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Lo miré de reojo, parecía que estuviera desmayado. El miedo me carcomía por dentro, analice las opciones que tenía. Podía ayudarle, pero si lo hacía cualquier cosa podría pasar. Recordé mi filosofía, al parecer este humano era aún un niño. No me pareció que hiciera daño en absoluto. Tomé la decisión de ayudarlo y no dejarle aquí a que muriera.

-Oye, ¿Estás bien? Por favor, responde.

Pero no respondió, miré hacia arriba pensativo cuando me percaté de que arriba de mi se hallaba un gran cráter, pero allí entraba demasiada iluminación de parte de la superficie. Una idea pasó por mi mente: El humano pudo haber caído por este cráter y, por ende, se encontraba en muy malas condiciones. Lo tomé de un brazo y lo puse de pie, al hacer eso el humano recobró algo de conciencia y se pudo mantener de esta forma. Le pasé su brazo por alrededor de mi cuello y con mi otra mano le rodeé la cintura, así le podría dar mejor estabilidad. Empezamos a caminar lentamente por las ruinas hasta llegar a Snowdin. Allí le pregunté:

-Oye... ¿Tienes frío?

El solo negó con la cabeza lentamente y sin levantar la mirada. Caminamos por las 5 regiones del Subsuelo, la gente solo nos miraba e incluso huía pavorida. En conclusión nadie nos quiso ofrecer una mano, de hecho al pasar por Hotland y el Núcleo fue donde tuvimos que andar más precavidos ya que demasiados guardias reales patrullaban el lugar. Al llegar a casa, con aire de cansancio, abrí la puerta y, acompañado de el humano, entramos a mi cuarto. Al estar allí lo recosté en mi cama

-Descansa todo lo que puedas- Dije cubriendo su cuerpo delicadamente con un cobertor- Debió haber sido una fea caída...

Cuando salí de mi cuarto tomé el teléfono de la casa y llamé a papá. Los nervios y el miedo me hacían temblar.

-¡Buenas! Al habla el rey Asgore Dreemurr, ¿En qué puedo ayudarle?

Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, pero tomé aire y le contesté sin titubear:

-Hola papá...

-¿Asriel? Sabes que a este teléfono no puedes llamar... ¿Qué sucede hijo?

-Creo que estoy en problemas. Necesito que vengan mamá y tú en seguida

-¿Estás bien hijo? ¿Te han hecho daño? ¿Cometiste alguna travesura?- Se oía muy alarmado

-No, solo necesito que vengan por favor. Es urgente

Papá pensó por un largo rato, pero no colgó

-Entendido.

Luego de colgar el teléfono, di algunas vueltas por la casa pensativo. Mis acciones podrían acarrear serias consecuencias: Empecemos con el pánico colectivo que se iba a generar en el pueblo por la llegada de un humano, la posibilidad de que el humano pueda hacer daño y cause desastres era otro factor. También tenemos la posibilidad de que una segunda guerra se desate debido a este simple hecho, podré sonar muy exagerado pero tenía que pensar en todas las posibilidades que se podían presentar. Fui a mi cuarto y lo miré de reojo, aún dormía. En ese justo instante recordé la profecía, aquel pensamiento me hizo buscarle el lado bueno al problema que se me estaba presentando. <<¿Y si el humano es realmente bueno y decide ayudarnos? Podría sacarnos de aquí>>Pensé. Seguí dando vueltas por la casa buscando pros y contras a la situación (Obviamente este hecho tenía más contras que pros), cuando de repente oigo la puerta abrirse rápidamente. Miré a mi alrededor, mis padres entraron asustados a la casa, pero yo intenté calmarlos.

-Síganme por favor- Dije en voz baja dirigiéndome a mi habitación. 

Ellos se extrañaron, pero no preguntaron nada y me siguieron sin más preángulos. Al estar al frente de la puerta de mi habitación me llevé el dedo índice a los labios indicándoles que debían guardar silencio, ellos solo me miraron y asintieron. Yo empujé la puerta un poco y en silencio, un espacio había quedado entre la puerta y la pared. Les indiqué que tenían que mirar por aquí haciendo algunas señas, ellos se asomaron lentamente y observaron con atención. Mi madre inmediatamente se alejó de la puerta con una expresión de horror en su rostro, papá no se separó de esta abertura en ningún momento. Solo después de algunos minutos, mi padre se alejó hacia el comedor y se sentó en una de las sillas que estaban allí. Lo seguimos sin pensarlo dos veces, al mirar a papá me di cuenta de que estaba como en un estado de shock. Y me senté a un lado suyo y mamá hizo lo mismo pero al otro lado

-Explica esto Asriel...-Dijo papá con un delgado hilo de voz y luego de algunos minutos en silencio. No podía dejar de mirar mi habitación

Yo les conté absolutamente la verdad, con detalles y todo incluido. Mamá me puso una mano en mi espalda y me dijo:

-Asriel, tienes un gran corazón puro y lleno de piedad. Pero tienes que saber que no todos se merecen esa piedad, tienes que saber escoger bien tus decisiones

-¿Y si resulta siendo bueno y nos ayuda?-Le pregunté- Yo pensé en todo ¿Sabes?

-Es una muy buena posibilidad...- Intervino papá- Pero... ¿Qué tal si no lo es?

Nos quedamos pensativos todos en silencio, cuando un sonido proveniente de mi habitación nos erizó la piel del miedo. Con agilidad y silencio nos acercamos a mi cuarto y miramos por la pequeña abertura antes mencionada. 

El humano había despertado, se encontraba sentado en mi cama viendo todo a su alrededor.

Mamá y yo nos miramos fijamente con muecas de preocupación y buscando respuestas, pero papá suspiró y nos miró con una expresión de decisión en su rostro. Aquel hecho lo entendimos inmediatamente. Yo me quedé escondido detrás de la puerta, papá enderezó su postura y ya estaba listo para entrar, cuando mamá lo detuvo y le tomó la mano entrelazando sus dedos con los de él. Ambos abrieron la puerta con decisión, yo solo me quedé escondido.

No había vuelta atrás, era hora de saber que iba a pasar en nuestras vidas.

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Pero nuestras vidas dieron tres vueltas de campana. Tu has sido testigo de eso, ¿No es verdad? *Ríe, pero derrama algunas lágrimas*

Los DreemurrWhere stories live. Discover now