03.Calladita y Quietecita

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Capitulo 3:
Myles se levantó. Aun no entendía como las patas de la cama no se habían quebrado después de la cabalgata que Clara le había dado. Pero él, se había desahogado y la chica se había corrido alrededor de seis veces.

Fue a buscar algo de beber, una cerveza o champagne frío, cuando vio él portátil.

-Mierda-se quejo.- Me olvide de vigilar a Briar.

Ya eran las cinco de la tarde y la clínica de masajes debía estar abierta.

En cambio, había policías por todos lados y la rubia de la mañana lloraba desconsoladamente hablando con un inspector.

-¡Mierda!-no la veía por ningún lado. Ella era la involucrada, le había pasado algo. Y por una puta distracción, la había perdido.
No podía dejar que la policía se encargara de eso.
Echó la cámara un para de horas atrás. Vio que Alexander estaba allí de nuevo.

-Te tengo-murmuro sonriendo y dando un trago a su bebida.- Se donde vives Alexander, te vas a cagar-dijo para si mismo. Clara lo rodeo por detrás.

-Vuelve a la cama conmigo- dijo dejándole un rastro de besos por su hombro.- Vamos....

-No, tengo que trabajar-Myles se puso los jeans y él jersey. Volvió a coger las botas y una AK 47  que guardaba en su almacén privado.

-Mylo...

-Te dije que no. Busca a otro de la oficina- ladro Myles.- Tengo trabajo y si Briar muere sera por mi culpa....por distraerme, así que me voy- salio dando un portazo y dejo a la excitante chica en medio de su salón desnuda.

-¡Mierda!- murmuró. Cogió su teléfono y marco rápidamente a alguien.- Estate atento, va para allá, no he podido detenerlo.- cerro él móvil sonriendo.- Ay Myles.... que pena que no hayamos podido disfrutar mas. Eres una amante demasiado bueno para terminar muriendo de esta manera tan ordinaria.- fue hasta la habitación de Myles y empezó a vestirse, dispuesta a marcharse habiendo terminado su trabajo.

[...]

-¿Donde te escondes pedazo de hijo de puta?-dijo tirando la puerta al suelo.-Alexander, sal si no quieres que te despelleje vivo, animal.- se escucharon unos tiros casi rozando su cien. Myles se agachó, rodando hasta que estuvo cubierto por un sofá. Sus ojos se adaptaron a la poca oscuridad.

-Sabes de lo que soy capaz, idiota. Dame a la chica y nadie saldrá herido- Aunque eso no se lo creía ni él.

-Deja que lo piense- dijo irónico Alex, aunque era lo único que Myles quería; que hablara. Ya lo había localizado y Briar no estaba con él.

-No.

-Demasiado tarde- preparo su AK 47 y empezó a dispara sin cesar justo en él que Alexander se escondía. Después, silencio. Myles se levanto lentamente y fue donde estaba él cuerpo tendido de Alex. Lo movió con él pie. Pero pronto sintió una punzada.- Muere como un buen hombre cabrón- le disparo a carne viva.- No se vale hacerse él muerto- río, asegurándose de que Alex  ahora si estaba completamente muerto.

Se agacho para quitarle él cuchillo que le había clavado en él muslo.- Ah.... -lo lanzo junto a Alex.-Hijo de perra, otra cicatriz mas por tu culpa.-Encendió una luz  y observó la casa. Vio una escalera. Subió con cuidado de que no hubiera mas agentes de aquella mafia rusa, como Alexander. Tiro la primera puerta al suelo. Nadie, nada.

-Mmmmh-se oyó un gemido. Se dirigió hacia la habitación donde provenía. Abrió la puerta y se encontró con Briar semi desnuda, atada a una silla y amordazada.

-Oh, no- Myles sonrió, negando con la cabeza.- Que chico mas malo, no sabe que esto no se le hace a una mujer-desabrocho la mordaza de Briar.

-¡Desatame, joder!- es lo primero que dice.-¿Quien eres? Espera... yo te conozco-Myles alzo una ceja, divertido.- Esta mañana te he atendido.... ¡Oh dios mío, estoy rodeada de locos!

-Muñeca, cállate si no quieres que te amordace de nuevo. Yo soy de los buenos.

-Ya claro, ¿y como lo se yo, eso? Pensaba que Alex...- no tuvo tiempo de terminar, pues Myles le amordazo de nuevo. La desato de la silla pero no de manos ni de pies.

-Mejor prevenir que curar. Estas mas guapa quietecita y calladita- la cargo en su hombro hasta su Lamborghini negro.

Protegeme | BrylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora