El invierno está llegando

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  • Dedicado a Beluu Castilla
                                    

El Capitán América no pudo sujetar su mano, estaba demasiado lejos, el tren avanzaba demasiado rápido, el hierro estaba demasiado frío como para seguir sujetándolo.

Y cayó. Bucky Barnes cayó a plomo, con los labios partidos en un grito que nunca llegaría. El viento cortó su piel como un filo helado mientras descendía sin control.

Dolió. Dolió incluso antes de sentir el chasquido de su brazo izquierdo al romperse. La nieve se evaporó bajo su rostro al tocar sus lágrimas hirvientes y sólo pudo murmurar el nombre de Steve antes de perder el conocimiento.

¿Cuánto tiempo estuvo dormido? Nunca se dio cuenta de que habían sido setenta años. Setenta años en una cámara helada, como Steve en el submarino. Sólo pudo mirar alrededor cuando lo sacaron del hielo antes de que le clavaran una aguja en el pecho y volviera a quedar inconsciente.

Volvió a despertar cuando se sintió sujeto a una camilla con sujeciones de hierro. Y ahí fue cuando notó el brazo de metal. Su brazo izquierdo ya no existía. En su lugar estaba una extremidad plateada hecha con escamas metálicas, una réplica exacta e indestructible de su mano y brazo.

—Steve... —giró la cabeza a su alrededor buscando a su amigo.

—Borren su memoria —ordenó una voz fría y sin un ápice de bondad.

Y Bucky solo pudo gritar cuando todos sus recuerdos fueron eliminados. Como si nunca hubieran existido. Su querido Steve ya no era su amigo. Ahora sólo sería su misión, un hombre peligroso al que debería matar. Porque Bucky ya no era Bucky. Era ya el Soldado del Invierno, y un soldado nunca cuestiona órdenes.

El invierno está llegando ✵ BuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora