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*Y ahí estaba yo, jugando a unos de los pocos deportes que mejor me salen "basquet", cuando en un momento nos hicieron parar el partido por una causa que desconocía, claro eso hasta que llegamos a la profesora y vi a dos chicos que nunca había visto, supuse que eran nuevos y los iban a presentar, pero realmente no me interesaba así no le di importancia. Después de darles la bienvenida y saludarlos los repartieron a cada uno en un salón un chico llamado "Alex" quedo en nuestro grupo, aunque no quiso jugar, según él, no sabia jugar basquet.

-Es una lastima- hablo Pedro- Ámbar es una de las mejores y es de nuestro equipo- volvió a hablar, esta vez con un tono orgulloso

-Ya cállate- dije mirándolo con un tono algo serio- tampoco es para tanto

-Vos sos Ámbar supongo- hablo el chico nuevo

-Supones bien- le conteste dándome la vuelta para poder mirarlo- ¿vos sos?- reí

-Alex

-Un placer Alex, ahora vamos a jugar- dije tratando de convencerlo

-Mejor los miro, se nota que son buenos

-Esta bien- volví a decir y le sonreí antes de entrar a la cancha

Mientras jugábamos algunos de mis amigos alentaban desde el banco, amaba el hecho de que fuéramos tan unidos con mis compañeros, pero ninguno es como Santiago, mi mejor amigo desde primer grado

-PEDRO PEDRO- grite para que me pase la pelota

Pedro miro hacia donde yo estaba y me lanzo la pelota, pero no me fije que había alguien atrás y caí arriba de una persona, era Santiago

-Eres un idiota, ¿jugas para mi o en contra?- dije algo enojada

-Para vos- contesto sacudiéndose la ropa

-¿Entonces? hiciste que perdamos esa jugada, ahora por eso me pagas un helado- dije entrando a la cancha mientras le sacaba la lengua, pero no encontraba la pelota

-ÁMBAR- gritaron, así que me di la vuelta y era Alex alzando la pelota arriba de su cabeza. Reí y corrí hasta Alex a buscarla, pero me amago a dármela y rió- ¿la queres?

-Obviamente- dije obvia

-Bueno- dijo entregándome la pelota sin ningún problema, pero si hubo uno, se acerco y me dio un beso en la mejilla, casi llegando al cuello, sentí algo raro recorren por todo mi cuerpo y me aleje.

-Gracias- dije mirándolo a los ojos, no eran ni verdes, ni azules, eran color café, pero me parecían hermosos- Alex- baje la mirada y salí caminando

-De nada- escuche susurrar *

-Ámbar ¿estas?- dijeron sacudiéndome, reconocí la voz era mi querido amigo Santiago

- Sí- dije con la cabeza aún apoyada en la mesa

-Te quedaste mirando a un punto fijo

-Sí, estaba acordándome de algo- dije incorporándome para mirarlo

-Ese algo me suena a...

-Aaaa- dije imitándolo

-Alex- dijo terminando la oración

-Alex- respondí sin dejar de mirarlo y haciendo una mueca como diciéndole que prestemos atención a la clase, él solo asintió y se dio media vuelta para mirar al frente, mientras yo lo imitaba





A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora