Luego de cenar me fui a la habitación que me habían otorgado, estaba recostada en mi cama mirando el techo, sin poder conciliar el sueño, en el piso de abajo se escuchaban botellas caer, suponía que eran las de mi padre.
Después de un rato me quede dormida, me desperté alterada por un ruido en mi puerta, me senté en la cama y mire hacia la puerta, esta estaba abierta, y una sombra se veía desde el pasillo, salí para ver qué era lo que me despertaba de mi profundo sueño, en el pasillo vi a Aiden parado en la puerta de la habitación de Ian (la cual estaba al lado de la mía), traía un gato en los brazos y me miraba con cara de miedo.
-¿Qué haces con ese gato Aiden?- le pregunte amablemente, pero se notaba en su mirada que seguía asustado.
-Yo... yo... estaba. - comenzó a tartamudear.
Estire mi mano para tocar al gato pero, el niño lo corrió, y luego la puerta se abrió dejando ver a un adormilado Ian desde dentro, me miro con cara de poco amigos, y luego miro a su hermano el cual aún no soltaba al pequeño felino.
-Aiden... - suspiro Ian.- trajiste un gato... otra vez
-Si. - contesto con lágrimas en los ojos el pequeño niño apretando a un más al gato.- Estaba en nuestra puerta y no podía dejarlo... piensa que pasaría si a ti te dejaran tirado por ahí... y nadie te ayudara.
La expresión de Ian se ablando y le mostro una sonrisa al niño.
-Okey.- dijo, agitando la cabeza.- quédate con el gato
-Gracias hermanito.- dijo el niño sonriendo. - eres el mejor. - y entonces el chico abrazo a su hermano. Para luego salir corriendo con el gato en brazos todavía.
Ian se giró y se centró otra vez en mí, me miro escéptico, pero luego sonrió y dijo:
-Si tanto querías venir a verme, solo tenías que pedirlo, en vez de sobornar a mi hermano.
-yo no quería verte, solo me desperté al escuchar unos ruidos, vi unas sombras y la puerta de mi habitación abierta. - dije
-Si tú lo dices...
-No es que yo lo diga es así.- corregí
-Claro...
-Deja de dejar la palabra en suspenso, odio eso.- dije un tanto frustrada
- y ¿por qué tendría que dejar de hacerlo?, ¿Por qué a ti te desagrada?
- Exacto, por fin entiendes algo, creí que no tenías cerebro, pero parece que algo tienes.
-Lo decía de manera irónica. - dijo frustrado. - pero cambiando de tema.... ¿Soñaste conmigo?
-¿Por qué tendría que soñar contigo? - cuestione aún más frustrada
- porque tienes algo de baba.- comenzó a reír.
Un gran Miau se escuchó desde el piso de abajo, seguido por un grito de Aiden hizo que Ian dejara de reír
- ¡Alex! papá piso a el señor conejo, ven a ayudarme, rápido, el señor conejo se va a desangrar. - al no escuchar respuesta el niño volvió a gritar. - ¡Alex! Ayúdame, le pediría ayuda a Ian pero esta con una niña que tiene baba en la cara.
Ian me miro y volvió a reír
Alex salió rápidamente de su habitación y nos miró, luego se centró en Ian.
-¡le dejaste tener un conejo! - grito Alex
-No, claro que no le deje tener un conejo.- dijo Ian aguantando la risa.
- ¿ENTONCES QUÉ DIABLOS ES EL SEÑOR CONEJO? - grito alterado Alex
-Apúrense el señor conejo se desangra.- grito Aiden desde abajo
-Yo solo le deje tener un gato. - dijo Ian alzando las manos.
- bajare a ver qué ocurre. - les dije apuntando la escalera, Ambos asintieron.
Ya en el piso de abajo Aiden acariciaba al gato, mientras este se movía.
-¿Y mi hermano?- pregunto
-Está arriba. - le conteste.
De la nada Aiden se puso a llorar otra vez (no creía que los niños de 11 años lloraran tanto).
-¿Por qué lloras Aiden? - le pregunte
-Es que.... Mi hermano no me quiere.... Alex no me quiere... siempre me ignora. - sollozo. - él nunca me habla.... Solo. - sorbió su nariz. - siempre estoy al último para el.- dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-Aiden...- dije cariñosamente. - tu hermano te quiere él iba a venir pero se puso a discutir con Ian.
-Mi hermano no me quiere. -Volvió a decir.- no me quiere, y nunca me querrá, soy solo un estorbo. - dijo mientras apretaba más a el gato en sus brazos
No supe que más decirle simplemente me acerque a él y lo abrace, dando le a entender que estaba con él, aunque no le conociera demasiado, lo ayudaría.
-Ni siquiera mi madre me quiso.- dijo llorando aún más. - por eso se mató.
Me quede sorprendida al escuchar salir ese comentario de la boca de Aiden, se veía como un niño que aún no sabía nada de lo que había pasado, y estaba teniendo una vida normal y sin problemas.
-Aiden... tu madre si te quería... simplemente todo lo que paso fue un accide- un carraspeo de voz del otro lado de la sala me hizo callar. Ian venía hacia nosotros. Mientras se sentaba junto a Aiden y lo abrazaba, empujándome a mí.
Me miro fríamente y dijo:
-Vete a tu cuarto, son asuntos de familia. - dijo, al parecer había escuchado la conversación.
Agite las manos en el aire y subí las escaleras, al llegar al segundo piso entre a mi actual cuarto y cerré la puerta, me bote en la cama y me dispuse a dormir.
Una idea no muy linda se instaló en mi cabeza. La muerte. Será la muerte la solución a todos mis problemas a dejar, de sufrir y ser feliz, o mejor aún a dejar de sentir a dejar de pensar, acabar con todo.
Esta vida tan difícil, haber perdido a mi madre... mi madre lo único que tenía. Y tener que estar ahora viviendo con mi desagradable padre y sus hijos, estaba sola en este mundo sin ninguna idea de cómo seguir adelante. Entonces.... Que más me quedaba...no quería vivir sufriendo... eso no era vida.
Hay una gran diferencia entre respirar y estar viva. Y yo quería dejar las dos.
Morir de una vez
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arriba una foto de Abi Carson
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La desastrosa vida de Abi Carson
Novela JuvenilElla estaba harta del mundo... la vida ya no tenía sentido. Para Abi Carson, la vida era un total desastre, cada día, cada parte de este día desde que se levantaba hasta que se iba a dormir. Cuando tenía dieciséis años sus padres se habían divorciad...