Capítulo 3

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— Maldición Akutagawa ¿¡COMO DEMONIOS NO QUIERES ESTAR ENFERMO?!, Nunca sigues las instrucciones del medico — gritaba un mal humorado Chuuya a su compañero de nuevo el azabache tenía esa infernal tos y sumándole con eso fiebre —

— No tengo tiempo para guardar reposo.... — volvió a toser de nuevo ahora con más intensidad que la vez anterior —

— Eres de carne y hueso no de acero, guarda reposo maldita sea.... —

— No puedo Mori me encargo ir a acabar con una banda de críos que están causando destrozos en las tiendas comerciales que pagan por protección — se levantó de la cama, aún doblándose por la intensa tos que no lo dejaba —

— En verdad pareces un perro obedeciendo todo al pie de la letra — bufo el peli-naranja, cruzado de brazos y rodando los ojos —

— ¿No es lo mismo que tu  has hecho siempre? — el sabía el tortuoso pasado de su compañero, sabia que solo haría que el mayor se enojara más, le había sido arrebatado cosas importantes —

— Eso es muy diferentes, adelante ve acabar con eso críos si tantas ganas tienes — sin mas salio de la habitación del azabache, no había a discutir mas sobre eso, lo hecho ya estaba y no podría remediarlo —

Así el azabache  emprendió su salida a unos de los barrios mas peligrosos de la ciudad, había varios muchachos que se estaban metiendo con la mafia, al parecer esos críos añoraban una muerte, si te metías con la Port Mafia era mas que seguro que no viviría para contarlo

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—¡Que tarde es! — un apurado albino acomodaba los últimos platos en las repisas, mientras los secaba ya pasaban de las 9:00 de la noche, y no era seguro ya andar sólo a esas horas —

— Ya puedes irte Atsushi, yo me encargare de cerrar — poso una mano en su hombro el castaño —

— ¡Ah Gracias Dazai! Con su permiso iré por mis cosas — salio a la parte posterior de la cocina tomando su mochila y paraguas que por suerte lo había traído, no había visto que el clima pronosticara lluvia y aún así había —

— ¡No olvides llegar temprano mañana! — grito el mayor mientras veía salir al albino por la puerta trasera del restaurante —

— ¿Ya se fue el gatito? — al lado del mayor un pequeño niño de no mas de cuatro años, hizo un puchero —

— Me temo que si pero no te preocupes, ya mañana jugaras un poco mas con el — sonrió mientras acariciaba los mechones del niño —

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— ¡Ah el autobús no pasará jamás! — histérico se había puesto el albino llevaba ya mas de 45 minutos esperando que pasará el autobús pero nada — No queda de otra mas que caminar a la siguiente parada.... — sin mas remedio empezó a caminar por las calles, que ya para esa hora estaban mas solas —

Recorría las calles de la ciudad la lluvia aun no cesaba y no parecía que lo haría hasta más tarde, para su mala suerte el camión tampoco pasaba en aquella parada así que no quedaba de otra que caminar hasta llegar a su apartamento, eran 11:00pm si se apuraba llegaría a mas tardar a las 12:00pm, recorría las calles hasta que algo en el callejón llamo su atención, era Akutagawa pero.... ¿Que hacía tan tarde recorriendo las calles?, su mirada se centro en que estaba empapado seguro que pescaría un resfriado.... Su sorpresa fue mas al verlo caer de rodillas, así que sintiendo sus piernas moverse solas fue directo hacia allí

— ¡Akutagawa! ¡¿Se encuentra bien?! — lo cubrió con su paraguas, pero el azabache seguía tosiendo frenéticamente, se escuchaba terrible —

— Tu.... ¿Que haces aquí? — por fin volteo a mirarlo su mirada era fría, aun mas que la de costumbre —

— Ehh no esto yo, ¡No piense mal! — sentía sus orejas calientes y mejillas ¿pensaria que lo estaba acosando? — Iba a mi casa, pero lo al verlo aquí y así decidí acercarme —

— Ya veo.... — nuevamente esa tos volvió, odiaba ser débil, su estúpida condición tan precaria, debía verse humillante —

— Esta todo empapado.... ¿No quiero ir a secarse a mi casa? —

— No es necesario.... Ya vere– — otra vez esa maldita tos, no mas dicho la herida que tenía en el abdomen que unos de sus críos le había ocasionado — Tsk.... — el albino por fin puso más atención y vio su mano con sangre ¿lo habrían asaltado? —

— Por favor permitame ayudarlo esta sangrando y en su estado no creó que pueda moverse mucho.... —

— Te digo que no es.... — su maldita fiebre, estaba subiendo, maldición si que tenía suerte —

— ¡Esta ardiendo en fiebre! — levantó al azabache del piso, haciendo que se apoyará en su cuerpo — Vayamos a mi casa, comprendo si no quiere que lo ayude, pero por favor tan siquiera seque sus ropas ahí para que su fiebre no aumente aún peor —

Sin mas remedio el azabache tuvo que aceptar a regaña dientes la ayuda que el albino le daba, llegaron después de caminar un buen rato que para el había sido una eternidad con esa maldita herida punzado en su abdomen

Al llegar al pequeño apartamento el menor dejo que el azabache cayera en el sofá recostándose

— Por favor espere aquí iré por algunas toallas y medicamentos para su fiebre — salio corriendo directo hacia el baño, sacó el pequeño botiquín medico que tenia, y llevó consigo un montón de toallas —

— ¿Porque haces esto?, soy un completo desconocido.... — apretaba los dientes mientras decía aquello la maldita herida, ardía —

— No lo creó.... — leía los medicamentos, tratando de encontrar alguno que ayudará a bajar la fiebre del mayor — Por favor tome dos pastillas, enseguida traigo el agua — se levantó de nuevo, yendo a la cocina tomando una botella de agua plástica — Con esto su fiebre se calmará — el mayor tomo las pastillas sin rechistar — Ahora.... — tomo el botiquín poniéndole sobre la pequeña mesilla del centro — ¿Podría ver su herida? —

— ¿Acaso eres algún tipo de enfermero? — abría los botones de su abrigo dejando al descubierto, su abdomen —

— Bueno cuando eres huérfano, debes aprender muchas cosas para ayudar a los demás — inspecciono la herida no era muy profunda así que solía debía desinfectar y vendar — Esto podría doler un poco... — tomo un algodón con alcohol empezando a desinfectar la herida —

— ¿Un poco?, esto arde como el mismo infierno —

— ¡Lo siento! Pero es por su bien — siguió su trabajo de desinfectar la herida escuchado algunas quejas del mayor —

Aquel encuentro  los volvería más cercano

Corazón Blanco Aku/AtsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora