DE MI PROPIEDAD.

#30

—Ya me aburrí.– mire a la bruja frente a mi— tengo hambre.

—no es mi problema, tienes que seguir las reglas y comportarte.

—maldita bruja– Murmuré.

Ya llevaba mas de cuatro horas hablando como una loca tanto que ya llegue a odiarla. No me ha dejado comer, a cada segundo que hago algo que ella no quiera me golpea con un palo.

—no se le debe de faltar al respeto a tus mayores– dice mientras me golpea con el palo como por décima vez.

— mañana tendré unos moretones enormes por su culpa vieja.

Sus ojos se volvieron rojos, creo que se enojo.

Se paro de su lugar y camino hasta mi. Me tomo por el cuello lanzándome fuertemente contra la pared. Todo mi cuerpo crujió.
Y la furia me invadió, solo quería su cuello entre mis manos para poder asfixiarla aunque pensándolo bien eso no seria posible, ya que los vampiros no respiran.

Corrí hacia ella, la derribe quedando yo encima de ella. Coloque mis manos en donde yo quería justamente, y apreté fuerte su garganta. Viendo como se retorcía para poder salir de mi agarre. Sonreí victoriosa.
Ansiaba poder arrancarle el cuello.

Ella empezó a gritar algo que mis tímpanos no soportaron, de mi brotaron gemidos de dolor. Me aleje de ella colocándome en un rincón.
Coloque mis manos en mis oídos y los tape tratando de aminorar el dolor.

Cuando ella dejo de gritar, aleje las manos de mis oídos sensibles.
Pase mis dedos por debajo de mi oído, par después colocarlos a mi vista. Había sangre en ellos.

. . . . . .
(4 meses después)

Habían pasado ya tres meses y medio desde que cumplí mis dieciocho años de edad.
En estos meses solamente había escuchado las palabras; entrenamiento, esfuerzate, boda, modales.
Y otras de las cuales no me quiero acordar.

Mas que de la sed de venganza que tenia Cristopher hacia una manada de lobos.
Cristopher no paraba de decirme que esos lobos eran repulsivos y que mataban sin piedad, algo que de verdad me causo terror.

Estos meses mi condición física aumento, mi estomago es completamente plano y lo tengo semi marcado, mis piernas y brazos están firmes algo de lo cual estoy orgullosa.

Pensándolo bien ahora soy toda una “señorita” por así decirlo. Mi autoestima aumento.

Mi cabello que antes era chocolate y rizado cambio a un color negro lacio con algunas puntas azules. Mis ojos negros seguían igual y eso me encantaba, pues yo amo a mis ojos tal y como son.
Aunque ahora el usar vestidos y faldas es mi mayor tormento pero lastimosamente lo tengo que hacer.

Escuche pasos que se dirigirían a la habitación de a lado que es la “sala de conferencias” a la cual no puedo entrar amenos que soliciten mi presencia.
Minutos después murmuros se escucharon, coloque mi oído contra la pared para tener una mejor audición.

—¿ la llevaras?, la verdad no creo que sea necesario.

— vamos mama, ella es el blanco perfecto. Todos creerán que es nuestra rehén y querrán luchar por su luna.

—Cristopher, el luchara por ella. El de verdad la ama.

—pero ella ahora es mía madre. Y sera tu reina muy pronto.

—pues yo no quiero a una Pulgosa como reina.

—ella no sera una loba pues no dejare que ese lobo la marque.

—Mía es inteligente Cristopher, lo descubrirá todo.

Un portazo se hizo presente a lo que yo me aleje de la pared y me senté recta en el sillón con un libro entre mis manos.

Cruce mis piernas. Y coloque una sonrisa en mi rostro. El olor putrefacto se hizo más cercano, afirmando que Cristopher se acercaba.

La puerta se abrió con delicadeza, el asomo su cabeza y me sonrió.

—mía, mañana saldremos a un viaje. De unos cuantos días hací que alista tus cosas.

Asentí levemente.

Siendo sincera no se a acercaba mucho a mi y se la agradecía pues no soportaba su asqueroso olor, cerré el libro y me puse de pie. Hora de empacar.

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Aquí tienen el cap. Que les prometí.

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Bye.

Pd; faltas de ortografía...