Capítulo 1: "No entienden"

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Prólogo

Muchos opinan que los números son aburridos, y más si están en códigos, pero para mí, son parte de mi vida diaria. De hecho, si te pones a pensar, forman también parte de tu vida diaria. La contraseña de tu celular, computadora, laptop, cuenta bancaria, etc... es un código, al igual que tu idioma.

Cada código sin resolver para las personas curiosas y deseosas de aprender, son un misterio fascinante y una oportunidad para retarte a ti mismo y probarte. A veces se necesita tiempo para resolver un código, pero gracias a la dedicación de muchas personas, hemos resuelto muchos grandes misterios. Pero algunos aún siguen sin resolverse...

Capítulo uno: "No entienden"

-Señorita Alana, sus padres la requieren en la mesa. Es hora de cenar ya-dice Gerrit, el mayordomo.

-Bajo en un santiamén-le digo. Aparto mi vista de la obra literaria que estaba leyendo ("La Odisea" de Homero), y recojo los demás libros que están abiertos en mi cama. Los cierro y los coloco en el estante.

-Apresúrese-me vuelve a recordar Gerrit.

-Ya voy-le respondo.

Cierro la puerta de mi cuarto tras de mí y bajo las escaleras.

Me siento en la gran mesa del comedor. Mi padre llega y se sienta, sin despegar la vista de su móvil. Mamá llega y también se sienta, solo que ella se ve muy concentrada avizorando un documento. Sus caras hacen muecas extrañas de vez en cuando mientras miran con atención las cosas de su interés.

Y así es una cena estándar en la mansión Keys, sí, como cualquier otra.

Yo como mientras ellos no tocan aún el plato frente a ellos.

Después de un rato, parece que por fin se libraran del hechizo de la inatención para concentrarse por fin en sus comidas.

-Y... ¿hija, qué has estado haciendo últimamente?-me pregunta mi padre. Yo sé que este es sólo un vano intento de hablar conmigo, pero así son mis padres: se olvidan de ti durante semanas, absorbidos por sus trabajos, para luego preguntar un "¿Cómo has estado?"

Ridículo e hipócrita desde mi punto de vista.

Creo que más fácilmente le podría decir a Gerrit "papá", y a Michelle (la ama de llaves) "mamá".

Pero no, tengo que llamar al Sr. Leonard Keys "padre", y a la Sra. Ann Keys "madre". Y es que aunque realmente así es, no lo demuestran...

-Bien, supongo-contesto desganada.

-¿Ya has hecho amigos?-pregunta la Sra. Ann, alias, "madre".

-Eh... sí-miento. Pero... ¿cómo planean que tenga amigos? Para los demás sólo soy la "niña consentida" o la "nerd cuatro ojos". Sin contar que, cuando "entablo una conversación" la gente huye de mí, creo que no soy lo que esperan cuando se acercan a mí, pues en vez de hablar de temas que los demás llaman "normales", yo hablo de lo que me apasiona, lo cual es la criptografía, los números, los códigos y los algoritmos.

Sí, todos huyen de mí en cuanto comienzo a hablar de ello. No voy a decir que eso me duele, porque, a decir verdad, cuando uno pasa tantas veces por lo mismo, aprende a endurecer su corazón ante las decepciones.

No puedo seguir intentando algo en lo que sé que voy a fracasar. Así que, descarto cualquier posibilidad de afianzar una relación amistosa con alguien, pues sé cuál será el resultado.

Cada experiencia me ha dado a entender que simplemente me es imposible convivir con otras personas de una manera distinta al trato formal y cortés. Por eso, en mi opinión, no necesito compañía. Prefiero estar sola a tener falsos amigos.

-Qué bien hija, me alegra oír eso, ya comprenderás, el saber que te estás esforzando por hacer amigos-sonríe mi madre. Yo sólo ruedo los ojos y resoplo.

-Sí, amigos-susurro para mí misma.

Me levanto de la mesa, tomo mi plato ahora vacío y lo llevo al fregadero. Camino rápidamente hacia las escaleras para subir a mi cuarto.

-¡Alana!-grita mi madre. -¡No te vayas! ¡Queremos hablar contigo! ¡Por favor!-vuelve a decir.

-Ahora no-lo corto con sequedad.

-¡Por favor!-repite.

-¡¿Qué acaso no lo entienden?! ¡No quiero hablar con ustedes! ¡No se interesan por mí en semanas, y de pronto, quieren "hablar" conmigo!-grito exasperada haciendo comillas con mis dedos en la palabra hablar.

-¡¿Pero qué rayos te pasa jovencita?! ¡No nos debes de hablar así!-exclama molesto mi padre.

-¡Ustedes no entienden nada!-refunfuño más que enojada y subo corriendo a mi habitación.

Jamás entenderán cómo me siento-pienso.

Nota de autora:

Yo, con una nueva historia... Tan solo con este capítulo mi cerebro hizo corto circuito por tanto esfuerzo :v En fin, tengo que estudiar mucho.

"Código Beale"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora