•Prólogo•

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- Sally, querida, ¿a dónde te diriges? - preguntó un señor alto, de dos metros, sin cara y con la piel tan pálida como la hoja de un papel. Si, me refiero al muy conocido Slenderman.

- A caminar, Papi - dijo la pequeña niña, de unos 8 o 9 años, su cabello castaño caía en rulos hasta su cintura. Su piel no era ni tan pálida, ni tan oscura, sus ojos color esmeraldas tenían un brillo, tenia su típico vestido rosa, manchado de sangre y suciedad, de su frente salía sangre, lo que fue ocasionado por su muerte, sus medias rosas, hermosas, se encuentran igual que su vestido, manchado de sangre y suciedad. Sin contar un hermoso pero a la vez destrozado oso teddy, el cual lo tenia en su mano izquierda.

- Creo que miente - dijo un chico a sus espaldas, el tenia el pelo totalmente negro, sus párpados quemados, una sonrisa de oreja a oreja que se hizo el mismo. Su piel tan pálida como la de Slenderman. Traía un suéter blanco, manchado de sangre, unos zapatos y un blue-jean. Exacto, me refiero a Jeff The Killer.

- No te metas en esto, Jeffrey - dijo la pequeña niña, con una dulce pero amenazadora voz.

- No me digas así, mocosa - habló el chico.

- No vayan a empezar con sus peleas - bufó una chica, su pelo negro era lacio, hasta por su cintura, tenia la piel blanca, como Jeff y Slenderman, traía un vestido negro, que resaltaba su figura, y unas zapatillas del mismo color del vestido. Sin contar la máscara que llevaba puesta. En este caso, me enfocaba mas que todo en Jane The Killer.

- ¿Ya me puedo ir, Papi? - preguntó la tierna niña.

- Ten cuidado - exclamó el mas alto de ese lugar.

- Si papi - concluyó la niña.

Se preguntarán. ¿Cómo es que alguien sin cara puede hablar, oir y ver?, chicos, es un fanfic, aquí puede suceder semejante cosa.

Siguiendo con la narración. La niña salió de aquella mansión, donde se alojaban ciertos "Creepypastas", camino por el bosque, caminaba y caminaba, hasta llegar a una pequeña casa, que se encontraba saliendo del bosque, y cerca de un lago.

La pequeña, haciendo un chasquido con sus dedos, hizo que su vestido estuviera completamente limpió, su cabello correctamente arreglado, sus medias cambiaran por zapatillas, y su cara ya no tuviera sangre. Ella, dando pequeños saltos de alegría, se acercó a aquella casa, tocando la puerta con suavidad.

Un toque. Dos toques. Tres toques.

Abrió un chico, cabello amarillo, de unos 12 o 13 años. En su mano sostenía un mando, era algo pequeño para su edad, tenia unos ojos azulados, y, sin contar, que su piel era morena.

- Sally, viviste - habló el Rubio, sonriendo.

- Mis padres me dejaron venir, Ben - soltó la pequeña, con un tono de felicidad.

- ¿Algún día podré conocer a tus padres? - preguntó él.

- No creo, son personas muy ocupadas - sonrió ella.

- Ven, pasa, hace frío afuera - dijo el chico.

La niña asintió y pasó, la casa era preciosa a decir verdad, una casa acogedora y perfecta para que vivan 3 o mas personas.

Sally y Ben se dedicaron a jugar horas y horas a la consola en el cuarto de Ben. La noción del tiempo se les fue, se hizo de noche y ellos no se percataron de eso.

Un fuerte portazo se escuchó en la planta banda. Y los gritos de un hombre borracho empezaron a resonar en todo el lugar. Ben, apagó la consola, y le indicó a sally que lo siguiera con cuidado.

Sally asintió, Ben, camino a donde salían los gritos, era su padre, borracho nuevamente.

"No, con sally aquí no" pensó el Rubio, viendo como su padre golpeaba a su madre.

Ben le indicó a sally que saliera de la casa corriendo, que el se quedaría allí.

Sally hizo caso, ella sabia muy bien lo que iba a suceder.

Ben, por otro lado, no sabia nada. No sabía que ahí se volvería un Creepypasta.

Sally, cambió a su modo normal, y vio como el padre de Ben se lo llevaba al lago.

La niña no se dejo ver por nadie, hasta que llegaron al lago. Ya todo estaba hecho, Ben se encontraba ahogado, y el padre ahí, riendo.

Sally, por primera vez, sintió mucha rabia, la pequeña empezó a reir. Vio al padre de ben y se le acercó.

- ¿Qué quieres mocosa? - habló el señor.

- ¿Play with me? - soltó la pequeña. Estallando en risas.

Ahí, ella se abalanzó sobre el señor, matándolo casi de inmediato. Se dedicó a sacar a Ben del lago, y llamó a la policía, los cuales llegaron rápidamente y encontraron a dos personas asesinadas, y al asesino, casi sin pulsos.

Sally sonreía al ver al señor.

Ben, se encontraba en estos momentos encerrado en aquel juego.

Slenderman, fue notificado de que un nuevo creepypasta debería quedar bajo su cuidado.

Sally llegó a la mansión, encontrándose con un slenderman a punto de salir.

- Papi, ¿a dónde vas? - habló la inocente niña. Como si no supiera nada.

- Iré a buscar al nuevo creepypasta. ¿Me acompañarías? - respondió el señor.

La niña asintió eufóricamente, y se montó en los hombros del señor.

Slenderman, caminó a la casa de ben y recogió la consola.

Sally soltó un suspiro melancólico, esta seria la ultima vez que vería ese hogar tan acogedor.

El señor de tez pálida, se dirigió a la mansión, instalando la consola en una habitación. Y de allí salió un niño, Rubio, sus ojos lloraban sangre, sus ojos anteriormente azulados, se encontraban rojos, su tez morena es, ahora, un poco mas clara, y era exactamente igual a Link, su vestimenta y oídos, son como los de el, como los de Link.

A sally le dio ganas de llorar al ver a su amigo cambiado de tal forma.

Pero no le hizo caso, vio a los demás atrás y al chico parándose, escupiendo un poco de agua.

El chico vio todo confundido.

- ¡Bienvenido al mundo creepypasta, Ben Drowned! - soltó la pequeña, con su tierna voz, y sonriendo.

~Gracias por cuidarme~ (BenxSally)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora