Tiempo Presente
Se movían sigilosamente. Sólo se escuchaba el sonido del viento ulular a su alrededor. Había aterrizado la nave sin problemas a las afuera de la ciudad y ahora se dirigían a cumplir su misión; rescatar al Regente. Pasaron las solitarias y desiertas calles de la ciudad, que alguna vez fue hermosa y llena de vida pero que ahora estaban completamente atestadas de escombros y edificios abandonados. Se notaba que los Grox habían invadido la ciudad y encarcelado a los habitantes. Había esperado ver escenas de cuerpos ensangrentados y descuartizados por toda la ciudad, pero ese no era el caso. Algo no estaba bien. Conocía a los Grox y sabía cómo actuaban. Allí había algo que no concordaba. Tal vez este nuevo grupo de Grox era diferente. Su conducta había sido diferente desde el principio. Debía estar sumamente alerta, no podía bajar la guardia.
Llegaron a los predios del Palacio de Gobierno de Kepler sin problemas. Ocultos entre los arbustos que rodeaban el jardín, caminaban en dirección de la parte posterior del magnífico edificio. Un gran palacio que constaba de varios edificios y torres. Era el centro de toda actividad en el planeta.
Gracias a Dios hasta el momento no se habían encontrado con ningún Grox. Usualmente evitaban salir durante el día ya que al tener a sangre fría las altas temperaturas les afectaban y Kepler se sentía bastante caluroso ese día. Así que esperaba no toparse con ninguno, aunque siempre cabía la posibilidad. Acompañado de tres de sus mejores hombres, todos armados y Pat, quien los guiaba, llegó a su objetivo. Una entrada oculta que servía de salida de emergencia.
Mientras caminaba, Benjamin analizaba la situación y el enorme peligro que corrían al entrar en un territorio ocupado por los Grox. En esta ocasión no temía por sus hombres, más bien por la mujer. Ella no tenía ningún tipo de experiencia en combate. Sin embargo comprendía que era la única que podía llevarlos al éxito de la misión. Se notaba que conocía a perfección el lugar y eso le daba confianza. Demasiada confianza tal vez. Tenía que mantener sus sentidos alertas. Debía estar preparado para cualquier ataque sorpresa de los Grox. Tenía que defender a su mujer aunque le costara la vida. "Su mujer". «¡Que irónico era todo eso! » pensó. «¿Por cuánto tiempo la podría considerar suya? Hasta que la entregara a su verdadero dueño, si es que aún vivía.» Sabía que durante la misión no debía considerarla su mujer. Si no lograban salir de allí con vida, tal vez nunca lo sería en verdad. Tenía que apartar esos pensamientos y volver a concentrarse en la misión. Ya casi llegaban a su objetivo.
—Aquí es capitán. —susurró la mujer de pelo rojo moviendo unos arbustos que ocultaban la entrada. Sólo algunas personas conocían de su existencia y Pat era una de ellas.
—Bien, haz lo tuyo. —le ordenó.
La chica se acercó a la entrada y retiró el guante negro de su mano derecha y la colocó en la placa digital de la cerradura, que leería su código genético. Inmediatamente y sin hacer ningún sonido, como por arte de magia la puerta se abrió. Verificando que el camino estuviera libre el capitán dio la orden de entrar cerrando tras de sí una vez todos estaban seguros.
Inmediatamente las luces se encendieron dejando ver un largo corredor lleno de polvo y telarañas que parecía no haber sido visitado en años.
—No se preocupen por las luces —indicó Pat —no están conectadas al sistema central, por lo tanto nadie notará que se encienden. Debemos continuar, todavía faltan varias puertas de seguridad más adelante.
Caminaron en silencio pero muy alertas. Con cada nueva puerta se repetía el proceso. Pat tenía que abrir cada una de ellas. El capitán verificaba que no hubiera peligro y luego continuaban hasta la próxima. Los siguientes corredores ya no estaban tan sucios ni abandonados. Al parecer había tráfico frecuente por ellos.
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cuando el amor llega de polizón
Science FictionEl capitán Benjamin West luego de haber conocido y perdido el amor por dos ocasiones, se niega a volverse a enamorar. Sin nada por lo que luchar se reintegra al frente de batalla en busca de misiones cada vez más peligrosas. Sin embargo conoce a Pa...