Te vi con los dedos,
Olí con los ojos,
Seguí con las manos,
Abracé con los pies,
Amé con los oídos,
Y te escuché con la mente,
Y sonreíste,
Tu sonrisa tan resplandeciente,
A mí corazón deja encantado,
Ven toma mi mano,
Para huir de esta terrible oscuridad.
En el instante en que te volví a encontrar,
Mi mente trajo a mí aquel hermoso lugar,
Que cuando era niño fue tan valioso para mí.
Quiero saber si acaso tú conmigo quieres bailar,
Si me das tu mano te llevaré,
Por un camino cubierto de luz.
Donde música angelical nos acompañará,
Sí tú quieres mi mano puedes tomar,
Y con mis dedos jugar,
Mientras recordamos aquel lugar,
Y cuando lo tengas en mente,
Besarte para dejarte en él,
Yo aquí,
Mientras tú allá,
Lejanos el uno del otro,
Con sentimientos encontrados,
Pero con rostros olvidados,
¿Será el fin?,
De lo que parecía el inicio,
O el comienzo de lo que siempre fue final,
Me recuerdas,
Me recuerdas cuando el día lloraba,
Lloraba cuando llegaba su final,
Cuando la noche se asomaba,
Y el día marchitaba,
Siempre uno perdía,
O se turnaban para sufrir,
Sufríamos los dos,
Como un eclipse,
Oscuridad y luz,
O,
Día y noche,
Coexistiendo,
Sonriendo
O,
Sufriendo.
¿Aún estás distante?,
Sueño con visitarte,
Y recordarte que el lugar que siempre pensaste,
Está aquí,
A mí lado,
Contigo de la mano,
Pero no me escuchas,
Y solo me abrazo,
Es justicia,
O,
Karma,
Que hoy las centellas de mí alma,
Se acuesten solas en la cama.
