Prólogo

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—¿Estás lista?

—¿Cómo me preguntas esa vaina, coño e tu madre? ¡Estás con las ganas de hacerlo hace meses!

—Pero es con amor.

—Con amor mis nalgas, mejor me voy —Lisa tomó su bolso, arregló su ropa y se dispuso a salir.

—No, por favor no te vayas — Rogaba Mika.

—No puede ser —Lisa negaba tan avergonzada, el amiguito de Mika estaba muy alborotado.

— ¿Y si te propongo irnos de aquí?

Lisa se detuvo, le vió fijamente y saltó a sus brazos sin dejar de besarlo.

—No —Dijo firme, Mika estaba a punto de llorar.

El Demonio Venezolano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora