⫷ TRAINING | DAY ⫸

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―Esto no puede seguir así, Iruka... No sé de qué demonios está hecho eso de lo que te has estado alimentando durante el bloqueo y la enfermedad de esa estupidez de jefe que tienes...

―¡Ey!―intentó protestar Jiraiya, pero Tsunade n caso le hizo.

―...pero esto no es normal. Llevas ya un mes a dieta y ejercicio y has bajado tan poco de peso que apenas se nota la diferencia. Y sé que te esfuerzas porque, bueno, te conozco y cuando se te mete algo entre ceja y ceja no hay quien te impida hacer aquello que te has propuesto... Pero esta vez la fuerza de voluntad no es el problema, es que tu cuerpo ha asimilado demasiado bien las grasas de toda esa mierda que has estado comiendo mientras le salvabas el culo a este viejo idiota.

―¡Oye!

―¡Tú mejor cállate!― le digno por fin Tsunade a reconocer su mera existencia dentro de su consulta. Iruka, previendo la gran discusión se bajó de la báscula y se dispuso a ponerse de nuevo la ropa.― ¡Es tu culpa que Iruka esté así! ¡Y ni se te ocurra negarlo! ¡Si hubieras llevado el trabajo al día, aunque ese bloqueo de escritor que dices que se llevó tan lejos a tu musa hubiese pasado igualmente, no hubiera retrasado tanto las exigencias de la editorial, y si te hubieras cuidado mejor en lugar de estar el día entero en una simple toalla, empapado porque el señorito tenía sí o sí que ver a las chicas del otro lado de la verja de las aguas terminales, no te hubieras resfriado e Iruka no tendría que haber pasado varios meses pegado a tu maldito escritorio, sin moverse para nada, prolongando una vida ya de por sí sedentaria y encima alimentándose de cualquier cosa que sirviera para llenarle el estómago! ¡Por el amor de Dios! Durmió tan poco que entre eso y la mala dieta, su organismo se revolucionó y estoy segura de que por eso aceptó tan bien todas esas grasas saturadas. Así que cuando te digo idiota, estúpido, memo, o imbécil, tú te callas, ¡¿de acuerdo?!

Jiraiya se limitó a asentir sin atreverse a decir ni pío.


◈↠


―Iruka... siento mucho que mi estupidez te haya afectado tanto...― se disculpó Jiraiya mientras volvían a su casa. Iruka le sonrió, agradecido por la preocupación.

―No te preocupes. Soy tu asistente; es mi trabajo preocuparme por ti... Aunque eso signifique hacer tu trabajo mientras caes enfermo por pervertido...― el viejo ni siquiera tuvo la vergüenza de ocultar su sonrisa lasciva al recordar toooodo el grandioso material que había conseguido después de aquellas maravillosas vistas. Iruka simplemente frunció el ceño, pero, teniendo en cuenta que Jiraiya no iba a cambiar, al final se limitó a suspirar.

―En todo caso― le comentó Iruka mientras giraban la esquina y se preparaba para abrir la puerta―, fue culpa mía en realidad. Si hubiera cuidado más mi alimentación...

―¡Vamos, hombre! ¡Si tampoco estás tan mal!

―Jiraiya, he aumentado 20 kilos en poco más de tres meses. Quítale los 2 Kg que he perdido este último mes, no por eso dejo de parecer un tonel― le replicó el castaño, más divertido que otra cosa, pero el escritor parecía no contento con eso.

―No es verdad. Es cierto que estás más rellenito y esas cosas, pero antes estabas bastante delgado, así que por eso te parece un cambio tan drástico. Además, Iruka, es invierno, sea lo que sea lo que te sobre, la ropa te ayudará a disimularlo hasta que vuelvas a estar en forma... Lo único que quizás se vea más redondo es tu cara y, seamos sinceros, eres bastante guapo; con esa carita, si te dejaras el pelo suelto, parecerías una preciosa chica con curvas.

Training day [KAKAIRU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora