Capítulo 5

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Eran pasadas las dos de la mañana y Trey se encontraba acorralando a una chica contra la pared, ambos ebrios, encontrándose entre besos sucios y manos que se movían por todas partes haciendo que el calor fuera en aumento. Estaban a punto de hacerlo ahí mismo, a pesar de que Trey llevaba en el bolsillo la llave del departamento de Heather. No pensaba ir con una chica allí.

Mierda. Pensar en su amiga lo hacía volver a la realidad y sentirse mal consigo mismo. Y pensar que estaba llegando tan lejos con una extraña.

Después de todo, ¿Dónde estaba Heather? Posiblemente había abandonado el local porque hacia horas que la había perdido de vista.

Acomodo el vestido de la chica frente a él y se alejó sin decir nada. Busco entre la multitud y la tenue luz. Tanto movimiento lo mareaba.

Paso más de media hora buscando a Heather hasta que finalmente se topó con un grupo de personas amontonados alrededor de una pareja. Un hombre de unos treinta sujetaba a Heather por el brazo y la retenía en el círculo contra su voluntad. Al parecer aquel tipo estaba diciendo cosas muy graciosas porque la gente a su alrededor se reía y gritaba en respuesta.

Trey comenzó a adentrarse en el montón de gente cuando su amiga le propino un golpe en la mejilla al patán que la estaba molestando. La multitud se quedó en silencio por un segundo antes instigar al tipo a poner en su lugar a la "perra".

Él la sacudió mientras le soltaba todo tipo de insultos, remarcando que era una "puta" y que había estado con todos en aquel bar.

Trey a pesar de su estado de ebriedad logro abrirse camino hasta el centro del círculo, darle un buen golpe en la mejilla al tipo y comenzar una pelea.

Los golpes iban y venían. Ninguno de los dos estaba en forma para una pelea. De todas formas, no tardaron mucho en sacarlos del club.

Sin ánimos de continuar la pelea, el imbécil que había estado molestando a Heather se alejó, no sin antes vomitar.

— ¡Te está sangrando la nariz! —señalo Heather al tiempo que buscaba en su bolsillo por un pañuelo. Ella comenzó a limpiarlo, ignorando las muecas de dolor de su amigo.

— ¿Qué estaba pasando allí? —pregunto él.

— Nada. Supongo que ya vine suficiente a este lugar.

— Yo no creo que allí no haya pasado nada.

Ella suspiro.

— Estas demasiado ebrio como para entender algo, Trey. ¿Desde cuándo bebes tanto y te metes en peleas? No lo hagas.

Ese comentario lo enfureció. ¡No se trataba de él, maldita sea!

— No soy tu hermanito, Heather.

— Eso no significa que no pueda preocuparme por ti.

— ¿Qué yo me preocupe por ti no cuenta?

— Es diferente. Yo sé lo que hago, Trey. Estoy bien.

— Mierda, no lo estas. ¡No tienes idea de lo que haces! —gruño él fuera de sí.

— No necesito a nadie preocupándose. Puedo cuidarme sola.

— Es evidente que no —replico él.

— ¿Quieres reducirme a una mujer indefensa que necesita a un hombre cuidándola todo el maldito tiempo? ¡Porque no lo soy!

Esta mujer lo sacaba de quicio. ¿Por qué tenía que ser tan cabeza hueca? ¿O porque él no podía simplemente dejarla ser?

— No te entiendo —gruño él, mareado.

There's Nothing Holdin Me Back   [novela corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora