LXXXIV

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Ella es linda.
Él un rey.
Sí, un rey.
Sólo por tenerla a ella.
Ella es una chica seria, fría, difícil de conquistar.
Eso a él no lo detuvo.
Él sólo tenía ojos para ella.
Ella lo ignoraba.
Luego se dió cuenta del cariño sincero que él le entregaba.
Ambos se fueron conociendo.
Ella se abrió hacia él.
Ya no era fría ni acomplejada.
En algún momento se juntaron.
Pasaron años y el amor seguía vivo como el primer día.
Él se armó de paciencia y espero el momento indicado para realizar la pregunta.
Ella permanecía callada viendo lo que él tenía en su mano.
Él sentía miedo mientras la observaba.
Ella soltó una risa nerviosa.
Él lo dijo "¿Quieres ser mi reina?".
Ella con lágrimas en los ojos chilló de alegría un ¡Si!
Hoy, él la está a punto de convertirla en su reina.

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