyo como editor lo ha hecho más extrovertido y en momentos así lo odia, solo un poco.

-Kuroko...

-Vale, vale haré esperar a Mayuzumi-san, no entiendo que es lo que te preocupa tanto la verdad.

-Ese estúpido escritor, maldigo el día en que la editorial te asignó como su encargado, ¿tan solo has leído lo que escribe?, es un pervertido.

Kuroko ríe tomando otro sorbo de su bebida, tras tantos días de estrés molestar al pelirrojo le divierte.

-Soy su editor, es lo que hago es mi trabajo aconsejarlo, es sólo literatura erótica, no se de que te asustas si estoy seguro que has pensado en cosas mucho peores con cierto moreno involucrado.

Las mejillas de Kagami se pintan de colores de inmediato.

-Joder que de que lado estas tu?!!

-De el del amor obviamente

El pelirrojo se para de golpe dispuesto a volverse para su departamento pero Tetsuya lo detiene del brazo con apuro disculpándose entre risitas y ligeras reverencias.

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