Sin brazos ni piernas, te agarra y te abraza, no te suelta como los infantes a sus padres,
Es muy sabia, pero fría, está llena de lunares blancos, aunque cuando está triste se desvanecen en su cuerpo,
Su sabiduría resalta cuando en la negrura del día, o en el brillo de la noche saca tus penas a flote,
Tiene muchas voces y seres sin conocer en su regazo,
Viajan con ella en todo momento, por eso le tememos,
Le tenemos pavor y descontento, pero otros sentimos el cariño que a veces emana,
Y a veces es la única compañía que en los turbios días tenemos,
Está presente en todo lugar y momento, mientras en los países bajos de Europa se desvanece,
En las costas de américa abraza sus países, ciudades, y vetustos habitantes,
Nos cubre por horas, aunque queremos que desaparezca, ella sueña despierta con seguir a nuestro lado,
Muchos dicen que su padre es la noche, o que nació de la ausencia de luz, la madre que todos le achacan,
Ella cree que su madre es la luna, y su padre fue el sol que desapareció la noche anterior,
Es peor enemiga del brillo, del fuego y todo lo que apague su oscuridad, se baten a muerte cuando el telón de la noche cae,
Y cuando aquel telón se alza para abrir el teatro del día, ella desaparece, viaja y retorna a los lugares que requieren su compañía, que bajan el telón y piden sus fríos abrazos.