Parte VIII

4.7K 285 420
                                    

Parte 8:
Nuestros bailes y realidades

Forzándome tome aire y dije un pequeño:

—Hey. —Sintiendo mi voz, aún en una sola palabra, temblar.

—¡Rogers! —exclamó, quería pensar que alegre.

El silencio regreso aún cuando Tony había sonado animado —al menos para mis tímpanos.

No entendía el porqué de muchas cosas con Tony, su mayoría sobre ciencia y electrónica, pero lo que menos comprendía era el repentino silencio—él no era del tipo de estar callado sin motivo alguno—, pensar en eso me revolvía el estómago y ya no de una forma placentera. Tal vez Tony estaba serio por la visita que había tenido ayer, tal vez se había olvidado de nuestra cita —aunque marcó a la hora acordada.

—¿Sabes? Lo pensé, pensé y pensé una y otra vez... cuestionándome que canción debería de elegir, al final llegue a la conclusión de que no puedo elegir una ya que no me corresponde solo a mí la decisión —dijo abruptamente Tony haciéndome sobresaltar. En momentos así agradecía que no podía verme—. Supongo que tendremos que elegirla ambos, ¿no?

Me tomó unos segundos entender la pregunta pero antes de que Tony pudiera notarlo dije un suave: «está bien».

—Bien, veamos, ¿tienes alguna en mente? —cuestionó rápidamente, aquella extraña y repentina actitud apresurada que tenía me hacía pensar qué tal vez tenía prisa por acabar.

—De este tiempo —pausé brevemente—, el cantante que has puesto de vez en cuando —perseguí mientras trataba de recordar el nombre del cantante.

Sobe mi barbilla un par de veces con mi mano libre —sintiendo el crecido vello facial raspar mis deos— tratando de recordar al cantante; pero no importaba cuánto sobara mi barbilla no podía recordar el nombre del artista.

—¿En serio no recuerdas el nombre del cantante? —cuestionó burlón.

—Trato de hacerlo, pero nada viene a mi mente —reconocí al soltar un suspiro derrotado, sabía que al menos en ese momento no podría recordarlo.

—El hielo afecto tu memoria —Se mofó Tony. No puede evitar sonreír al escucharle; aunque aquella risa, que soltó, fuera a mí costa—. Bien, creo que tengo por aquí una lista de sus canciones lentas, elige una.

—¿Por qué no la eliges tú? —ofrecí recibiendo un pequeño «hmm» por parte de Tony a lo cual, antes de que pudiera decir algo, agregué—. Es decir; yo elegí al cantante tú puedes elegir la canción, no importa cuál sea.

—Bien, pero lo haré al azar porque esto de canciones lentas no es tanto lo mío, Rogers.

En el momento que dijo eso escuche como este se movía, la fricción que provocaba sobre el celular era como una estación de radio con señal débil pero pronto aquel extraño sonido se esfumó y una melodía se hizo escuchar.

Una canción lenta con una letra, no curiosa, pero intrigante para mi situación.

—¿Sabes? Esa no me gusta —declaró Tony, no llevando la canción ni treinta segundos— Sí, sí no me gusta... a ver, ¡aleatorio, Viernes!

Reí ante su actitud pero más que una risa alegre, o bien cariñosa, era una nerviosa por la letra de la canción. Más que nada por lo primero que está decía.

—Bien, está tampoco.

—Tony, solo deja una —No entendía porqué tenía que ser tan difícil elegir una canción, bien para mí la letra de la primera me hizo incomodar un poco pero no era nada que no fuera a esfumarse en unos segundos.

La Llamada | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora