Uno.

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Nueva casa
6 años después

Contando el año que paso cuando Elsa se fue a Milán, ahora Ross tiene 11, Alex 17 y Jessie 19 años. Así que están dejando de ser niños. Que nostalgia y pobre Elsa que tendrá que aprender a vivir con tres adolescentes. Esto es para aclarar por si se pierden 😊

Cuando el auto estacionó frente a la casa, Elsa sonrió al ver la fachada minimalista de su nuevo hogar. Tenía cinco habitaciones y era de color blanco porque a Jack le pareció adecuado. Estaba ubicada en los suburbios de Manhattan. Donde late el corazón de todo Nueva York. Era una casa hermosa y grande, perfecta para su familia.

Elsa y Jack se casaron seis meses después de que Jack se lo propuso. Luego compraron un departamento más grande en Milán para seguir apoyando el sueño de Elsa así que la tropa se mudo a Milán, ahí vivieron cinco años. Pero Elsa extrañaba demasiado la ciudad así que decidieron volver a Manhattan donde ahora compraron una casa. Y ella era la mujer más feliz de todo el estado por tener a su tropa y a su amor con ella.

—Esa es nuestra casa —le señaló Jack, asomándose por el parabrisas del auto. Elsa del lado del copiloto chilló de emoción con la idea de una nueva vida y una familia más unida.

—Es perfecta —contesto con simultáneo entusiasmo reflejado en la mirada azul —. ¿Qué creen niños?

En la parte de atrás Alex se quitó uno de sus auriculares, se asomo por la ventana. Inspeccionó la casa y los alrededores con especial detalle y  asintió encantado. Eran mediados de Noviembre y el lugar parecía encantador con todas las hojas en el suelo y el viento frío, el vecindario muy acogedor, perfecto para comenzar hacer los Frost Arendelle. El castaño llevaba un sudadera azul marino y unos pantalones negros, un libro en el regazo y los audífonos colgando en el cuello.

—Increíble —sonrió el muchacho de la misma forma que Elsa lo había hecho.

—¿Sí te gustó? —le cuestión el peliblanco mirándolo por el espejo retrovisor. El chico castaño asintió conforme con la nueva vivienda y el vecindario —. ¿Tú no dices nada, Ross?

En la parte de atrás una rubia con el cabello atado en un moño despreocupado y una diadema se orejas de gato rosa, levantó la mirada rápidamente en dirección a la casa y sin darle muchas vuelta alzó su pulgar en modo de aprobación. Elsa negó con diversión, pero Jack suspiro.

—Ross, quieres dejar eso por un segundo y darnos tu opinión verbalmente.

—¿Qué quieres que te diga Pa? —le pregunto sin dejar de teclear en su teléfono —. Digo esta cool, grande que bien. Pero no te pongas pesado, por fa.

—¿Qué? —le cuestiono su padre sin entender ni una sola palabra de lo que su hija había dicho —. Oh, dios... Usarás gafas sino dejas de ver ese aparato Ross.

Ósea, papá no puedo descuidar a mis seguidores de Instagram, ten conciencia. Duh.

Jack se tomó el puente de la nariz con los dedos, Elsa le acarició el hombro con una sonrisa de labios apretados, para calmarlo. Los niños, no, sus niños estaban dejando de ser lo y Jack ni ella podían prohibirles crecer. Ross estaba a nada de ser una adolescente, vivía metida en el celular, tomándose fotos. Toda ella era la viva imagen de su madre, así que era muy hermosa. Pero aún así Elsa y Ross se adoraban.

Elsa's FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora