Capítulo 3: Un día diferente

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Seth se despertó de un sueño que estaba teniendo, era un sueño muy raro, soñaba que él caminaba por la calle pero alguien le estaba persiguiendo, y cuando el quería mirar quién era, desaparecía de donde estaba, entonces él se dispuso a perseguir a aquella persona, la curiosidad le podía, pudo llegar a ver la persona de espaldas pero era como una sombra oscura, no se dejaba ver bien, Seth se acercó a esa sombra para ver quién era y la sombra se dio la vuelta rápidamente pero en ese mismo instante, Seth se desvaneció en el suelo y ahí terminó el sueño.

Era sábado y el cielo estaba despejado, fue una cosa que le llamó mucha atención a Seth. Su reloj marcaba las nueve y media de la mañana. Había quedado de nuevo con su amigo en la plaza principal de la ciudad, aunque aquella ciudad no era muy grande, se situaba en un lugar de montaña, por lo cual había bosques, también había ruinas de castillos y de iglesias, en esos lugares había muchos ríos y lagos. A Seth le encantaba ir a esos sitios ya que las ruinas de las iglesias que allí se encontraban eran góticas.

Llegó la hora, Seth estaba preparado para salir de casa.

- Espero que no cambie el tiempo hoy, hace demasiado bueno para ser verdad. – dijo Seth.

Cuando llegó a la plaza, su amigo Mathew ya estaba ahí.

- Hola Seth, ¿qué tal hoy?¿Has tenido algún sueño paranoico? – dijo Mathew con una media sonrisa.

- Pues la verdad es que sí, pero ha sido muy extraño, esta vez no entendía nada.

- Si quieres me lo cuentas, te prometo que no se lo diré a nadie

-Te creo, pero cómo te lo voy a decir si ni siquiera lo entiendo yo.

- Es cierto, bueno, ¿adónde vamos hoy?

- No tengo ganas de ir a ninguna tienda así que vayamos al bosque, donde están las iglesias en ruinas.

- Vale, me apetecía hacer algo diferente hoy. – asintió Mathew amablemente.

Seth y Mathew caminaban a pasos lentos pero sin que pareciese que fueran a pararse en algún momento. Se adentraron en el bosque y se escuchaba a los pájaros canturrear, y si ponías atención, también podías a llegar oír el flujo de los ríos. En aquellos ríos había mini cascadas, podrían tener  dos o tres metros de altura.

Ya faltaba poco para llegar a las ruinas.

- Oye, aquella roca de allí, ¿no es un trozo de las ruinas? – preguntó Mathew seriamente.

- Has acertado, subiremos la montaña en la que se encuentra, desde allí hay muy buenas vistas.

- Bien, porque estoy empezando a cansarme y quiero sentarme en algún lugar

Seth se rió de su amigo y él le miró un poco enfadado.

Continuaron por el bosque que se iba terminando, a Seth le entraron unos escalofríos en el cuerpo y se dio la vuelta pero no vio a nadie, desde entonces, se sintió perseguido como en el sueño durante todo el trayecto, incluso cuando ya estaban allí y su amigo estaba descansado en una roca.

- Oye Seth!, si quieres, puedes darte una vuelta por esta zona, yo estaré aquí sentado, contemplando las vistas – le gritó a su amigo que estaba lejos de él.

- Vale! – le respondió.

En las ruinas de aquella iglesia en el que estaban, todavía se mantenía todas sus paredes aunque estuvieran agrietadas y le faltaran grandes trozos en la base, pero los rosetones estaban intactos, y los rayos de sol atravesaban las vidrieras haciendo que aquel lugar estuviera iluminado en algunas partes. Todavía se conservaba los bancos pero estaban llenos de polvo y mugrientos, se podían romper con facilidad.

Seth llevaba consigo mismo el diario, pero secretamente. Se sentó en uno de los bancos y, se quedó mirando fijamente uno de los rosetones.

En aquel lugar corría una suave brisa que te adormecía si estabas cómodo, y él lo estaba. Finalmente, se quedó dormido a causa de la brisa provocándole un sueño profundo.

Seth abrió los ojos, seguía en la iglesia, era de noche, se levantó y fue donde estaba su amigo sentado en la roca, pero no estaba, de pronto, el viento empezó a soplar fuerte. Se puso a buscar por aquella zona, y mientras lo hacía, vio algo esconderse en la iglesia, entonces, el fue allí, y se dio cuenta de que era la sombra que apareció en sus sueños.

- ¿Quién eres? – le preguntó a la sombra.

No respondió, salió de la iglesia, y el la siguió. Se dio cuenta de que la sombra humana tenía el pelo largo, por lo cual era una chica. La sombra se adentró en el bosque.

- ¿Cómo te llamas? – le preguntó de nuevo.

Seguía sin responder, hasta que ya estaban bien adentro del bosque, la sombra dijo:

- Nuestros espíritus se encontrarán aquí, cuando nuestro tiempo cese – dijo en voz baja aunque se podía oír bien sin prestar atención.

- ¿Quién eres? – le volvió a preguntar.

- El destino ya ha escrito la carta de nuestras vidas

- ¿Qué significa todo esto? – dijo con desesperación.

- La eternidad nos pertenece.

Ella seguía corriendo entre los árboles mientras que Seth la perseguía.

- Búscame en las miradas, ahí será el único sitio donde me hallarás.

Después de decir esto, la luz que desprendía aquella sombra desapareció, y Seth no entendía nada. Empezó a sentirse mal, estaba mareado y cayó inconscientemente al suelo.

De nuevo volvió abrir los ojos, y se dio cuenta de que su amigo Mathew estaba intentando despertarle. Todo había sido un sueño.

- Seth!! Despierta!! – le gritaba a su amigo.

- ¿Qué pasa? – despertó confuso.

- He estado un buen rato intentando despertarte pero estabas en un sueño profundo, yo también me quedé dormido afuera, y cuando me levanté del sitio ya eran las seis de la tarde, luego me puse a buscarte hasta encontrarte aquí.

- ¿Y has soñado algo raro? – le preguntó seriamente.

- Pues no, ¿y tú?

- No, esta vez no – mintió disimuladamente.

- Creo que es hora de irnos, ya hemos estado mucho tiempo aquí, ¿no crees? – empezó a reírse él solo.

- De acuerdo, vayámonos, empiezo a tener frío y no tengo ganas de resfriarme – dijo cansadamente.

De vuelta a casa, se mantuvieron callados y Seth estaba todo el rato dándole vueltas al sueño que había tenido, pero él veía el sueño como un mensaje o aviso que le daba el destino.

Llegaron al punto de encuentro y ahí se despidieron. Seth entró en su casa y se fue directo a su habitación, todavía seguía anonadado por lo que le había pasado. Después de una hora, todo volvió a la normalidad y se fue a la cama a la misma hora de siempre, pero antes de ir a dormir, cogió su diario y escribió:

 Sigo sin respuesta alguna… Los detalles siguen ocultos, eso significa que ellos tienen algo que esconder.

 Finalmente, lo guardó y se metió en su cama, esperando que el sueño lo encontrase antes que él lo hiciera.

Sentimientos ocultos (Hidden Feelings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora