Hoy era él gran día. Su fiesta de cumpleaños número 21 había llegado, se podían ver personas correr de un lado a otro preparando cada detalle de él gran baile que se daría esa noche. La cumpleañera por su parte irradiaba felicidad cada segundo que pasaba, estaba eligiendo que vestido usaría esa noche, había de todos los colores y estilos pero aún así no había podido elegir uno, no tenía en claro que era lo que quería pero sabia que debía ser él vestido más especial que haya usado. Salió de su habitación para desayunar en él comedor real, dudaba en que buena idea preguntarle a su abuela Luisa y a su hermana Isabel sobre la elección de su vestimenta. Entró saludando a todos amigablemente como cada día, se sentó en su respectivo lugar y empezó a disfrutar de su delicioso desayuno.
—Mija, no comas tan rápido, te vas a ahogar.—Dijo su abuelo Francisco al ver la manera apresurada de su nieta al comer.
—Lo siento abuelito, pero es que estoy taaan emocionada.—Se disculpó Elena antes de tomar su jugo de un sorbo.
Sus abuelos se miraron entre sí algo preocupados, intentaron mirarse lo más discretos posibles pero hasta Isabel, que estaba leyendo mientras comía notó la inquieta mirada de sus abuelitos compartiendo una mirada confundida con Elena.
—¿Ocurre algo malo?—Preguntó esta última con cierta curiosidad en su mirada y preocupación en su pecho.
—Se que debimos decírtelo antes, pero la verdad es que nosotros también acabamos de enterarnos hace algunos días.—Luisa mantenía una mirada triste y culpable.
—Ah, Elena, a ti te estaba buscando.—Esteban entró de imprevisto al comedor con muchos pergaminos y libros en las manos.
—¿Qué es lo que pasa?
—Encontre algo que creo deberías saber.—Dijo este buscando algo entre sus pergaminos.—Lo confirmé con varias fuentes confiables antes de decírtelo, así que no hay solución ni salida.
—¿A que te refieres?
—Mija, según lo que Esteban nos dijo aún no puedes gobernar.—Dijo su abuela apenada sorprendiendo a Elena e incluso a Isabel.
—¡¿Qué?! ¡¿Porque no?!—Elena se levantó golpeando la mesa con la palma de sus manos sorprendiendo a Isabel aún más.
—Según varios libros y pergaminos una princesa puede subir al trono si cumple la mayoría de edad y es desposada.—Esteban siguió buscando algo entre sus cosas.
—¿Desposada? ¿Tengo que casarme?
Isabel tomó sus cosas y salió corriendo sigilosamente de la habitación, su hermana era muy dulce y amable pero también podía tener un carácter duro como piedra, de la manera que fuera ella ni quisiera estar ahí si Elena explotaba.
—Así es, aquí lo dice.—Esteban se acomodó una pequeñas gafas que no necesitaba pero aún así le daba un estilo según él a su persona. Carraspeo un poco antes de empezar.— Sí la persona heredera al trono resulta ser mujer tendrá que buscar un hombre al cual desposar para subir al trono.—Espero un poco a que Elena asimilará lo que acababa de leer para seguir.— En dado caso de que la princesa mencionada no acepté o no encuentre un esposo al rededor de dos estaciones, él siguiente heredero deberá tomar su lugar.
—¿El siguiente heredero? Pero es Isabel.—Exclamo Elena confundida.
—O él canciller.—Dijo su abuelita.
—¿El canciller? ¿Osea que es—
—Soy yo.—Dijo Esteban disfrutando evidentemente su desayuno.
—Tienes dos estaciones, 6 meses para encontrar un buen esposo o Esteban reinará Avalor.—Su abuelo Francisco se levantó llevándose a su esposa de la mano dejando atrás a una confundida Elena y un alegre Esteban.
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Sin matrimonio no hay corona.
FanfictionDespués de 5 años de espera, por fin Elena ha cumplido la mayoría de edad y esta lista para gobernar independiente del consejo real, pero, ¿Qué pasa si el destino tiene otros planes para ella? Puede gobernar, pero con una nueva condición. Tiene qu...