The Rendezvouz I

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 Observaba la negra punta de sus zapatos cada vez que daba un paso en aquel largo y ruidoso pasillo, las risas de todos aquellos que lo rodeaban, llegaban a él haciéndolo temblar de pies a cabeza. No había día en que ellos no lo molestaran ¿tan difícil era dejarlo en paz? 

Suspiró agotado al entrar al salón de clase y se dejó caer despacio sobre su incomoda silla de madera, sus pequeños ojos en forma gatuna, se humedecieron una vez más mientras trataba de relajarse sin mucho éxito y prestar atención al profesor que acababa de entrar por la puerta. 

Al acabar las clases, salió de la escuela lo más deprisa que pudo, odiaba cuando los demás le quitaban sus cosas o lo encerraban en alguna clase. Alguna vez lo habían incluso metido en el cubo de la basura ¿acaso nadie veía lo que los mayores del colegio hacían? 

Una vez fuera del alcance de sus compañeros de escuela, aminoró el paso y caminó lentamente hasta la puerta de casa ¿ellos estarían en casa como casi todos los días? un escalofrío recorrió su columna y sintió como su mano temblaba al sacar las llaves del pantalón de su uniforme y acercarla a la cerradura de la puerta. 

Un día más, su corazón volvía a acelerarse y a alzarse hasta sentirlo en su garganta, un día más, al entrar en casa, sus padres estaban bailando de nuevo en el salón, con las copas de cristal entre sus dedos, llenas de vino y tambaleándose mientras trataban de no caerse. 

Yoon Gi subió las escaleras y abrió la puerta de su vieja habitación, no era grande, ni tampoco lujosa, de hecho las paredes de papel estaban incluso despegándose de las descuidadas paredes. Pero aún así, dio gracias de estar dentro de su pequeño refugio. 

Se acercó a la pequeña cama que yacía en medio de aquella fría habitación, dejó caer las cosas de la escuela al suelo y se recostó sobre la cama, abrazando su adorada almohada. Yoon Gi era tan pálido, que parecía uno junto aquellas blancas sábanas. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro sin descanso.

¿Cuando acabaría aquel infierno? se preguntó mientras se encogía sobre si mismo sin darse cuenta que caía en un estado de somnolencia. Una cálida mano, tocó su hombro sacándolo de aquel estado de estupor y lágrimas, incluso sorprendiéndolo. 

Unos hermosos ojos lo miraban con una dulzura infinita, la sonrisa de aquel muchacho era brillante y cálida. Yoon Gi se levantó del suelo y dejó su blanca mano sobre la delgada y larga mano del otro joven ¿estaba soñando? ¿quién era él? 

Hola, hasta aquí el primer trozo de esta historia. Mañana subiré otro trozo donde crearé dialogo entre ellos, ya que creo que sería interesante :) ¿os parece bien esa idea? ¿o preferís que siga siendo simplemente narrado?

The Rendezvous "Yoonseok"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora