III

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— Tu también podrías mirar por dónde vas, mona.— contesta Marcos riendo y tendiéndole la mano para ayudarla

— No necesito tu ayuda.—  niega la chica levantándose sola y perdiéndose en sus ojos azules

—  Tranquila fiera.


Elena hace caso omiso al chico y parte de nuevo al baño. El la mira de arriba a abajo mientras se aleja, después sacude la cabeza y entra a la sala dónde encuentra a Ibai  e Ingrid muy acaramelados.

—  Espero que la película esté tan bien como decís, porque paso de estar aquí y vosotros dandoos besos a mi vera.

—  ¿Y Elena? —  le pregunta Ibai  a Íngrid

—  Pues debería estar aquí ya, se habrá colado por el váter.— ríen los chicos

— Voy a por ella.— dice la chica levantándose de su asiento y saliendo de la sala


Al llegar al baño se encuentra con una Elena pringada de coca cola que no deja de quejarse de que está pegajosa y que quiere irse, parece volver a tener 5 años.


—  Ah no, tú no te vas de aquí  señorita.

— Doy asco.

— Sólo es una mancha. ¿Qué te ha pasado?

—  Un imbécil me ha tirado su refresco encima.— explica


Al mismo momento en la sala:

—  Tío, he conocido a una chica.

—¿Cuándo?¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué no me lo has contado antes? — Ibai acribilla al chico a preguntas

—  Tío, más despacio.

— ¡Pero cuéntamelo! ¡No me dejes en ascuas!

— Todo ha ocurrido hace unos minutos cuando salía de la cola de las palomitas, ella iría mirando al suelo, hemos chocado y le he tirado la bebida sin querer.

—  Muy bien Marcos, esa es una bonita forma de ligar.— ríe Ibai— Eres tonto. 


Elena e Íngrid entran en la sala tras intentar apañar el manchurrón de la camiseta, pero aún sigue mojada. Elena saluda a su cuñado con dos besos, pero es cuando va a saludar al amigo de éste cuando se percata de quién se trata:

—  El imbécil.— balbucea ella

—  La fiera.— balbucea él

—  Creo que ya se conocen y no me gusta nada.— ríe Ibai al ver la situación


La película empieza y para malestar de la chica, le toca sentarse al lado de Marcos. Quiere salir de allí enseguida, está incómoda, mojada y congelada por culpa del aire acondicionado. El se da cuenta, y le cede la chaqueta que posa en sus rodillas. Ella rechaza el acto de voluntad del chico, pero Marcos no se da por vencido y coloca su chaqueta cubriendo a Elena.




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Aviso que los primeros capítulos van a ser cortitos por el sencillo motivo de que debo estabilizar la historia, maquinar la trama y esas cosas. No me gustan nada las historias en las que los protagonistas se enamoran, se lían y están juntos nada más empezar la historia.

A PARTIR DEL LUNES VOLVEREMOS A LOS CAPÍTULOS DE 1000 PALABRAS O ASÍ. UN BESAZO ENORME.

Aprender A Quererte | Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora