Salimos de la casa, tranquilamente, caminábamos callados, hasta salir del barrio, luego Ian rompió el silencio diciendo:
-creo que sé que te ocurre cada vez que me miras. – dijo sonriendo, en sus ojos se notaba una mirada burlona, decidí ignorarlo y acelere el paso. – quizá... piensas en qué bonito soy, y en que te derrites al mirarme.
Gruñí y acelere más el paso, dejándolo atrás. Vi una casa muy linda en el camino, pero eso no fue lo que más me conmociono, si no ver a una madre y a un padre jugando con su pequeña hija.
Eso me hizo pensar, en que esa pudo haber sido mi vida, pude haber sido feliz, todo estaría bien, si mi padre no hubiera engañado a mi madre, ella estaría viva, y no tendría u estar viviendo este desastre. Podría estar bien, como antes, como antes de que mi padre la cagara.
Y entonces una serie de recuerdos volvieron a mi mente.
*flashback*
-pequeña, es hora de irte a dormir, a papá no le gusta que estés despierta a esta hora, es muy tarde. – me dice mi madre.
- pero no quiero dormir, quiero jugar, toda la nocheeee. –alargue divertida la palabra.
- tengo una brillante idea.- dijo mi madre, mientras yo la miraba con ojos curiosos.- duerme, y mañana jugaras.
Me lo pensé un rato pero luego le dije que sí.
Me lave los dientes y luego me metí a mi cama, y antes de dormir mi madre me canto una canción para dormir, como solía hacer siempre. La canción iba así:
A la ronda ronda, que nació mi niña, rosas y luceros se mueren de envidia
A la ronda ronda, que de madrugada, el sol su rey mago, la luna su hada
A la ronda ronda, mi mayor fortuna, es mi mariposa, capullito en cuna
A la ronda ronda, mi niña ha crecido, ya juega, ya canta junto a otros niños
A la ronda ronda, alegría y pena, que mi niña canta a la luna llena
A la ronda ronda, que se ha enamorado, mi pequeña niña se ira de mi lado
Y luego me dormía. Para soñar tranquilamente... pensando en todo lo que decía la canción, y en cómo sería crecer, y no tener que dormir a la hora que mi madre decía.
*fin flashback*
El segundo recuerdo era de una pelea que mi madre y yo habíamos tenido el año pasado... recuerdo que le dije que prefería no tener madre a seguir teniendo una como ella, que sería mucha más feliz si ella no estuviera conmigo, que si hubiera tenido que elegir madre ni aunque estuviera muriendo sería ella.
Fui una estúpida al decir eso.
Por el camino ya no se veía ni un alma, solo estábamos Ian (que suponía que estaba atrás de mí) y yo, aunque ahora no quería hablar con nadie, quería estar tranquila.
Pero me di cuenta de que no sabía hacia donde debía seguir. Estaba perdida, pero Ian sabría a donde debíamos seguir.
Me voltee para preguntarle a Ian hacia donde debíamos seguir, pero la gran sorpresa fue que al voltearme, él no estaba allí, de hecho no se veía por ningún lado.
Estaba perdida, sola y triste, mi día no podía empeorar más.
Sentí una mano en mi hombro y luego, estaba en mi boca y otra en mis ojos, me equivoque sí que podía empeorar, ahora me van a secuestrar, me mataran, y nadie se dará cuenta, ya que a nadie en este puto mundo le importo.
Patalee mucho, intentando liberarme, pero luego entre en razón, y pensé que era lo mejor que me podía pasar, morir sería lo mejor, pero no... no moriría de esa forma.
Intente gritar, y en ese momento mi "secuestrador" soltó su agarre, Para luego comenzar a reír, reconocería esa risa burlona en cualquier lugar todo esto era una broma más de Ian. Maldito bastardo.
-No puedo creer.- hizo una pausa, ya que le costaba hablar de tanto reír.- tu cara fue épica.- rio más fuerte.
-¡NO ES NADA GRACIOSO IAN, SABES, PUDE HABER GRITADO TAN FUERTE QUE ALGUIEN ME HABRÍA ESCUCHADO, Y HABRÍA LLAMADO A LA JODIDA POLICÍA Y AHORA TU ESTARÍAS EN LA CÁRCEL Y CUANDO LLEGARA A CASA, TODOS ME QUERRÍAN ASESINAR, POR HACER QUE ENCERRARAN A SU NIÑO MIMADO Y EGOCENTRICO! – dije muy alterada, esto no era jodidamente gracioso, estaba muy enojada.
El me miro con una sonrisa burlona pegada en el rostro, me daban ganas de arrancársela para que no pudiera volver a sonreír nunca, y entonces me dejaría de molestar de una vez por todas.
-piénsalo Abi, estamos en medio de la nada, nadie te escucharía, agradece que fui yo, porque si hubiera sido un secuestrador, ya estarías metida en su auto, sin escapatoria y al día siguiente te encontraríamos en medio de la calle, muerta. – dijo calmadamente, aun sonriendo.
Decidí que era mejor cambiar el tema, antes de que termináramos con una gran discusión en medio de la calle, y entonces yo me enojaría tanto que dejaría que lo atropellara un maldito camión de leche.
-¿hacia dónde debemos seguir caminando?- le pregunte seria.
Me observo dudoso:
-La verdad no lo sé, yo solo te seguí, por que estabas tan decidida caminando, que ni me escuchaste al decirte que no era por aquí. Entonces supuse que tú conocías otro camino.- dijo, todavía se veía un rastro de la sonrisa burlona en su cara.
-querido y desagradable Ian.- dije intentando estar calmada, pero fue inútil. - ¡PIENSAS QUE SE DONDE VA HA ESTAR EL JODIDO NEGOCIO, SI ACABO DE MUDARME HACE COMO TRES JODIDOS DÍAS, LA VERDAD NI SE CUANTOS SON, NO LLEVO LA CUENTA COMO UNA JODIDA MANIATICA! PERO EL NIÑO MIMADO NO PODIA DETENERME... ME ESTRESAS JODIDO Y MALDITO IAN.- está bien creo que enserio debía calmarme, me estaba doliendo la cabeza con mis propios gritos.
- Abi, creo que deberías calmarte. – Dijo moviedo las manos en señal de paz.- creo que ese tal Andrés vino de visita y por eso estas así... hablando de eso ¿quién es Andrés?, nunca he entendido que es.- con esto se había pasado, jodido idiota.- pero cambiando de tema.. Enserio que es mejor cambiar el tema, porque ya veo el humo que sale de tus fosas nasales.- dijo riendo. – creo que estamos perdidos.
- no me digas genio.- dije en tono sarcástico.
- ya sé que soy un genio, no tienes que decírmelo, no es necesario.
No había forma de que llegáramos a casa con este idiota de guía, estaba oficialmente pérdida. La verdad, estaba oficialmente perdida con un idiota. Y yo que creía que mi día no podía ser peor.
![](https://img.wattpad.com/cover/112116352-288-k8522.jpg)
YOU ARE READING
La desastrosa vida de Abi Carson
Teen FictionElla estaba harta del mundo... la vida ya no tenía sentido. Para Abi Carson, la vida era un total desastre, cada día, cada parte de este día desde que se levantaba hasta que se iba a dormir. Cuando tenía dieciséis años sus padres se habían divorciad...