PRÓLOGO

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13/07/2557

Sistema Tulkas|nave UNSC INFINITY

Los tiros se sucedían en la sala de entrenamiento de la Infinity, con varios escuadrones de ODST practicando su puntería con enemigos virtuales y algunos Spartan IV de apoyo.

Desde una mampara de cristal, al otro lado de la sala, la comandante Palmer estaba observando como aquellos hombres se sometían al mayor grado de dificultad de los Juegos de Guerra, como se le conocía a aquella enorme sala.

-Es increíble como un puñado de ODST son capaces de despachar a adversarios de este calibre -Dijo una voz de hombre tras ella.

-Más les vale, si quieren salir vivos del campo de batalla.

Palmer volteó hacia la entrada, con una pequeña sonrisa en el rostro: era el comandante Lasky. De inmediato, un pequeño holograma de matices dorados surgió de un pedestal cercano, tomando forma de hombre.

-¿Cómo van nuestros chicos, Saray?

-Todo lo bien que podrían, capitán. Aun hay ciertas rencillas entre mis chicos y los ODST -La cara de Palmer esbozó un pequeño gesto de asco por aquello mismo -. Parece que esos condenados nunca van a aceptarnos.

-Has de comprenderlos, Sarah. Piensa que no sois Spartans II, ni III. Ellos eran leyendas vivas, niños que desde una edad temprana fueron seleccionados y entrenados para proteger a la humanidad; supersoldados de los pies a la cabeza. Vosotros....

Palmer interrumpió con cierto enfado por aquellas duras palabras.

-Nosotros también somos Spartans, Thomas. La única diferencia es que antes fuimos Helljumpers y no niños raptados.

-Vuestras mejoras tampoco son enteramente iguales a las de ellos, señorita.

La intervención de la IA no era muy oportuna en aquel instante, algo que no alcanzó a comprender hasta que la comandante le dedicó una mirada de reproche muy severa.

Con un tono conciliador, Lasky despachó a la IA Roland del lugar mientras continuó conversando con aquella mujer, mujer a la que conocía como la palma de su mano y sabía cuánto se esforzaba ella por demostrar que los nuevos supersoldados de la UNSC eran merecedores de ostentar tan legendario nombre.

-Bueno, dejemos el tema. Lo importante es que hasta hoy habéis cumplido con excelencia vuestro deber.

La joven muchacha pareció contentarse con aquel simple "alago", aunque en su interior sabía que Lasky solo buscaba calmarla. Pero tenía razón en cierto modo, estaban a punto de descender a una de las misiones más importantes de sus vidas y no era necesario ponerse mala sangre.

-Además -Prosiguió el comandante -, después de lo de hoy seréis recordados como aquellos que dieron fin al Covenant.

-Ya era hora

-Ni que lo digas. Llevamos años cooperando con los élites para destruir los reductos del Imperio y parece que por fin vamos a lograrlo. Según mis datos, la última resistencia de estos bichos está esparcida en varios sistemas, de los cuales uno es este.

-¿Y el resto? -Preguntó con curiosidad.

-Del resto se encargarán los Sangheili, tranquila. Nosotros centrémonos en esta última batalla.

Esto dijo Thomas J. Lasky con razón, pues esta última resistencia poseía aún varios cruceros clase CCS y algún que otro carguero, por lo que la batalla no iba a ser fácil. De hecho la Infinity estaba acompañada por su flota al completo: el grupo de batalla Dakota, precisamente por la posibilidad de enfrentarse a una lucha encarnizada contra los brutes del sistema Tulkas.

Halo 4: La novelización -EN PROGRESO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora