Miradas al Subconsciente

Capítulo VIII

Ahora me encontraba en un dilema en todo sentido. En medio de mi subconsciente, en la tierra de mis miedos, en una situación bastante triste. Ciertamente habia descuidado mi relacion de amistad con Keira, ya ni siquiera me tomaba la molestia de visitarla o por lo menos mandarle un mensaje. Cuando salga de esta odisea mental lo primero que haré será visitarla y procurar no cometer el mismo error.

Viajamos durante un largo rato mientras Ringo conducía, Paul y George hablaban tranquilamente y John afinaba su guitarra. Debo admitir que apenas logre percatarme de lo que sucedia a mi alrededor, puesto que en ese momento solo pensaba en las palabras de Keira.
Y por fin llegamos. Era lo más alto de la colina, donde podíamos ver como el sol comenzaba a caer a lo lejos, el paisaje era hermoso, pero comenzaba a ponerse algo tétrico. Nos bajamos de la camioneta y buscamos al loco de la colina siguiendo la melodia de su flauta.

No fue dificil encontrarlo, ya que este no paraba de tocar su instrumento. Estaba sentado viendo el atardecer. Estabamos a su espalda, efectivamente, como dijo John, este portaba un largo saco negro que le llegaba casi a los tobillos, tenía el cabello muy bien arreglado.
Entonces Paul comenzó a cantar.
- Dia tras día... Solo en la colina...
- No es momento Paul. - Silenció John a Paul.
- ¿Por qué está aquí? - Pregunté.
- Tu deberías saberlo amiguito, el representa uno de tus mayores miedos. - Me respondió John.
En ese momento no entendí lo que trataba de simbolizar aquel hombre de largo saco, pero después de analizarlo un poco, lo entendi.
- La soledad. - Dije
- Así es. - Dijo John, el cual ya había sacado una taza de té y estaba sentado en el aire.
- ¿Debo enfrentar mi mayor miedo para conseguir el objeto?
- Asi es. - Respondió Keira.
- Ya decía yo que esto tenía su maña.
- Nada se consigue facil, amiguito. - Dijo John mientras le daba un sorbo a su té.
- ¿Por qué no paras de llamarme amiguito?
- ¿Acaso no te haz visto? - Respondio John
- ¿Que tengo?
John me dió un espejo y mire mi reflejo. Tenía la apariencia de mi a la edad de los 14 años.
- ¿QUE? ¿CUANTO TIEMPO LLEVO ASÍ?
- Aquí el tiempo funciona de man..
- Ya me se esa cantaleta. - Interrumpí a John.
- Bueno. ¿Que esperas? Ve por esa flauta. - Me dijo Keira.
- Acompañame.
- No puedo, te dije que en algunas partes del camino no podría acompañarte. Anda, tu puedes.
- De acuerdo.. - Dije algo temeroso.
En ese momento me dirigí hacia el hombre que estaba tocando la melodiosa tonada. Le toque el hombro para ver si volteaba y dejaba de tocar, pero no sucedió, asi que le hable, a lo cual, tampoco respondió. Entonces mi dirigí hacia enfrente de el, pero cuando vi su rostro quede asombrado. Es dificil de describir, la soledad estaba en su rostro, su expresión era tal que emanaba toda la soledad en su mirada que estaba fija en la flauta. Yo sentí un enorme vacio dentro de mi y me llegaron esos recuerdos en los que estuve solo por mala suerte en varias ocasiones de mi vida.
Me quede paralizado del miedo, pero Keira me gritó para que reaccionara. Le arrebate la flauta al hombre, el cual comenzo a desaparecer, mientras la flauta era grabada con la palabra "Miedo".
Más atras los chicos empezaban a hacer una celebración, y Keira gritaba de regocijo.
El escenario comenzó a resquebrajarse de nuevo. Los Beatles entraron a su camioneta y se despidieron rapidamente para dejar solamente una estela de polvo atras suyo. Keira se acercó lentamente a mi y me dijo.
- ¿Preparado para el siguiente reto?
- Claro ¿De que se trata?
- El Condado de la Ira.